Artículos

Nancy Campbell: En el hielo podemos ver climas pasados y predecir a qué nos enfrentamos


La escritora y poeta escocesa Nancy Campbell ha resultado ganadora del Premio Ness de la Royal Geographical Society por su libro La biblioteca de hielo (Ático de los libros, 2020). La prestigiosa institución británica reconoce “la labor de divulgación de la geografía a través de la poesía y la escritura de no ficción que ha hecho la autora”.

Desde que Campbell visitó Upernavik (Groenlandia), quedó maravillada por los secretos del hielo y ha viajado por distintos países para desentrañarlos. En el libro, ahora galardonado, relata estos viajes y sus descubrimientos sobre la historia cultural y científica de este elemento, además de reflexionar sobre lo que supone la emergencia climática para estas zonas.

—¿Por qué elegiste este título para tu libro?

—Hay varias razones. En él hablo de muchas facetas del hielo: hielo en el deporte, en la cultura, en el arte y, por supuesto, en la ciencia. El título hace referencia a su parte científica, al hielo que esconde una especie de archivo donde los científicos pueden mirar en los depósitos minerales y el aire que hay entre los copos. Estas trazas son como un lenguaje que forman una biblioteca. Pueden ver climas pasados y con ello edades remotas y periodos más cálidos que pueden predecir a qué nos enfrentamos en estos tiempos tan críticos.

“Pero también hay una segunda razón y es que amo los libros. Trabajo haciendo estampación y como librera, así que con ese título también estaba pensando en las bibliotecas institucionales, las colecciones de libros y la cultura humana por escrito. Además, el libro sigue mi viaje por muchas bibliotecas”.

—En tu obra hablas de cómo ha cambiado nuestra percepción del hielo, de percibirlo como algo misterioso y romántico a verlo como un índice de la evolución del cambio climático.

—Sí, creo que ahora la gente es mucho más consciente del hielo, también en zonas donde no es algo central en sus vidas. En lugar de verlo simplemente como algo que va y viene con las estaciones, el hielo se ha convertido en el símbolo de algo que puede perderse. Ahora, vemos el peligro y es un recordatorio de que los polos se derriten y de que el nivel del mar sigue subiendo.

—¿Qué ha significado el hielo para la cultura humana?

—Me he dado cuenta de que mucha gente como yo siente afinidad por el hielo como algo artístico, desde pintores a escritores. Cada uno lo ve a través de una lente muy personal. Por eso en el libro muestro no sólo mi propia vivencia con el hielo, sino que también considero muchas otras perspectivas, formando un caleidoscopio. Y no sólo las artes, también en los deportes el hielo desempeña un papel fundamental en muchas regiones.

—¿Qué es lo que más te ha sorprendido de tus viajes?

—Creo que lo que más me sorprendió fue el lenguaje. Cuando llegué a Groenlandia me di cuenta de que el hielo polar es un fenómeno extraordinario y que, aunque soy escritora, me era muy difícil encontrar las palabras para describirlo. Por eso empecé a aprender las palabras que utilizan los groenlandeses. Tienen un montón de términos diferentes. Y, una vez que tienes las palabras, empiezas a verlo de forma diferente: el hielo cristalino, el hielo ‘tortita’… Fue asombroso descubrirlo porque me hizo ver las limitaciones de mi propia lengua. Y sé que es algo común, toda la gente que conozco que ha vivido allí se ha encontrado con la misma dificultad. Pero han pasado ya varios años y aún sigo fascinada.

—Algo que se relaciona mucho con el hielo son las historias de los exploradores polares. ¿Por qué fascinan tanto estos relatos?

—Personalmente, las historias de los exploradores polares me intrigan, pero no me atraen tanto como sí las vidas de las personas que realmente vivieron en estas regiones. Me interesan más las herramientas que usaban, los trineos, los kayaks, cómo cazaban… Lo fascinante de las historias sobre exploradores polares es ver a alguien hacer cosas extraordinarias y valientes y que mapearon esa parte del mundo, pero se corre el riesgo de romantizarlos y pensar que fueron las primeras personas que llegaron al Polo Norte. Porque no lo fueron.

—¿Qué podemos aprender de estas culturas que han vivido siempre en el hielo?

—Tuve una conversación con un cazador cuando estaba en Groenlandia que me afectó mucho y fue una de las razones por las que seguí escribiendo sobre el hielo. Estábamos cenando y me dijo: “Tienes que ir y contarle a la gente cómo es nuestra situación aquí. No podemos vivir así, tal y como está el hielo es peligroso”. Aprendí lo crítica que es la situación.

“También me impresionó cómo cambia tu forma de vivir cuando estás tan atado a la naturaleza. Estábamos en una isla pequeña, sin baños con cisternas y donde, si había mucha nieve, no podías salir de la isla en una semana. Una de las cosas que me sorprendió fue que eran muy reticentes a hacer planes, aunque fuesen para el día siguiente. Es parte de su cultura y tiene sentido porque no puedes hacer planes cuando dependes tanto de qué tiempo va a hacer ese día. Es una forma muy intrigante de vivir en el presente.

Fuente: Agencia SINC. 

Related Articles

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Back to top button