Junio, 2023
Del 14 al 20 de junio, en la capital queretana, se realiza la I Feria Internacional del Libro y Medios Audiovisuales. Con un programa muy variado, que incluye no sólo venta y presentaciones de libros, sino teatro, cine, música, charlas con protagonistas de medios digitales y muchos talleres, la FILMAQ busca responder de manera mucho más inmediata, libre y generosa a aquellos que constantemente andan a la caza de narrativas e historias sin importar la plataforma que se use para contarlas. Salida de Emergencia platica, por ello, con Aránzazu Núñez Velázquez, directora general de la FILMAQ.
QUERÉTARO, Qro.
Juan y Lupita viven juntos desde que se graduaron de la universidad. Él tiene, digamos, 28 años. Y ella 25. El fin de semana pasado decidieron no salir. El sábado y el domingo se quedaron en el apartamento de clase media que rentan maratoneando con dos afamadas series de su servicio de streaming. El lunes, al despertar, ambos tenían una resaca de pantalla terrible.
Aquel mediodía de lunes, no obstante, Lupita, quien se recupera más pronto que Juan de un atracón de series, ya miraba en su tableta tiktoks, reels e historias de Facebook con obstinación. Además, al salir del trabajo, Lupita se fue a tomar un café con una amiga y se la pasó platicando. Juan, en cambio, decidió ir al gimnasio para aislarse del mundo haciendo ejercicio mientras escuchaba sus pódcast favoritos. Por la noche, Juan y Lupita hablaron de su día, cenaron muy ligero y, antes de envolverse en las cobijas, leyeron un poco: ella una revista de negocios, él un libro de aventuras.
Juan y Lupita serían esos seres (o, mejor dicho, ese tipo de consumidores culturales) en los que Aránzazu Núñez Velázquez estaba pensando cuando ideó, propuso y concreto la primera Feria Internacional del Libro y Medios Audiovisuales de Querétaro (FILMAQ), que comienza este miércoles 14 de junio de 2023.
Juan y Lupita serían ese público que, como lo hacemos todos habitualmente, fluye de manera orgánica entre los distintos medios que usamos para contar o para que nos cuenten historias: la conversación, los audios, el cine, las plataformas en línea, el teatro, la música y, desde luego, los libros.
—Quienes nos dedicamos a las industrias culturales —dice Aránzazu Núñez Velázquez— solemos hacer particiones muy tajantes entre lectores y públicos de cine, de teatro, de conciertos, entre seguidores de series o de películas de streaming y fanáticos de TikTok, de YouTube o de pódcast. Pero el consumidor no hace esas divisiones tajantes. En nuestra vida cotidiana pasamos de un medio a otro o de una plataforma a otra o de un soporte a otro de manera casi natural. Y eso es justamente lo que buscamos en la FILMAQ.
“La industria editorial ha sido excesivamente cautelosa”
Aránzazu Núñez Velázquez —a quien todo mundo llama Atu (por lo que, de aquí en adelante, y con su autorización, así le diremos)— sabe de lo que habla. Antes de ser directora de la FILMAQ, trabajó como editora y responsable de áreas de comunicación, marketing y cultura en Alfaguara y Santillana; fue gerente de publicaciones para Storytel México y Latinoamérica; estando en Europa montó la agencia StoryLab; en fin, Atu tiene un largo camino recorrido de trabajo tanto en la industria editorial impresa como en la digital. Por eso, cuando me dice —desde su lado de la mesa del café donde conversamos para esta entrevista— que la industria editorial ha sido excesivamente cautelosa al momento de responder a los vertiginosos cambios en las prácticas de consumo cultural, sólo asiento. Y ella añade:
—Por esta respuesta más cautelosa ante lo que el público demanda, el crecimiento de la industria editorial en los últimos años ha sido lento. Por el contrario, el crecimiento de las industrias vinculadas al entretenimiento ha tenido en los últimos diez años un crecimiento de doble dígito. Porque responde de manera mucho más inmediata y mucho más libre y generosa a la producción de contenidos.
Cómo estamos consumiendo y produciendo historias
Así que el propósito es que durante los cinco días que durará la FILMAQ los visitantes (niños, jóvenes y adultos) puedan asistir a una obra de teatro, a un taller, a una lectura de cuentos para niños, a un concierto de rock, a la proyección de una película, a un conversatorio, a una jornada de promoción de la lectura, a una presentación editorial, a una charla con un youtubero o a un bailongo en el Centro Educativo y Cultural Gómez Morín, en el Centro de Arte Emergente o en el Estadio Olímpico Alameda de la capital queretana, según sea el caso.
—Lo que se busca —dice Atu— es que sucedan todos estos traslados entre diferentes opciones en un solo espacio. Con ello también, como organizadores, trataremos de indagar cómo estamos consumiendo y produciendo historias, que plataformas y medios son relevantes para el público contemporáneo. Por ejemplo, he notado que a los públicos jóvenes no les importa mucho el formato en el que un creador presenta su historia, lo que ellos buscan es simplemente una buena historia. Punto.
—Pero, Atu, estoy seguro de que no faltará quien diga que una feria del libro tiene que ser de libros, no de música o de teatro o de cine, mucho menos de bailongos o de youtuberos —le comento con suspicacia.
—Desafortunadamente, en general, nuestras capacidades de lecto-escritura no han sido desarrolladas por la razón que sea. Achácaselo a un sistema educativo carente de muchísimas oportunidades para la gran mayoría de las personas, a la familia, a una decisión personal o a quien tú quieras. Pero, por otro lado, somos buenísimos lecto-espectadores porque vivimos en una sociedad en la que es necesario estar al tiro y saber qué demonios está pasando en esta realidad tan cañona en la que estamos inmersos. Esto quiere decir que somos grandes lectores de la realidad. Y esa realidad se nos presenta mayormente de manera audiovisual. El texto es un pasito más allá, es una abstracción. Mucha gente dice “a mí no me gusta leer”. Pero yo no he oído nunca a alguien que me diga “a mí no me gusta ir al cine”.
—¿Por qué esa diferencia?
—Porque cuando alguien va al cine a ver una película ésta, de alguna manera, se le impone. El libro, por el contrario, para que te cuente la historia tienes que llegar a él, sentarte, abrirlo, leerlo y descubrirlo por ti mismo sin distraerte. Y si nunca has tenido contacto con un libro, y si nunca te han hecho una lectura dramatizada, y si tus papás nunca te leyeron un cuento para dormir ¿cómo llegas, entonces, a ese libro? ¿Dónde lo buscas? ¿Cómo lo encuentras? Por eso, lo que me interesa con la FILMAQ, es que la lectura y el consumo cultural se entiendan desde la gozadera. 
Nota bene: para conocer a detalle las más de 200 actividades gratuitas de la FILMAQ en la que participarán 90 editoriales y 40 sellos independientes, además de autores como el peruano Santiago Roncagliolo y el chileno José Ignacio “Chascas” Valenzuela, así como los mexicanos Guillermo Arriaga, Guadalupe Nettel, María Baranda, Dahlia de la Cerda, Bernardo Fernández Bef, Alberto Chimal, Bernardo Esquinca y el tiktoker Óscar Booker, visite el siguiente enlace: Programa FILMAQ.
