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El ‘General’ Engels: bicentenario de nacimiento

Fue uno de los fundadores, junto con Karl Marx, del socialismo científico, del materialismo histórico, y uno de los principales organizadores del movimiento obrero en su época. En este 2020 se cumplen dos siglos del nacimiento de Friedrich Engels. Nacido el 28 de noviembre de 1820 en Barmen, la vida de Engels está atravesada por una época de grandes transformaciones donde la burguesía asciende al poder económico y político de Europa, pero también en la que el proletariado moderno da sus primeros pasos. Justamente Engels antes de Marx es una recopilación de textos de este filósofo, politólogo, sociólogo, historiador, periodista, revolucionario y teórico comunista, hecha por Nicolás González Varela. Estos artículos, casi todos ellos inéditos en español y escritos antes de que Engels conociera a su gran amigo Karl Marx, revelan a un joven precoz, políglota, intelectualmente muy potente, capaz de escribir poemas o polemizar con Schelling, estudioso de la situación de la clase obrera en Inglaterra, y que perfila los elementos esenciales de lo que será el comunismo. Un Engels inexplorado que resulta deslumbrante. Con Nicolás González es la siguiente entrevista.


Josefina L. Martínez


¿Cómo era el joven Friedrich Engels antes de iniciar el resto de su vida, signada por la colaboración personal, política e intelectual con Marx? Los poemas satíricos, canciones, escritos periodísticos, textos de crítica cultural y polémicas filosóficas, reunidos en Engels antes de Marx, permiten encontrar una respuesta. El libro, publicado por la editorial española Viejo Topo en noviembre de 2020, con motivo de los 200 años del nacimiento de Federico Engels, cuenta con un importante trabajo de traducción y edición del ensayista y periodista cultural Nicolás González Varela. La obra reúne en 600 páginas 68 escritos de Engels, producidos entre 1838 y 1843. Se trata de un Engels bastante desconocido, que explora la crítica literaria y filosófica, tanto como la poesía, y que también sorprende con su crítica mordaz a diversos personajes del mundo cultural y filosófico de la época. En estos trabajos, Engels se mueve desde la crítica religiosa y filosófica a la crítica de la economía política, bajo el impacto de su estadía en Manchester y el encuentro con líderes obreros cartistas y socialistas. El cuidadoso trabajo de edición y las nutridas notas del editor nos permiten reponer el contexto político e intelectual, desde donde ubicar estos debates.

Nicolás González Varela es autor de varios libros, entre ellos: Heidegger, nazismo y política del ser (Montesinos) y Nietzsche contra la democracia (Montesinos). También es traductor y cuidador de la edición del Cuaderno Spinoza, de Karl Marx (Montesinos, Barcelona, 2012), así como de la edición de Sobre el suicidio, también de Marx (El Viejo Topo 2012). Responde nuestras preguntas desde Sevilla.

Nicolás González.

—Has editado y traducido el libro Engels antes de Marx con escritos de este autor que van de 1838 a 1843. ¿Por qué te parece importante recuperar a este Engels temprano?

—¿Cómo era Engels antes de asociarse con Marx? ¿Conocemos al auténtico Engels? ¡Marx no está allí! Estamos en presencia de un Engels ante Marx, autosuficiente, multifacético, inexplorado e inédito, que brilla de manera autónoma; un autor más que fascinante y contemporáneo, exotérico y crítico, que no piensa en los futuros archivistas, que sorprende por su “rimbaudiana” precocidad. Nos deslumbra por su intuición crítico-materialista y su autoformación asombrosamente rigurosa. Esta edición pretende contestar a esas preguntas. En primer lugar cubre un gran déficit en lengua española, pues solo teníamos de esa época concluyente unos pocos textos en ediciones deficientes e inhallables; en segundo lugar, se repara una injusticia literaria que relegaba sus obras juveniles, incluso en la Marxología, al cajón inservible de “meros ejercicios literarios” de un segundo violín [1]; en tercer lugar, aunque de igual importancia que los otros, ahora tenemos la posibilidad de ver el nacimiento, el statu nascenti, del Comunismo crítico de Engels, ergo: del propio Marxismo. Considero que es de una importancia decisiva el conocer el (nuestro) inicio. La verdad del Marxismo reside en la historia interna de cómo el Marxismo llegó a ser lo que es. Y también, ya que es eminentemente una Teoría abierta, lo que potencialmente puede llegar a ser. Es todo un logro darle su lugar al Engels auténtico, sofocado por un autoritario “Marx-centrismo”.

—En el estudio preliminar a la obra, destacas tres momentos de este período inicial, con diferentes influencias e inquietudes. ¿Cuáles son y qué escritos destacarías en ellos?

—Me parece que el impacto materialista de las condiciones existenciales de Engels, sus etapas sucesivas en Bremen, Berlín y finalmente Mánchester, son nudos resolutorios que dialécticamente realimentan sus etapas teóricas y de militancia. Y viceversa. Y de manera más inmediata que en el caso de Marx. Su situación existencial reconfigura y traduce su marco teórico crítico, lo amplifica, lo abre a nuevas influencias (como es el caso de Hegel) en su rápida evolución ideológica, más fulgurante y segura que la del joven Marx, desde su misma salida de Wuppertal. Engels parece ser una persona permeable a las determinaciones de su medio ambiente, pero es una forma de inmersión crítica, lo que le permite absorber los movimientos sísmicos de la comunidad y al mismo tiempo conservar en este proceso su momento negativo. Engels parece ser consciente, ya tan temprano, que la crítica le añade a la opresión real la conciencia de esa opresión. De la primera etapa, en “Cartas de Wuppertal”, narrando la vida en su ciudad natal de Barmen y el vecino Elberfeld, con un ojo dickensiano para el detalle, notable por su edad y formación, Engels describe en estas cartas las sombrías condiciones de trabajo en las fábricas, el Fabrikarbeiten, la aterradora pobreza, la enfermedad endémica generalizada y la embriaguez como escape entre las clases “no-poseedoras”, la imposibilidad de un Volksgeist democrático. [2] También pinta el verdadero retrato de la naciente burguesía alemana, die reichen Fabrikanten: su misticismo, obscurantismo y fanatismo religioso basados en el pietismo, máscara teológica que encubría la explotación y la pobreza intelectual. La agenda de lucha queda clara en sus propias palabras: “el desarrollo del constitucionalismo liberal, la resistencia a la presión de la aristocracia, la lucha del intelecto contra el pietismo y de la alegría contra los restos del sombrío ascetismo.”

“De la etapa berlinesa destacaría su tríada contra el filósofo anti-Hegel por antonomasia, Schelling, mostrando el carácter contradictorio, místico y reaccionario de las ‘nuevas’ ideas y lo absurdo de sus intentos de desacreditar a Hegel personal y teóricamente. Más maduro en su manejo del método dialéctico, y sumándole los aportes de los jóvenes hegelianos y de Feuerbach en particular, Engels utiliza con gran destreza y éxito en la crítica, por ejemplo, el concepto de enajenación, el absoluten Entäußerung, el de alienación religiosa, la Gottentfremdung y el de hipóstasis, Hypostasen, para demoler con erudición (Engels no había podido concluir su secundario) y minuciosidad asombrosa, para un extra-académico, la entera Filosofía ‘positiva” de Schelling.

“Finalmente brilla con luz propia el decisivo ensayo “Esbozo de una crítica de la Economía política” publicado en la Deutsch-Französische Jahrbücher fue el primer trabajo de Engels de Kritik a la ciencia del enriquecimiento burgués. Marx estaba muy interesado en este trabajo de Engels y escribió un resumen que se encuentra en su Nachlass [3], incluso más tarde lo mencionó en el prefacio a su Kritik… de 1859 [4], diciendo que era ‘un brillante ensayo sobre la crítica de las categorías económicas’. A pesar de que la obra contenía algunos rasgos de inmadurez inevitables en la fase anterior de la formación de las ideas (una exposición poco dialéctica que se inicia con el comercio (y no con la célula básica del capitalismo, la mercancía), influencia del humanismo abstracto de Feuerbach y crítica moralizante, al estilo de los escritores cartistas y owenistas como Watts) contenía una profunda anticipación de la futura Kritik materialista al Capital a través de sus categorías teóricas. Engels demostró que la causa principal de los antagonismos sociales en el mundo burgués y la causa de la futura revolución social será el desarrollo de las contradicciones inherentes y generadas por el conflicto entre el capital y la tierra enfrentadas al trabajo; además analizó las interconexiones dialécticas entre la competencia y el monopolio resultante de la naturaleza de la propiedad privada burguesa”.

—En Mánchester inicia un nuevo momento, ¿por qué se produce allí un punto de inflexión en su pensamiento?

—Creo que para Engels una auténtica crítica materialista implica un análisis, no de las respuestas, sino de los problemas concretos y objetivos. Engels llega rápidamente al Comunismo mucho antes que Marx, en el año 1842. Léxicamente Engels intercambia indistintamente la idea de Comunismo con la de Socialismo en esta época. Esto se acelera de manera notable a su llegada a Mánchester, y sus contactos militantes y personales con owenistas y cartistas, las alas radicales del movimiento obrero inglés. En esta etapa además Engels toma conciencia del problema de la traducción de la teoría crítica en una forma organizativa, en la problemática del partido revolucionario. Los cartistas habían desarrollado, y Engels con Marx tomarán debida nota de ello, la primera organización clasista a nivel nacional de la historia del movimiento obrero moderno. Te adelanto que estoy preparando un trabajo sobre el origen del Marxismo trazando su inicio en la estadía de Engels y Marx en Mánchester, la ciudad-fábrica. Queda claro que se convenció de que solo el Comunismo, entendido como una “Comunidad de Bienes”, podía resolver la candente cuestión social, la agenda de una auténtica reforma social a nivel continental. Y lo que es más decisivo: afirmaba que el Comunismo “no es la consecuencia de la posición particular” de una nación o pueblo elegido, sino una conclusión necesaria, “que no puede evitarse que se extraiga de las premisas dadas en los hechos generales” de la civilización capitalista. Una conclusión demoledora y de efecto epocal, a la que llegará Marx mucho más adelante…

—Me interesa en particular el encuentro de Engels con Marx. ¿Te parece que Engels aportó, con este estudio crítico inicial de la economía política y acerca de la situación de la clase obrera, una concreción mayor, en estas esferas, al pensamiento del joven Marx?

—Es probable que su estrecho contacto con el Owenismo y el movimiento cartista, hablo de su etapa en Mánchester, efectivamente lo conectó (algo difícil en esos momentos en Prusia,) con la vanguardia teórica y práctica del movimiento obrero europeo, como ya dijimos. Se incorporó a la experiencia de clase más avanzada de la época. En este punto Engels a través de sus artículos, es corresponsal de Marx en Inglaterra, todavía no hay una relación íntima y personal con él, ilustra los últimos avances en la lucha y organización proletaria. Engels ya habla en estos años de “Proletariado” como sujeto central, además de intentar explicar la conexión de crisis como esencia inherente del capitalismo. En cuanto a la Economía Política difiero en este punto. Marx tenía ya sus propios conocimientos de Economía Política, de la Economía nacional en su versión alemana, obviamente no tanto de la escuela inglesa, y ya había debatido en la Gaceta renana con los seguidores del nacionalista-proteccionista List. Es algo que reconoce incluso el Engels tardío…

—Hay otro aspecto de la biografía de Engels, en general menos conocido. Su formación militar y su papel en las barricadas en 1848. ¿Qué nos puedes contar?

—Ese ya es un Engels posterior a estos escritos pero se detectan señales y tendencias. Aquí puede verse ya la temprana afición sobre los temas militares, hay una descripción de ejercicios militares en una de sus exquisitas viñetas sobre la vida cotidiana burguesa de Bremen, que demuestra su conocimiento de la Militaria de la época. Desde que se estableció en Mánchester a finales de 1850, Engels se dedicó a un programa de lectura sistemática que le proporcionó una verdadera erudición, tanto en estrategia como en historia militar. Todos estos conocimientos de la Ciencia militar moderna y de la Historia militar en general, llegarán a su clímax de erudición y profundidad en los artículos que escribirá para la primera enciclopedia norteamericana The New American Cyclopaedia, textos inéditos en español que estamos actualmente traduciendo y editando para una próxima publicación en 2021. No en vano sus amigos y allegados le apodaron “El General”, mote que le otorgó cariñosamente la familia de Marx al comentar la Guerra Franco-Prusiana de 1870-1871 para la London Pall Mall Gazette. En este aspecto es de destacar su descubrimiento del valor revolucionario de la Ciencia como elemento clave en el catálogo de las fuerzas productivas; estamos hablando de una intuición que se anticipa casi treinta años a la publicación de Das Kapital. Efectivamente, todo este bagaje teórico del Arte de la Guerra lo intentará poner en práctica en la guerra urbana y de barricadas de 1848, intentará integrarlo en la Teoría de la Revolución que surgirá naturalmente de sus escritos. Está muy clara en sus críticas al oportunismo político de la izquierda, por ejemplo. Engels se sumó entusiasta al ejército insurreccional de Baden y el Palatinado, huyendo a Suiza luego de la ofensiva de Prusia. Si se escribiera una Historia militar del siglo XIX, Marx solo figuraría como mero asistente de investigación de Engels, tal su genialidad. En este aspecto es considerado por muchos especialistas como el crítico militar más perspicaz del siglo XIX. Llegó a prever los contornos geopolíticos de la I Guerra Mundial…

—Una última: si le tienes que recomendar hoy a un joven dos trabajos de Engels para introducirse en su obra, ¿qué recomendarías?

—Por supuesto La situación de la clase obrera en Inglaterra, de 1844-1845, una obra insuperable y plenamente actual, subtitulada “obra basada en el conocimiento directo”. Engels tenía ¡25 años! Y describe, combinando investigación directa con estadísticas oficiales, las condiciones terribles de miseria y estagnación del proletariado inglés, efecto natural y de composición del Capital, y predijo que su ira estallaría en una revolución junto a la cual la Gran Revolución Francesa se vería como un juego de niños. Las observaciones de Engels captaron la complejidad –en vivienda, industria, transporte y saneamiento– de la vida de los habitantes de Mánchester, y las diferencias absolutas en las condiciones de sus ciudadanos según el destino de clase. Finalmente recomendaría un trabajo poco conocido, Principios del Comunismo, de 1847, que es de la época inmediatamente previa a su trabajo con Marx en el mítico Manifiesto Comunista. Un trabajo corto, brillante y escrito en forma muy pedagógica.

NOTAS AL PIE

[1] Esta expresión de “segundo violín” la utiliza Lenin en su homenaje a Engels, publicado en este mismo dossier. Lenin la toma de una referencia que hace Engels sobre sí mismo en una carta a J. P. Becker del 15 de octubre de 1884, en la que homenajeaba a su amigo y compañero, Karl Marx.

[2] Volksgeist se puede traducir como “el espíritu del pueblo”, en la tradición del romanticismo y el nacionalismo alemán.

[3] Se refiere a los manuscritos de Marx que no fueron publicados durante su vida, sino que se conocieron póstumamente

[4] Karl Marx; Prólogo a la Contribución a la Crítica de la Economía Política, 1859

Josefina L. Martínez. Historiadora. Coautora del libro Patriarcado y capitalismo (Akal, 2019), autora de Revolucionarias (Lengua de Trapo, 2018), coautora de Cien años de historia obrera en Argentina (Ediciones IPS). Escribe en Izquierda Diario.es, CTXT y otros medios.

Texto publicado originalmente en La Izquierda Diario – Red Internacional.

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