Artículos

“Los grandes artistas nunca son iguales dos días seguidos”

Marcel Proust, centenario mortuorio.

Noviembre, 2022

Este año Francia, y el mundo, conmemora el centenario de la muerte de Marcel Proust, el autor de la gran novela En busca del tiempo perdido. Nadie como él supo reflejar el alma humana a través de recuerdos hilvanados a partir de un olor, un sonido, un reflejo. Su prosa, elegante, fue despreciada al inicio de su trayectoria; pero a la postre, lo convertiría en uno de los escritores cruciales (y más influyentes) de la literatura moderna. Víctor Roura recuerda aquí al novelista, ensayista y crítico francés…

1

El 18 de noviembre de 1922 se fue de este mundo, a los 51 años de edad, el francés Marcel Proust, quien había nacido en esa nación europea el 10 de julio de 1871.

2

Dice Peter Quennell que, en abril de 1912, cuando Marcel Proust estaba ya “muy lanzado en busca del tiempo perdido, aunque ningún tomo de esa obra inmensa se había publicado, los hortelanos de Rueil, un pueblecito cercano a París, quedaron asombrados al ver pararse un taxi, del que salió un hombre delgado, cetrino, desmelenado, que llevaba un abrigo forrado en pieles sobre una camisa de dormir. Era una tarde fría, lluviosa; se habló de llamar a la policía… el pasajero y el conductor tenían un parecido alarmante con un par de los notorios bandidos motorizados de la época. Pero una vez que el extraño pasajero hubo mirado larga y fijamente a las filas de los manzanos florecientes que se veían al otro lado de un campo fangoso, subió a su asiento y el taxi se alejó”.

Proust había llegado hasta allí “para documentarse para su último capítulo y había captado la impresión exacta que necesitaba: ‘Hasta donde la vista alcanzaba (los árboles) estaban en plena floración, escandalosamente lujuriantes, vistiendo trajes de gala y con los pies en el fango’. Y ahora podía volver a su casa para acostarse”.

3

Quennell considera a Proust, más que un cronista, un artista visionario: “El mundo que impuso a sus lectores fue el que llevaba dentro de sí: el de un niño enfermo, demasiado sensible, a la vez muy consentido y maravillosamente dotado, que rompe sus juguetes en cuanto ya no le son útiles o han dejado de complacer su fantasía”.

El mismo Proust parece confirmar esta teoría, ya que en uno de sus cuadernos íntimos escribió: “Tengo la clara visión de la vida hasta el horizonte; pero solamente lo que está más allá es lo que me interesa describir”.

Crónicas (Negocios Editoriales, Buenos Aires, 1997) reúne algunos de sus textos periodísticos entre 1882 y 1921 en diversas publicaciones, principalmente en Le Figaro. El hermano de Marcel, Robert, fue el encargado de seleccionar el material. Son nada más 27 breves textos divididos en cuatro capítulos: los salones burgueses en París, países y meditaciones, notas y recuerdos y crítica literaria. Ya resalta, por supuesto, su aguda mirada, la que se concretaría posteriormente en sus hermosos libros, incluyendo al primero el casi desconocido Los placeres y los días (1896), que Verdehalago y la UNAM Azcapotzalco coeditaron en 2001 en una impecable traducción de Pilar Ortiz Lovillo, y en el cual Anatole France dice, en el prólogo, que Proust “se complace igualmente en describirnos el esplendor desolado del Sol poniente y las vanidades agitadas de un alma esnob. Es excelente al relatar los dolores elegantes, los sufrimientos artificiales, que igualan por lo menos en crueldad a los que la naturaleza nos da con una prodigalidad maternal. Confieso que esos sentimientos inventados, esos dolores encontrados por el genio humano, esos dolores fingidos me parecen infinitamente interesantes y preciosos, y le debo a Marcel Proust el haber estudiado y descrito algunos especímenes selectos”.

4

Unas cuantas líneas prefiguran su hondo perfil literario:

⠀⠀⠀1. “Los grandes artistas nunca son iguales dos días seguidos. Mucho mejor, pues la irregularidad suele ser uno de los signos del genio” (de Crónicas).

⠀⠀⠀2. “Como los amantes cuando comienzan a amar, como los poetas cuando cantan, los enfermos se sienten más cerca de su alma. La vida es cosa dura que aprieta su cerco, eternamente nos hace daño al alma” (de Los placeres y los días).

⠀⠀⠀3. “Y pasa así con muchos enfermos a quienes se recomienda silencio; pero su pensamiento les hace ruido. Se enfermaba tanto por cuidarse que tal vez hubiera sido mejor que se decidiese a estar sana” (de Crónicas).

⠀⠀⠀4. “Ningún ser viviente, por muy grande o muy querido que sea, debe ser honrado sino después de muerto” (de Los placeres..).

⠀⠀⠀5. “Nada dura, ni siquiera la muerte” (de Crónicas).

⠀⠀⠀6. “La primera necesidad de hacer confidencias nació de las primeras decepciones de su sensualidad tan naturalmente como nacen por lo común las primeras satisfacciones del amor” (de Los placeres…).

⠀⠀⠀7. “Hubiera podido convertirse en el más poderoso de los enemigos; pero como era el mejor de los hombres, sólo fue el más moderado, el más justo, el más humano, el más amable de los adversarios. Son las costumbres y no las opiniones, las que hacen las virtudes” (de Crónicas).

⠀⠀⠀8. “Cuando se deja de amar, se prefiere a la gente bondadosa” (de Los placeres…).

⠀⠀⠀9. “Luego volvía a los espinillos, como se vuelve frente a las obras maestras, a las que se cree ver mejor cuando se ha dejado de verlas por un momento” (de Crónicas).

⠀⠀⠀10. “Un ambiente elegante es aquel en que la opinión de cada quien está formada con la opinión de los demás. ¿Y si es una opinión contraria a la de los demás? Entonces es un ambiente literario” (de Los placeres).

⠀⠀⠀11. “En todos los momentos de la vida nuestra atención está mucho más fijada sobre lo que deseamos que sobre lo que realmente vemos” (de Crónicas).

⠀⠀⠀12. “Para el que ama, ¿acaso no es la ausencia la más cierta, la más eficaz, la más viva, la más indestructible, la más fiel de las presencias?” (de Los placeres…).

⠀⠀⠀13. “No, no por más que se diga, no podemos representarnos a la Democracia como a una persona que posee el privilegio de la elegancia. La encaramos, más bien, como una grave matrona, bastante bien vestida, si lo está sólidamente y con abrigo, y quebrando con una violencia estúpida los frascos de perfume y los potes de cosméticos sobre el altar de la austeridad y el trabajo” (de Crónicas).

⠀⠀⠀14. “El más humillante sufrimiento es sentir que ya no se sufre” (de Los placeres…).

⠀⠀⠀15. “Los magistrados, los médicos, los administradores, la gente de sociedad no son los únicos incompetentes en materia poética. También se puede ser un gran orador, un gran historiador, un gran autor dramático, se puede ser hasta un intelectual y un erudito y no amar realmente la poesía” (de Crónicas).

⠀⠀⠀16. “Las obras de Shakespeare son más hermosas vistas desde el cuarto de trabajo que representadas en el teatro. Los poetas que crearon a las enamoradas imperecederas con frecuencia no conocieron más que a mediocres sirvientas de albergues, mientras que los voluptuosos más envidiados no saben concebir en absoluto la vida que llevan, o más bien que los lleva” (de Los placeres…).

⠀⠀⠀17. “Hasta el amor platónico tiene sus saturaciones” (de Los placeres…).

⠀⠀⠀18. “Algunos hombres no sienten la fuerza de desear lo que saben que no es deseable. Esta disposición melancólica se acrecienta y se justifica singularmente en el amor” (de Los placeres…).

Related Articles

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Back to top button