Artículos

Algún día México será campeón del mundo, cómo no

Futbol en Qatar.

Noviembre, 2022

La Copa Mundial de Futbol de la FIFA 2022 ya está aquí. En su edición XXII, se desarrollará del 20 de noviembre al 18 de diciembre en Qatar, que consiguió los derechos de organización el 2 de diciembre de 2010. Será la primera Copa del Mundo en Medio Oriente y la primera en esta época del año. La decisión de celebrar el torneo en el país asiático ha suscitado una gran polémica. En el siguiente texto, Víctor Roura le echa una mirada a la mayor fiesta del futbol mundial y, al mismo tiempo, desmenuza al equipo mexicano: “A mí me causaron escozor los deprimentes resultados últimos, para acceder a Qatar, no por otra cosa sino porque me exhibieron, una vez más, que no necesariamente el excesivo dinero tiene que producir mejores deportistas”.

1

A veces el futbol retrata a la perfección el estado interno de un país.

México, por ejemplo: pese a su notoria mediocridad futbolística, la selección tiene el respaldo, siempre enjundioso, de millones de fanáticos a los que no les importa si son derrotados —porque si su selección pierde ellos también pierden— como aquella ignominiosa ocasión en que cayera vencida ante Chile siete a cero, el 18 de junio de 2016, en el Torneo de la Copa América Centenario. Aunque evidencien sus carencias, los jugadores son cada vez más famosos y, por lo tanto, adinerados; los empresarios continúan enriqueciéndolos —a diferencia de las futbolistas, que ganan (con notables excepciones) generalmente cantidades irrisorias menores a los diez mil pesos mensuales—, porque tasan las popularidades de estos futbolistas de acuerdo a sus apariciones televisivas, no a sus técnicas ni dominios con el balón —por algo Cuauhtémoc Blanco cobraba millonadas por cada aparición suya en las telenovelas, por algo es gobernador ahora de Morelos: no por ser un avezado político, sino por asuntos de fragilidad monetaria, ¡y hay que traer a la memoria el inefable caso de un portero de la selección mexicana que no conforme con el dineral que se embolsaba por atajar balones era el jefe de una banda de secuestradores!

La derrota contra Costa Rica en 2013, que debió de avergonzar a la mayoría de los mexicanos, sólo hizo que la gente los exaltara… pues de todas maneras habían conseguido la posibilidad de poder estar en el Campeonato Mundial de 2014 en Brasil. Y los diarios deportivos halagaron al equipo (¡a pesar de sus penosas actuaciones, México algún día será campeón del mundo!). No hubo un solo diario que subrayara su patético desenvolvimiento en el campo de juego (también, como se acostumbraba antes del sexenio morenista en que los políticos en el poder patrocinaban a la prensa, la Federación Mexicana de Futbol compraba, o sigue comprando, las noticias en las secciones y medios abocados al deporte). Por el contrario: agradecieron a Estados Unidos su participación en esta inesperada promoción: un periódico en su portada apuntó con grandes letras: “We love you”, dando por sentado que todos los mexicanos debíamos de estar agradecidos por haber eliminado esa nación a Panamá, victoria estadounidense de tres a dos que facilitara el pase automático a México.

2

Y, por supuesto, los futbolistas continuarán enriqueciéndose ocultando su mediocridad en sus bolsillos traseros. Vamos, ¿cuántos periodistas de aparador son millonarios en México sólo por haberle seguido el juego a la clase política, creídos —estos supuestos periodistas— de su grandeza con el respaldo de sus respectivas empresas? De allí que el lunes 21 de octubre de 2013 la mayoría de los rotativos nacionales pareció previamente haber acordado situar en sus portadas al entonces entrenador de la selección, supuestamente carismático por su divertido engreimiento, Miguel Herrera, por varios años en la nómina de Televisa (quizás de ahí su gracia adquirida pese a su evidente mal humor), que lo enriqueciera grandilocuentemente aun sin saber ganar, ni mucho menos perder, que podría ser la misma situación pero en personas iracundas la circunstancia varía en sus niveles prácticos, sobre todo teniendo en cuenta la animosidad verbal de las peroratas vertidas por los sucesivos técnicos de la selección mexicana de futbol que no cesan de parlotear en las inmensas posibilidades de coronarse en un torneo mundial. Cuando Miguel Herrera juró que México estaría en Brasil… ¡los mexicanos por fin descansaron en paz! El ex estratega americanista se convertía en el entrenador número 14 de la oncena nacional en un lapso cortísimo, lo que denotaba la ineficacia (o la indefinición, o la ausencia de políticas deportivas, o la corrupción de la federación, o la impreparación) del sustento del balompié local, que a casi nadie parecía entonces importarle, o cuando menos advertirlo. Porque, me dicen, una de las reglas del futbol es precisamente aplaudir lo aplaudible e ignorar las evidencias, razón imperecedera para que los fans del Cruz Azul, por ejemplo, celebren los triunfos de su equipo… cuando los hay. La selección mexicana apenas pasó de panzazo su calificación para estar en Qatar, pero aun así miles de connacionales están seguros de que esta vez sí va a ser la campeona del mundo.

3

Mientras en una centuria un país como Alemania sólo ha mantenido a una decena de técnicos para su representación futbolística, ¡en casi dos sexenios México ha contratado a más de una docena!

No se ignora, ciertamente, que este deporte es una de las empresas más solventes en el país, de modo que nadie se haya cuestionado qué diablos hacía embriagándose a las cinco de la mañana el americanista paraguayo Salvador Cabañas en un bar de dudoso trafique de mercancías ilegales en 2010. Sino sólo se preocuparon los medios por la bala alojada en su cráneo, la que finalmente lo alejó de las canchas. Tampoco nadie se preocupa que antes de un importante partido los futbolistas, en lugar de preparar estrategias y mirar videos del equipo rival, introduzcan en sus habitaciones a portentosas prostitutas para saciar sus instintos adinerados. Y todos los disculpan. Son jóvenes traviesos, y se divierten como debe divertirse la sana juventud del mundo. ¿No el ciclista Lance Armstrong se drogaba de lo lindo antes de cada competencia, logrando burlar —gracias a sus expertos agentes de seguridad— todos los procedimientos médicos en torno suyo, además de haberse convertido, por las gracias divinas de la droga y el demasiado dinero, en el amante favorito de la bella roquera Sheryl Crow? ¿No el mismísimo nadador Michael Phelps fue tomado in fraganti con un cartujito de mariguana en la piscina a la hora de sus entrenamientos?

A mí me causaron escozor los deprimentes resultados últimos, para acceder a Qatar, no por otra cosa sino porque me exhibieron, una vez más, que no necesariamente el excesivo dinero tiene que producir mejores deportistas. Lo aterrador del caso, sobre todo, corrió por cuenta de la prensa deportiva, que mostró su alegría por el pase automático a Qatar (como mostrara su júbilo en 2015 por el repechaje para asistir a Brasil), sin considerar la escalofriante medianía de nuestros futbolistas. No sé si llamarle a eso la cultura del despropósito, pero estoy tentado a denominarlo de ese modo. Porque, después de todo, así se mueve México: mediante medianías corruptoras: ¿cómo va a atreverse a dirimir tal inconsecuencia la prensa deportiva si obtiene determinado patrocinio de la Federación Mexicana de Futbol?

4

Edson Arantes do Nascimento jamás ganó el dinero que recibe, digamos, Lionel Messi siendo, Pelé, superior al argentino, que nunca, éste, ha podido coronar a su selección en un campeonato del mundo cuando el brasileño condujo a la gloria a su oncena en tres ocasiones apropiándose el codiciado trofeo Jules Rimet. Messi cada hora se lleva a su bolsillo, jugando o no, un cuarto de millón de pesos, negándose a pagar, como buen millonario, su correspondiente cuota de impuestos a la Hacienda respectiva. Dinero que debiera ofender a los gustadores del futbol soccer, motivo que, sin embargo, los tiene sin cuidado, incluso creídos muchos de estos fanáticos que se los tiene muy bien merecido el sudamericano.

Así son estas cosas del balompié mundial. Ahí estaba un Maradona que espantaba con un rifle a la prensa para que no lo molestaran cuando se metía, millonario como era, cuanta droga consumía ad infinitum. Porque en esas cosas, decía Maradona, cada quien es libre de hacer lo que le pegue la gana en su vida íntima.

(Por eso el gran Pelé firmó contrato con el Cosmos estadounidense, por hallarse en la quiebra económica, cuestiones que no ocurriría ahora con personalidades como Messi, Cristiano Ronaldo, el Chicharito, Neymar o Neuer.)

Cosas del futbol masculino acaudalado, ciertamente.

5

Qatar, la sede que propició el descubrimiento del mayor fraude futbolístico en la historia con despliegue de sumas millonarias a funcionarios de este deporte, no se removió de su sitio. Joseph Blatter y Michel Platini, las dos máximas autoridades del futbol mundial en el momento del hallazgo de la corrupción, salieron libres de la cárcel cuatro meses antes del inicio del campeonato planetario. Los millones de dólares que Blatter puso en las manos Platini se han quedado allí, resguardados en las arcas del francés por asuntos, según se dijo con solemnidad deportiva, de consulta política que uno le debía a otro.

Y sanseacabó.

6

¿No la gente se lamenta de los actos de corrupción de los políticos, pero en la primera oportunidad los comete sin rubor —los actos de corrupción: finalmente cómo se van a obtener diez pesos del cielo si éstos no caen de las nubes si no son sacudidas, las nubes, previamente de manera discreta?

Hace unos días, en un transporte público, hablaban sobre futbol una cuarteta de jóvenes. Se referían a algunos seleccionados que juegan fuera del país y centraban su discusión en los dineros. Que si a tal jugador le convenía ser contratado en España o en Inglaterra, o tal otro si ganaba más haciendo comerciales bancarios que promoviendo la liga nacional. Y, sin saber exactamente por qué, intervine sólo para decir que los futbolistas mencionados eran demasiado mediocres para la propaganda que recibían de los astutos empresarios. Me vieron como a un apestado, y continuaron su plática sin incomodarse. Los futbolistas, cómo no, son también grandes comerciantes.

Y si va la selección mexicana de futbol a Qatar o no, me tiene sin cuidado.

Pero, bueno, a lo mejor muchos de los futbolistas ya desean estar allí porque se dice que las prostitutas son bastante hermosas y generosamente serviciales.

Eso dicen.

Aunque yo no lo sé de cierto.

Related Articles

One Comment

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Back to top button