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Nobel de Química 2022, para los investigadores Barry Sharpless, Morten Meldal y Carolyn Bertozzi

Octubre, 2022

Los galardonados de este año con el Nobel de Química son los investigadores Karl Barry Sharpless y Morten Meldal, por sentar las bases de la llamada ‘química clic’, y Carolyn Bertozzi, que la empezó a usar en organismos vivos. Sus novedosas reacciones bioortogonales han permitido tratamientos más específicos contra el cáncer, entre otras muchas aplicaciones.

No ha sido una sorpresa, pues estaban en las quiniela; sin embargo, no por ello ha dejado de ser emocionante. Este año, el Premio Nobel de Química ha recaído en los investigadores Barry Sharpless, Morten Meldal y Carolyn Bertozzi, “por el desarrollo de la ‘química clic’ y la bioortogonal”.

La Real Academia de Ciencias Sueca ha sido clara al anunciar el galardón: “A veces las respuestas simples son las mejores”. Con esa idea detrás, el Nobel de Química de 2022 ha premiado trabajos que han hecho “que los procesos difíciles sean más fáciles”.

Morten Meldal —de la Universidad de Copenhague, (Dinamarca)— y Karl Barry Sharpless —del instituto Scripps Research (Estados Unidos)— han sentado las bases de una forma funcional de química —la llamada química clic— en la que los bloques de construcción molecular se unen de forma rápida y eficaz. Por su parte, Carolyn Ruth Bertozzi —de la Universidad de Stanford (Estados Unidos)— ha llevado esta química a una nueva dimensión y ha empezado a utilizarla en organismos vivos.

No complicar demasiado las cosas

Desde hace mucho tiempo, los químicos y químicas se esfuerzan en construir moléculas cada vez más complicadas. En la investigación farmacéutica, por ejemplo, esto supone a menudo recrear artificialmente las que hay en la naturaleza, como las que tienen propiedades medicinales. El resultado son muchas construcciones moleculares relevantes, pero su producción suele llevar mucho tiempo y ser muy costosa.

“El Premio de Química de este año trata sobre no complicar demasiado las cosas, sino de trabajar con lo que es fácil y sencillo. Las moléculas funcionales pueden construirse incluso siguiendo un camino sencillo”, ha afirmado Johan Åqvist, presidente del Comité Nobel de Química.

Karl Barry Sharpless —que en 2001 ya recibió otro Premio Nobel de Química— fue el que empezó a ‘rodar la pelota’. Alrededor del año 2000, acuñó el concepto de química clic como una forma de química sencilla y fiable, en la que las reacciones se producen rápidamente y se evitan los subproductos no deseados.

Poco después, él y Morten Meldal —independientemente el uno del otro— desarrollaron lo que la academia sueca llama “la joya de la corona de la química clic”, un procedimiento conocido como cicloadición alquino-azida catalizada por cobre. Se trata de una reacción química elegante y eficaz que se ha generalizado en los últimos años. Entre otros muchos usos, se emplea en el desarrollo de productos farmacéuticos, para mapear el ADN y en la creación de nuevos materiales asociados a estos procesos.

Carolyn Bertozzi llevó esta química clic a un nuevo nivel. Para cartografiar biomoléculas importantes pero muy esquivas en la superficie de las células, los glicanos, desarrolló reacciones de este tipo que funcionan dentro de los organismos vivos. Con esta estrategia logró marcar los glicanos con moléculas fluorescentes, permitiendo su estudio. Estas reacciones bioortogonales, según recalca la academia sueca, ocurren sin interferir en los procesos normales de la célula.

Estas reacciones se utilizan ahora de manera global para explorar células y rastrear procesos biológicos. “Gracias a estas reacciones, se ha logrado mejorar la especificidad de los fármacos contra el cáncer, que ahora se están probando en ensayos clínicos”, ha dicho la academia en un comunicado. Y ha añadido: “La química del clic y las reacciones bioortogonales han llevado a la química a la era del funcionalismo, con un enorme beneficio para la humanidad”.

Una ‘química clic’, más sencilla y funcional, es con la que trabajan los premiados con el Nobel de Química de este año. / Ilustración: Johan Jarnestad/The Royal Swedish Academy of Sciences.

En ese sentido, uno de los miembros del comité del Nobel, el químico sueco Olof Ramström, ha afirmado tras la ceremonia que “los métodos para conectar moléculas funcionan esencialmente como hacer construcciones con los bloques de Lego”.

Carolyn Bertozzi ha hecho un emocionante alegato a favor de las ciencias químicas tras conocer el veredicto del Nobel. “Cuando el mundo está en problemas, la química acude al rescate”, ha puntualizado. “La química es un área de la ciencia muy emocionante para la gente que quiere tener impacto en la biología, en la medicina, en los materiales, en el clima, en la sostenibilidad”, ha señalado. Bertozzi ha recordado a familiares y amigos que sufrieron enfermedades sin tratamiento. “Siempre tuve la esperanza de que, como científica, podría contribuir a mejorar la salud humana, ya fuera a corto plazo, a largo plazo o incluso después de mi muerte”, ha detallado la investigadora.

Perfil y quinielas

Carolyn R. Bertozzi nació en 1966 en Estados Unidos. En 1993 se doctoró en la Universidad UC Berkeley en California. Actualmente es profesora del laboratorio Anne T. and Robert M. Bass de la Universidad de Stanford. Desde 1901, 189 científicos han ganado el Nobel de Química, entre ellos sólo ocho mujeres (es decir, el 4%).

Morten Meldal nació en Dinamarca en 1954. Su doctorado lo completó en 1986 en la Universidd Técnica de Dinamarca, Lyngby. Es profesor en la Universidad de Copenhagen.

Barry Sharples nació en Estados Unidos en 1941. Se doctoró en 1968 en la Universidad de Stanford. Es profesor del Instituto de Investigación Scripps en La Jolla, California. Por cierto: es su segundo galardón luego de recibirlo en 2001 por otro método para construir moléculas: las reacciones de oxidación en el campo de la catálisis quiral. Sharpless es la quinta persona que recibe dos premios Nobel, tras Marie Curie, Frederick Sanger, Linus Pauling y John Bardeen.

En las quinielas de este año también figuraban la bioquímica húngara Katalin Karikó y el inmunólogo estadounidense Drew Weissman, considerados los padres de las vacunas de ARN —como las de las farmacéuticas Pfizer y Moderna— que ayudaron a la sociedad a combatir la pandemia de covid. En algunas predicciones, como las elaboradas por la empresa Clarivate Analytics, también aparecían la química estadounidense de origen chino Zhenan Bao, de la Universidad de Stanford, por desarrollar materiales electrónicos flexibles inspirados en la piel humana; y el químico estadounidense Daniel Nocera, de la Universidad de Harvard, autor de hojas artificiales que imitan la fotosíntesis de las plantas.

El galardón incluye 10 millones de coronas suecas.

Fuente: Nobel Prize / Agencias.

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