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Intento de asesinato contra Salman Rushdie

Aunque su estado de salud sigue siendo delicado, evoluciona en la dirección correcta, han informado su agente literario y la familia del escritor.

Agosto, 2022

El escritor y ensayista británico Salman Rushdie ha sido atacado el pasado viernes cuando iba a dar una charla-conferencia en el condado de Chautauqua, una localidad al oeste de Nueva York. Aunque su estado de salud sigue siendo delicado, evoluciona favorablemente. Ha iniciado “la senda de la recuperación”, ha dicho su agente literario, Andrew Wylie. Por su parte, el hijo del escritor, Zafar Rushdie, ha señalado: “Aunque las lesiones que le han cambiado la vida son graves, su habitual sentido del humor, tan combativo y desafiante, permanece intacto”.

Fue un ataque ruin, vil, infame: despreciable.

Sentado, mientras era presentado a la audiencia que había asistido para escuchar el conversatorio en el que participaría, el escritor y ensayista británico de origen indio Salman Rushdie, de 75 años —recién cumplidos—, fue atacado y apuñalado por un hombre el pasado viernes (12 de agosto) en el condado de Chautauqua, una localidad al oeste del Estado de Nueva York. Eran casi las 11 horas de la mañana cuando ha ocurrido el ataque.

Todo sucedió tan rápido, ha contado el reportero Joshua Goodman —corresponsal de The Associated Press para Latinoamérica—, quien había viajado con su familia a la localidad para pasar un semana tranquila lejos de las noticias.

Pero las noticias han ido tras él.

Goodman había llegado al anfiteatro al aire libre justo cuando iba a comenzar el acto con el afamado escritor. La entrevista a Rushdie, que según se anunció sería acerca de la importancia de que los escritores perseguidos tengan un lugar seguro dónde trabajar, era uno de los eventos destacados de la semana.

Rushdie se encontraba sentado y estaba siendo presentado cuando su atacante se subió al escenario y empezó a agredirlo, le ha narrado Goodman a David Bauder, su colega en la misma agencia de noticias. Desde el punto donde estaba, Goodman dijo que al principio no estaba seguro de si el escritor estaba siendo golpeado o atacado con un cuchillo, hasta que pudo ver lo que parecía ser sangre.

“Hubo un momento de conmoción”, relató. “Todo el mundo en la audiencia estaba sentado sin poder creer lo que ocurría”.

Cuando fue consciente de lo que sucedía, Goodman dictó palabras, sacó fotografías y envió video que le dijo al mundo que alguien había atacado a Rushdie, cuyo libro Los versos satánicos, de 1988, fue considerado blasfemo por muchos musulmanes e hizo que el entonces ayatolá de Irán, Ruhollah Jomeini, promulgara un fatwa —es decir, un edicto religioso— en el que pedía la muerte del escritor.

La obra, una novela en la que la ficción se combina con la reflexión filosófica y el sentido del humor, despertó la ira de los musulmanes chiíes que la consideraron un insulto al Corán, a Mahoma y a la fe islámica. Fue prohibida en la India, Pakistán, Egipto, Arabia Saudí y Sudáfrica.

Tras esa amenaza de muerte —y luego de que se ofreciera una recompensa por su cabeza—, Rushdie se vio obligado a vivir oculto. Poco sirvió que Irán dijera en 1998 que no apoyaría su asesinato: el escritor pasó aun así varios años en la clandestinidad. Además, recibió protección policial por parte del Gobierno de Reino Unido, donde estudió y había establecido múltiples hogares (Rushdie se ha casado cuatro veces).

El escritor reside actualmente en Nueva York, desde donde sigue siendo un firme defensor de la libertad de expresión y donde transcurre su vida, “una vida relativamente normal”, según contó él mismo en una reciente entrevista con la revista alemana Stern.

Sin embargo, las amenazas contra él no habían sido olvidadas. De hecho, algunos miembros de la audiencia en la charla-conferencia de Chautauqua hicieron bromas nerviosas de que no querían estar en la primera fila, le ha contado Joshua Goodman a su colega David Bauder. “Había muy pocas medidas de seguridad”, ha añadido.

Pero el propio Rushdie no parecía dar excesiva importancia a las medidas de seguridad, según el escritor Ayad Akhtar, actual presidente de PEN America, la organización sin fines de lucro que trabaja para defender y celebrar la libertad de expresión. En declaraciones para el New York Times, Akhtar ha dicho que nunca vio a Rushdie con guardaespaldas en los últimos años, ya fuera en el teatro, un restaurante o un acto como el programado en Chautauqua. El responsable de PEN America, que en su día presidió el propio Rushdie, afirmó que nunca hablaron de las amenazas recibidas por Los versos satánicos, pero que el escritor parecía perfectamente a gusto en público.

Por su parte, la gobernadora del Estado de Nueva York, Kathy Hochul, subrayó la accesibilidad de Chautauqua, “una comunidad rural muy tranquila” y un lugar “ideal” para que hablen figuras notables como Rushdie.

En una conferencia de prensa, la política demócrata alabó la labor del policía que salvó la vida del escritor y la del moderador del acto literario, que también fue atacado y resultó herido de forma leve. Hochul condenó la violencia y afirmó que es importante que la gente se sienta libre de “hablar y escribir la verdad”.

Salman Rushdie en una imagen de 2016. / Foto: Andrew Lih (Wikimedia Commons).

Lo que se sabe hasta ahora

Las primeras imágenes del suceso en redes sociales comenzaron a circular la mañana del viernes; mostraban a Rushdie, en el suelo, siendo atendido por los asistentes y los servicios de emergencias.

La policía estatal ha informado de que está trabajando con el FBI y la oficina local del sheriff para investigar el posible móvil del joven de 24 años detenido por el ataque, que ha sido identificado públicamente por las autoridades como Hadi Matar, de Nueva Jersey.

Matar irrumpió en el escenario poco después de la presentación del escritor y se abalanzó sobre él, apuñalándole alrededor de diez veces. El ataque fue premeditado y dirigido. “Hicieron falta como cinco hombre para apartarlo y seguía apuñalando”, ha dicho al Times Linda Abrams, una de las asistentes al acto. “Estaba furioso, furioso. Fue intensamente fuerte y rápido”.

Roger Warner y su esposa, que ocupaban la primera fila de asientos, vieron a un hombre alto y delgado saltar a la palestra desde el lado izquierdo y comenzar a atacar a Rushdie tres o cuatro veces en la cara. “Estaba cubierto de sangre y la sangre corría por el suelo”, dijo Warner en declaraciones recogidas por el New York Times. “Solo vi sangre alrededor de sus ojos y corriendo por su mejilla”, informa el diario.

El escritor recibió atención médica de emergencia, incluyendo la de un doctor que se encontraba entre el público, y luego fue trasladado en helicóptero al hospital de Eire, en la vecina Pensilvania, donde pasó varias horas en el quirófano. El escritor sufrió daño hepático como consecuencia del ataque, que además le provocó el corte de nervios en uno de sus brazos y lesiones en un ojo.

“Las noticias no son buenas”, indicó su agente literario, el todopoderoso Andrew Wylie, en un correo electrónico la tarde del viernes al New York Times. “Salman probablemente perderá un ojo; los nervios en su brazo sufrieron cortes y su hígado quedó dañado por las puñaladas”.

Tras permanecer conectado a un respirador artificial durante algunas horas, el escritor británico ha recuperado la capacidad de hablar y volvió a respirar por sí mismo la tarde del sábado (13 de agosto), aunque su pronóstico todavía está pendiente de evolución. La información ha sido divulgada por el propio Andrew Wylie:

Ha iniciado “la senda de la recuperación”, ha dicho Wylie. A pesar del buen pronóstico, ha avisado de que la convalecencia del escritor será “larga”: “Las heridas son graves, pero evoluciona en la dirección correcta”. Rushdie está “hablando y bromeando”.

Lo mismo ha informado este domingo la familia del escritor.

“Aunque las lesiones que le han cambiado la vida son graves, su habitual sentido del humor, tan combativo y desafiante, permanece intacto”, ha dicho el hijo de Rushdie, Zafar Rushdie, en un comunicado en el que subrayaba que el autor seguía en estado crítico. “Estamos aliviados de que ayer le quitaran el respirador”, ha añadido.

El comunicado, en nombre de la familia, también expresaba su agradecimiento a los “miembros del público que valientemente saltaron en su defensa”, así como a la policía, a los médicos y a “la efusión de amor y apoyo de todo el mundo”.

Sentimiento anti-Rushdie

Este sábado (13 de agosto), el fiscal de distrito del condado de Chautauqua, Jason Schmidt, ha informado que Hadi Matar, el hombre detenido tras el ataque, fue acusado formalmente de intento de asesinato en segundo grado y agresión en segundo grado. Fue procesado la noche del viernes y permanecerá en prisión preventiva sin derecho a fianza, ha hecho saber Schmidt en un comunicado publicado por el diario local Buffalo News.

Hasta el momento, no han quedado aclaradas las motivaciones del ataque a Rushdie. Según han comunicado, las agencias policiales estatales y federales estadounidenses están trabajando para desentrañar la planificación y preparación del ataque para determinar si presentan acusaciones adicionales. Tampoco han querido vincular la acción con el fatwa.

Hadi Matar.

Aunque hace tiempo que el Gobierno de Irán marcó distancia con el decreto de Jomeini —como ya decíamos líneas arriba—, el sentimiento anti-Rushdie ha persistido. En 2012, una fundación religiosa semioficial elevó la recompensa por la cabeza del escritor de 2,8 millones de dólares a 3,3 millones de dólares. Rushdie minimizó entonces esa amenaza y dijo que “no había evidencia” de que las personas estuvieran interesadas en la recompensa. Es más: ese año publicó un libro de memorias, Joseph Anton, precisamente donde aborda el fatwa.

Que el sentimiento anti-Rushdie sigue vigente y actual ha quedado demostrado en las últimas horas, tras el ataque. El principal diario ultraconservador de Irán, Kayhan, felicitó el sábado a Hadi Matar: “Felicitaciones a este hombre valiente y consciente del deber que atacó al apóstata y depravado Salman Rushdie en Nueva York”, dice el periódico. “Besemos las manos del que desgarró el cuello del enemigo de Dios con un cuchillo”, agrega el artículo.

El gobierno iraní, por otra parte, no ha emitido ninguna reacción oficial sobre el intento de asesinato de Rushdie. El conjunto de los medios de comunicación, salvo el diario reformista Etemad, dieron cuenta de la noticia calificando, según la línea oficial, a Rushdie de “apóstata”.

Sin embargo, la principal agencia oficial, IRNA, publicó en su servicio en inglés: “Salman Rushdie, el autor apóstata de los versos satánicos, ha sido atacado en Nueva York (…) Rushdie es autor de Los versos satánicos, novela blasfema sobre el islam publicada en 1988 que despertó la ira de los musulmanes, lo que culminó en una fatwa del Imam Jomeini llamando a la muerte de Rushdie”.

Hadi Matar es originario de Líbano y su familia proviene de la ciudad de Yaroun, en el sur del país, ha explicado el alcalde de Yaroun, Ali Tehfe, de acuerdo con información de la agencia Reuters. El mandatario local ha señalado que los padres de Matar emigraron a Estados Unidos y que él nació y creció allí.

En su comparecencia ante el juez el sábado, Hadi Matar, que llevaba una mascarilla y el uniforme carcelario, se declaró inocente de todos los cargos. “Not guilty”, fueron sus palabras.

Actualización: Irán niega cualquier vínculo con el atacante y culpa al escritor

Tres días después del ataque que sufrió Salman Rushdie en Estados Unidos, Irán se ha pronunciado oficialmente para achacar al escritor británico de origen indio —y a sus partidarios— la responsabilidad de los hechos, por haber insultado al islam. El portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores, Nasser Kanaani, ha afirmado el lunes que su Gobierno “solo considera merecedor de condena y reproche a él mismo [a Rushdie] y a sus seguidores”.

En declaraciones citadas por Reuters, el portavoz diplomático advirtió: “Nadie tiene derecho a acusar a Irán por estos hechos”. “Rushdie se había expuesto a la ira popular por haber insultado la santidad del islam y transgredir una línea roja para 1.500 millones de musulmanes”, ha explicado. “La libertad de expresión no puede justificar los abusos contra las religiones y sus principios”.

Así, Irán niega toda responsabilidad en el ataque. “Rechazamos cualquier vinculación con el atacante”, ha enfatizado Kanaani. “Todo lo que sabemos sobre el caso procede de los medios de comunicación”.

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