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Si te atreves a exhibir a los impostores, pagarás caro la osadía: Mario Raúl Guzmán

Dos granujas contra Revueltas

Abril, 2024

Mario Raúl Guzmán siempre se ha distinguido por su agudo pensamiento, contrario a la ortodoxia intelectual. Fundador de la hoy extinta La zorra vuelve al gallinero publicación legendaria que dio alojamiento a diversos bardos del movimiento infrarrealista, el escritor y poeta estrena libro: Dos granujas contra Revueltas y otros ensayos político-literarios, una obra en la que reivindica al maese José Revueltas. Como señala en esta entrevista el propio Mario Raúl: “Lo amo como novelista y como cuentista. Pero en mi libro invito a acercarnos al Revueltas político, a su faceta de ensayista político, que es la menos explorada”. A propósito de la presentación de este trabajo, conversamos con Mario Raúl.

Mario Raúl Guzmán (Ciudad de México, 1959) siempre se ha distinguido por su agudo pensamiento, contrario a la ortodoxia intelectual. Acaso el más cercano amigo del poeta de culto Mario Santiago Papasquiaro (1953-1998), de cuya antología Jeta de Santo editada por el Fondo de Cultura en 2008 es, Mario Raúl Guzmán, responsable directo. Y ahora, este sábado 6 de abril, en punto de las 17 horas, presentará su libro Dos granujas contra Revueltas y otros ensayos político-literarios para lo cual estarán como comentaristas del nuevo volumen Humberto Musacchio y Miguel Ángel Sánchez de Armas en el Centro Cultural El Rule, recinto que se halla a un ladito de la Torre Latinoamericana, tercer piso. Con Mario Raúl sostuve esta pequeña plática a propósito de su libro que reivindica a José Revueltas.

El escritor Mario Raúl Guzmán.

Una democracia bárbara

—Revueltas es fundamental en las letras mexicanas, pese al silencio que hizo en torno suyo la mafia intelectual mexicana, habría que volver a él una y otra vez como bien lo estás haciendo en tu nuevo libro.

—Fundamental. Sí. Lo amo como novelista y como cuentista. Pero en mi libro invito a acercarnos al Revueltas político, a su faceta de ensayista político. Es la menos explorada. Todo, o casi todo lo de esa vertiente, puede leerse en varios volúmenes de su obra completa en la Editorial Era. Mi libro cierra con una lectura crítica de su legendario Ensayo sobre un proletariado sin cabeza. Digo lectura crítica y también podría decir lectura actual. No una lectura arqueológica ni idealizadora, sino una que indague lo que sigue comunicándonos ideas vivas; planteamientos útiles para la comprensión de la realidad actual. Una lectura que se abra paso entre las tesis que ya son piezas del museo intelectual y llegue al corazón de lo que aún late, el tambor batiente. En ese sentido, es sorprendentemente provechosa la lectura de su libro México: democracia bárbara, donde Revueltas analiza una coyuntura electoral, aquella en que Ruiz Cortines destapa a López Mateos para sucederlo en la Presidente de la República. En mi ensayo hago la analogía con algunas de las cosas que hemos visto con estupor en meses recientes. ¡Ufff!

“No critiques porque se te van a la yugular”

—¿Quiénes son los granujas contra Revueltas que hablas en tu libro? Sé que hay más, pero uno de ellos es Neruda, el Nobel de Literatura. ¿A qué crees que se deba tanta mezquindad en el orbe cultural?

—Son dos, pero fueron muchos más. A Revueltas le echaron montón. Paso a cuchillo a los dos más ruines: Enrique Ramírez y Ramírez y Antonio Rodríguez (un crítico de pintura de origen portugués que firmaba con el seudónimo de Juan Almagre). Ramírez y Ramírez le exigió pureza en los principios ideológicos… y terminó como senador del PRI, lamiéndole los zapatos a Díaz Ordaz. Neruda también fue asqueroso en su exigencia de lealtad ciega a la causa comunista. Más allá de los nombres lo importante es la descripción del mecanismo inquisitorial puesto en marcha. Ayer y hoy. El estalinismo de entonces y el fanatismo de hoy en torno al Líder. Ni modo. No critiques porque se te van a la yugular. Hemos aprendido muy poco, o nada.

Hacer libros a cuenta ghettos

—En este sexenio el apoyo a la cultura como en los otros, también fue discrecional, ¿por esta razón ya no salió la revista que hacías con esmero?

—Nunca solicité apoyo o beca oficial. Fui crítico de las castas gobernantes priistas, panistas y perredistas, tanto como hoy de la canalla morenista. La zorra vuelve al gallinero murió como mueren todas las cosas. Ahora me obstino en editar, cuando eso es posible, uno que otro libro, a cuenta ghettos.

Una puesta en escena sectaria

—Por eso intelectuales como Paz o Monsiváis trataban de quedar bien tanto con Dios como con el Diablo. Por supuesto, ya idos de este mundo, ahora son venerados incluso por políticos en el poder morenista. Sin embargo, estoy cierto que, de vivir ambos, estarían molestos con el obradorismo, tal como se halla Aguilar Camín.

—En un ensayo de mi libro, “Monsiváis y Pazcárraga, arrugados en los pliegues del régimen eterno”, desenmascaro algunas componendas y artimañas de estos dos agentes dobles. No vienen de la nada sino de una tradición de la que se desprende una línea de comportamiento dual, por no decir hipócrita. Entre los Contemporáneos baste recordar a Novo joven crítico y Novo viejo abyecto. Antes que ellos, hay que lamentar el servilismo terminal de Martín Luis Guzmán. Hay que ganarse la vida, pero hay maneras. Generaciones de artistas e intelectuales diezmadas por aquellos que han terminado doblegándose ante el poder presidencial en turno. Monsiváis como un bufón grotesco y Pazcárraga como un cacique amargoso que se creía por encima de la crítica. ¿Ambos estarían molestos con el obradorismo? Más bien los imaginaría ansiosos por presenciar la escena en que Dios y el Diablo llegan a un acuerdo mafioso luego de intercambiarse las máscaras. Su vocación es engañar. Ahora, del otro lado del espejo priista, el obradorismo que es la fase superior del priismo va y viene justificado por una cauda de intelectuales de baja ralea, izquierdistas veteranos que actúan en una puesta en escena más que sectaria: un fanatismo que enrarece el aire de la conversación pública como el incienso que en su época quemaron en loor del padrecito Stalin.

José Revueltas.

“Que venga un dramaturgo a mostrarnos esa farsa trágica en un dilatado acto sin intermedio”

—José Revueltas, si viviera, no entendería por qué se habla de acabar con la corrupción permitiéndola en ciertos sectores. Desapareció López Obrador la agencia Notimex consintiendo la corruptela instalada en esa zona periodística, Revueltas sería visto, otra vez, como enemigo.

—Revueltas sería visto como los porfiristas veían a Flores Magón. Como Miguel Alemán a Narciso Bassols. Como Mussolini a Gramsci, como Stalin a Mandelstam, como Videla a Rodolfo Walsh. Es la historia de siempre: si te atreves a exhibir (peor aún: a reírte) de los impostores, pagarás caro la osadía. El combate a la corrupción en el gobierno de López Obrador es una impostura. ¿Qué le pasó a ese ñor? Que venga un dramaturgo a mostrarnos esa farsa trágica en un dilatado acto sin intermedio.

La obra de Jorge Aguilar Mora

—Hay lecturas, como las de Revueltas, que necesitan de lectores verdaderamente críticos, no apoltronados en las conveniencias políticas.

—También la obra de Paz necesita de lectores críticos; y la de Jorge Aguilar Mora, uno de sus lectores verdaderamente críticos. Duele hasta el llanto ver que su obra pasó desconocida como su muerte. Desconocida sobre todo para las nuevas generaciones de lectores. Qué penoso.

Nota bene: el libro Dos granujas contra Revueltas y otros ensayos político-literarios, de Mario Raúl Guzmán, puede ser adquirido en la librería Jorge Cuesta, librería Marabunta y librería Torre de Lulio.

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