Todo emerge en un sonoro tropel de los instantes…
El filme (Canto segundo)
Lauro Acevedo
Filmografía perenne
llama votiva de escenas traslapadas
cortes a tiempo y a destiempo
sobre la edición de un gran
cortometraje
La vida es la secuencia inusitada
de una toma clandestina
un escudriñar los artificios del cauce
para saber de sabor de los remansos
para vivir el vértigo en la furia de los rápidos
bajo el ojo atento de un director intenso
Toda la trama del existir
se vierte en una gota de rocío
sobre los pétalos suaves
del alma
A la vez que este trance
en la cinta cotidiana
se incendia en un corte
inusitado de dolor
que punza las entrañas
haciendo nacer sobre el horizonte
los acentos de flores rojas
de ese geranio que nos crece
a diario
en el jardín de viento
Viento aleve que nos mece
en el columpio del recuerdo
viento fresco que nos acaricia
en la ausencia
Viento de borrasca que nos estremece
Suave viento de nostalgia
alegoría de viejos senderos
donde la danza marca sus trotes
El filme retorna a los orígenes
en la caza y la recolección
donde los cestos no aspiraban
más allá de la cosecha y resguardo
del buen alimento
La historia está plagada de personajes
uno a uno caídos por el paso de los años
en ese vaivén silencioso de las horas
en el vértigo imprevisto
del empuje en el columpio
Todo emerge en un sonoro tropel
de los instantes
Las estaciones son los capítulos
donde los retoños adquieren sus matices
florecen las ramas
crecen las frondas
He de mirar más de cerca los contornos
los campos de la hoja trémula
el ápice
la señal del índice enigmático
el inhiesto fulgor de los pistilos
Donde hubo tempestad venga la calma
y la verdad sea absuelta del patíbulo
Quede vacía la celda
el potro abierto
acaso hay mayor castigo
que la ausencia del amado amor
La redención esté presente
en cada brillo de la estancia
en ese rayo del sol que penetra
la ventana esperante
He de abrir siempre
la tapa enmohecida del arcón
donde guardar las armas primitivas
tenerlas listas con el filo atento
a los telones de fondo
tengo un oficio de escribano
en cascada de signos bulle el campo
la tinta es mi sangre enardecida
mi afán el cultivo del canto
En cada brote de luz-tinta
un relámpago
en cada borde de la hoja inquieta
un latido tierno con ápice de encuentro
En cada gránulo de arena
el ritmo de las olas
En cada rayo de sol
el vuelo insomne
mariposa
en el prado floreciente
incendio de colores tremolantes
al acecho
del tiempo.