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Grandes beneficios que brinda la danza en la infancia

Es diferente bailar de forma natural y espontánea a tener una formación e ir a clases de danza para desarrollar objetivos precisos, por lo que existen clases especializadas en danza infantil en donde, a partir de técnicas propias de la danza clásica, contemporánea y folklórica, entre otros géneros, las niñas y los niños pueden formarse mejor con bases sólidas y bien dirigidas.


Es común escuchar que las actividades recreativas, las actividades físicas constantes y reguladas, el deporte, los juegos, el arte y el baile estimulan el desarrollo de las capacidades psicomotrices. Sabemos que ayudan a evitar problemas anatómicos y a mejorar la salud física y mental en general, pues por medio de ejercicio aeróbicos y anaeróbicos se beneficia el aparato respiratorio y órganos como los pulmones y el corazón. Sí, hacer ejercicio moderado y bien guiado ayuda a la oxigenación del cuerpo, a desarrollar habilidades y destrezas, pero la danza, además, implica una relación directa con la comunicación artística capaz, incluso, de liberar, a través de la expresión, emociones, sentimientos, pensamientos, estados de ánimo y toda la sensibilidad que proviene de nuestro interior.

Debemos saber que como seres humanos desde la infancia podemos expresarnos con todas estas actividades, por lo que siempre es importante contar con espacios de entretenimiento, de diversión, de goce de los movimientos y de acciones espaciales del lugar en el que estamos. La danza nos hace sentir el ritmo en todo el cuerpo, mismo que está en nuestros latidos del corazón desde que estamos en el vientre materno, al igual que las acciones motrices en relación a los sonidos y sensaciones que el cuerpo desarrolla por medio de los sentidos. Obviamente es diferente bailar de forma natural y espontánea a tener una formación e ir a clases de danza para desarrollar objetivos precisos, por lo que existen clases especializadas en danza infantil en donde, a partir de técnicas propias de la danza clásica, contemporánea y folklórica, entre otros géneros, las niñas y los niños pueden formarse mejor con bases sólidas y bien dirigidas, con el fin de prepararse de forma académica y algún día realizar, si así lo desean, una carrera profesional en esta área, siempre contando con el apoyo y la guía de sus padres o tutores y los docentes.

Hoy en día se pueden cursar licenciaturas en escuelas profesionales que empiezan a formar a las niñas y a los niños desde los 8 años de edad; por otro lado, si son menores, también pueden tomar clases que van más dirigidas a la sensibilización y la expresión corporal, iniciación a la danza con herramientas elementales del manejo del cuerpo y del espacio de forma lúdica, en donde conocerán de manera más intuitiva el manejo espacial, el ritmo, la creatividad y el trabajo en equipo, lo que incluye tanto juegos e improvisaciones como la participación de cada integrante con sus ideas. En cada caso, quien instruye puede realizar mecánicas divertidas para conocer el esqueleto y los músculos, por ejemplo, empezando siempre con movimientos simples que se puedan ir desarrollando a lo largo de las clases y a partir de la observación de las acciones de alumnos y docentes.

Es importante notar que la demostración, la explicación y la creación de clases pedagógicas con estructuras claras y directas que vayan de acuerdo con las edades a las que se imparte la clase motivan, sin duda, el trabajo. Por ejemplo, la enseñanza de las posiciones básicas, pasos, pisadas, enlazamientos, filas, formas geométricas espaciales, círculos, líneas, triángulos, medias lunas generarán estrategias didácticas para la comprensión y el gusto de las acciones físicas, mecánicas y dancísticas. A ellas pueden integrarse cuentos, historias y todo lo que permite comprender y sentir mejor las acciones que realizan. El uso de imágenes ayuda mucho en danza infantil, pues estimula la imaginación y proporciona un enfoque divertido. Sin embargo, también es importante fomentar la disciplina, la escucha, la participación ordenada y el desarrollo de habilidades actitudinales de gran valor como el esfuerzo, el interés, la proyección, la puntualidad, el uniforme adecuado, el peinado, la buena conducta a nivel social, la comunicación entre el grupo, la responsabilidad para la realización de sus tareas, así como la práctica de ejercicios o investigaciones sencillas (por ejemplo, dibujos con las posiciones de danza vistas en clase).

La idea es que pongan en práctica cuestiones que puedan realizar fácilmente a su edad y que sean, al mismo tiempo, un entretenimiento que involucre de forma natural la adquisición de conocimientos en donde se logren potencializar de manera gradual las capacidades de cada integrante, de acuerdo a su alcance y desarrollo personal. Esto, como se dijo, permite fomentar el desarrollo de la psicomotricidad que no sólo resulta necesario para practicar danza, sino para la vida misma, en donde siempre será de gran apoyo el uso correcto de factores como la respiración, el manejo de las energías, la eliminación de tensiones corporales, la buena colocación y postura, entre otras cosas, lo cual contribuirá al reconocimiento de la importancia del movimiento corporal de forma orgánica para su desempeño en cualquier ámbito en el que decida desarrollarse a futuro.

Tener una clara consciencia de cuerpo es esencial para saber cómo se puede mover y expresar en distintas acciones rápidas, lentas, con movimientos pequeños, grandes, movimientos redondos, rectos, lanzados, fuertes, suaves, flotados, suspendidos, equilibrados, rotados, circulares, pendulares, reconociendo impulsos motores de forma natural con mecánicas que el cuerpo puede hacer, logrando desde temprana edad inteligencia corporal y así obtener, durante el proceso de crecimiento, otras conceptualizaciones relacionadas con la incorporación de elementos de coordinación, memoria, retentiva, ritmo, musicalidad, realización de secuencias, conceptos de oposición y sucesión con movimientos simples que desarrollen de manera intuitiva los elementos generales de la danza como alineación, fuerza, elasticidad, creatividad y expresión, entre otras cosas, con principios de técnica para su correcto manejo corporal involucrando el uso de emociones diversas como alegría o tristeza, e identificando cada cuestión anímica que a futuro estaría relacionada incluso con creación de personajes. No está por demás insistir en que estos procesos educativos, artísticos y culturales deben estar acompañados de una buena disposición y gran ayuda de padres o tutores, de la comunicación con los docentes y de la participación de los lugares de enseñanza.

De este modo, el juego, la educación dancística y la expresión para comunicarse serán medios para el desarrollo de la infancia, en donde, para resumir, se logran beneficios importantes como:

⠀⠀⠀• El desarrollo de la psicomotricidad, la agilidad, la coordinación de los movimientos, el ritmo, la retentiva y la memoria.

⠀⠀⠀• Una mejora constante en la comunicación y en la expresión corporal.

⠀⠀⠀• Una mayor capacidad de concentración y atención.

⠀⠀⠀• Un aumento de la motivación.

⠀⠀⠀• El valor de la disciplina.

⠀⠀⠀• Un mejor funcionamiento de los sistemas circulatorio y respiratorio del cuerpo.

⠀⠀⠀• La contribución a una mejor colocación, alineación y postura corporales.

⠀⠀⠀• Una mejor elasticidad.

⠀⠀⠀• Un incremento en el desarrollo muscular, la obtención de fuerza y el control corporal.

⠀⠀⠀• Permite mejorar el equilibrio, los reflejos y la agilidad de movimientos.

⠀⠀⠀• Aumenta la resistencia física.

⠀⠀⠀• Ayuda a la concientización y la sensibilidad corporales trabajando la desinhibición y la proyección.

La danza es, pues, divertida y creativa, recreativa y educativa; lo que sin duda estimula la imaginación, el cuerpo y la mente de las niñas y los niños.

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