Ciencia

VIH: avances y retrocesos

Julio, 2025

El VIH sigue afectando a millones de personas en el mundo. Los tratamientos mejoran la vida, pero la cura aún no llega. El reto persiste. Por eso, cada paso que se da para su erradicación es motivo de resaltar. Del mismo modo, los retrocesos. En estas últimas semanas un par de noticias han acaparado la atención: por un lado, la aprobación del fármaco Lenacapavir, la inyección semestral que puede cambiar la prevención del VIH. Por el otro, los recortes drásticos en la ayuda internacional contra el VIH: los mayores donantes globales reducirán sus aportaciones, mientras que EE. UU. ha pausado su programa de ayudas. De ello nos habla Pablo Ryan Murúa.

1. Los avances: lenacapavir, la inyección semestral que puede cambiar la prevención del VIH

La Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) de Estados Unidos aprobó en junio de 2025 el primer tratamiento preventivo contra el VIH que se administra con una sola inyección semestral. El fármaco, llamado lenacapavir, demostró en ensayos clínicos una eficacia del 99,9 % para evitar la infección del VIH por vía sexual, lo que marca un hito en la lucha contra el virus causante del sida.

Una pastilla diaria para prevenir

La estrategia preventiva en la que personas sin VIH toman medicamentos antirretrovirales para evitar la infección si se exponen al virus recibe el nombre de PrEP (profilaxis preexposición). Está indicada para quienes tienen mayor riesgo, esto es, personas con múltiples parejas sexuales y que no utilizan el preservativo.

Desde 2019, se ha consolidado como una herramienta clave de salud pública en diversos países, aunque su eficacia depende de la adherencia: hasta ahora, requería tomar una pastilla diaria. La llegada de nuevas opciones de larga duración podría cambiar este escenario.

¿Cómo funciona y qué tan eficaz es?

Lenacapavir pertenece a una nueva clase de antirretrovirales conocida como inhibidores de la cápside, diseñada para atacar la envoltura proteica que protege al VIH e impedir que el virus se replique en múltiples etapas de su ciclo vital. A diferencia de la PrEP basada en pastillas diarias, este medicamento se administra sólo dos veces al año mediante una inyección subcutánea.

Los resultados de los ensayos clínicos han sido sumamente alentadores. En dos estudios con miles de participantes de diversos grupos, el 99 % de quienes recibieron lenacapavir se mantuvieron libres del VIH. De hecho, uno de los estudios no registró ninguna infección entre los voluntarios, mientras que en el otro sólo se detectaron dos casos de infección. En otras palabras, la inyección semestral logró una eficacia preventiva prácticamente del 100 %, superior incluso a la de la PrEP oral diaria estándar.

La magnitud de este avance ha sido tal que la prestigiosa revista Science destacó a lenacapavir como uno de los avances científicos del año 2024.

El lenacapavir no sólo combate el virus en una persona ya infectada, sino que tiene una impresionante capacidad para prevenir la enfermedad./AP.

Ventajas frente a la pastilla diaria

Aunque la PrEP diaria por vía oral está disponible desde 2019, muchas personas no pueden utilizarla: algunas por contraindicaciones médicas, otras porque no acceden fácilmente a los servicios, y otras porque les cuesta mantener la toma diaria. La ausencia de alternativas a la PrEP oral diaria implica que determinados colectivos (para quienes esta modalidad no es viable) están siendo dejados de lado en las estrategias de prevención del VIH.

Recibir sólo dos inyecciones al año para prevenir el VIH ofrece ventajas claras frente a los métodos actuales. Mejora la adherencia, al evitar la rutina diaria de pastillas o las visitas frecuentes al centro de salud, algo especialmente útil para jóvenes o personas con barreras de acceso. También reduce el estigma: al no tener que llevar medicación visible, muchos valoran esta opción como más privada y discreta. Por otro lado, al liberar el fármaco de forma sostenida, garantiza una protección continua. Esta combinación de comodidad, eficacia y discreción puede aumentar la aceptación de la PrEP entre quienes hoy no la utilizan.

Eso sí, lenacapavir sólo protege frente al VIH, por lo que debe combinarse con el uso del preservativo y otras medidas preventivas para evitar la transmisión de otras infecciones de transmisión sexual.

Desafíos: acceso global y coste

Pese a su potencial, lenacapavir enfrenta barreras importantes para su implementación global. Su precio como herramienta preventiva lo hace inaccesible para muchos sistemas de salud, especialmente en países con menos recursos. Expertos señalan que podría producirse a un coste mucho menor, lo que ha generado preocupación en organismos como ONUSIDA, que advierte que una innovación solo es útil si puede llegar a quienes la necesitan.

A pesar del avance científico que supone lenacapavir, su acceso global está en riesgo por decisiones políticas y financieras. La interrupción de fondos del PEPFAR por parte del gobierno de EE. UU. y los recortes al Fondo Mundial han dejado sin respaldo económico a los principales mecanismos que podrían financiar esta innovación en países de ingresos bajos.

Gilead, la empresa biofarmacéutica estadounidense, ha firmado acuerdos de licencia voluntaria con fabricantes genéricos para 120 países de renta baja y se ha comprometido a facilitar el acceso gratuito en EE. UU. para personas sin seguro, pero aún quedan fuera muchos países de ingresos medios. Además del coste, la implementación logística también será un reto: administrar una inyección cada seis meses exige sistemas de salud con capacidad de seguimiento, pruebas periódicas de VIH y personal formado.

El futuro: PrEP anual y autoadministrada

Gilead ya investiga una versión de lenacapavir intramuscular que se aplique una sola vez al año, y se exploran opciones de autoinyección, similares a la insulina, para facilitar su uso en zonas con menor acceso sanitario. La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha anunciado que publicará directrices sobre su uso en julio de 2025, durante la Conferencia Internacional del Sida en Kigali. Si se superan las barreras actuales, lenacapavir podría ser el inicio de una nueva era en la prevención del VIH.

En definitiva, este medicamento representa un paso adelante en la prevención del VIH. Con sólo dos dosis al año y una eficacia sobresaliente, este nuevo fármaco tiene el potencial de cambiar las reglas del juego en la lucha contra la epidemia, facilitando la protección a poblaciones que hasta ahora enfrentaban barreras con las estrategias existentes.

El gran desafío a partir de ahora será lograr que sus beneficios alcancen a todas las comunidades afectadas mediante políticas de acceso equitativo y precios asequibles. Solo así este avance científico podrá traducirse en un impacto real y duradero, acercándonos un poco más al objetivo de frenar la transmisión del VIH en todo el mundo.

El lazo rojo es un icono de la lucha contra el sida.

2. Las malas noticias: los recortes en la financiación del VIH son un retroceso global que costará millones de vidas

Los recortes drásticos en la ayuda internacional contra el VIH podrían deshacer décadas de progreso y desbordar sistemas sanitarios en países de bajos y medianos ingresos. Especialmente preocupante es la suspensión temporal de PEPFAR (Plan de Emergencia del Presidente de EE. UU. para el Alivio del Sida) por parte de Estados Unidos, principal contribuyente mundial. ¿Cómo hemos llegado hasta este punto? ¿Qué consecuencias podría tener?

¿Qué está pasando con la financiación mundial del VIH?

En febrero de 2025, los cinco mayores donantes globales en la lucha contra el VIH —Estados Unidos, Reino Unido, Francia, Alemania y Países Bajos— anunciaron reducciones de entre un 8 % y un 70 % en sus aportaciones.

Estas naciones cubren más del 90 % de la financiación internacional en VIH. Por lo tanto, el movimiento implica un recorte conjunto cercano al 24 % para 2025 y 2026. Estados Unidos, responsable de cerca de tres cuartas partes de estos fondos, suspendió temporalmente su programa emblema, PEPFAR, el 20 de enero de 2025.

Estos recortes llegan tras décadas de esfuerzos coordinados que habían reducido de forma notable las nuevas infecciones y las muertes vinculadas al VIH. Según ONUSIDA, más de 30 millones de personas reciben terapia antirretroviral gracias a la financiación internacional y a los sistemas de salud locales.

Sin embargo, el futuro de muchos de estos tratamientos queda en el aire si no se revierten las decisiones anunciadas

¿Por qué es tan grave la suspensión de PEPFAR?

PEPFAR se ha convertido en la mayor iniciativa sanitaria de un único país contra una sola enfermedad. Desde su creación en 2003 ha contribuido a salvar 26 millones de vidas en más de 50 países, la mayoría en África subsahariana.

El programa financia el suministro de fármacos antirretrovirales, la contratación y formación de personal sanitario y las iniciativas de prevención, incluidas la realización de pruebas de VIH y distribución de condones.

Según proyecciones publicadas en la revista The Lancet HIV, la interrupción prolongada de PEPFAR, combinada con otros recortes internacionales, podría generar entre 4 y 10 millones de nuevas infecciones y hasta 2,93 millones de muertes adicionales hasta 2030.

Programas como la prevención de la transmisión de madres a hijos durante el parto, así como la atención pediátrica, que han logrado grandes éxitos al reducir las infecciones en recién nacidos, podrían verse especialmente afectados.

Una paciente se somete a una prueba del VIH. Arne Hoel / World Bank

Consecuencias para la prevención

La emergencia no se limita al tratamiento de quienes ya conviven con el virus. La prevención (pilar fundamental en la respuesta al VIH) también se ve mermada.

Las campañas de concienciación, las pruebas del VIH, la provisión de condones y lubricantes, la PrEP (profilaxis preexposición) y la reducción de daños (por ejemplo, los programas de intercambio de jeringuillas) suelen sostenerse en gran parte con fondos externos.

La PrEP es una estrategia de prevención del VIH que consiste en tomar un medicamento antirretroviral de forma regular para evitar la infección en personas que no tienen el virus, pero que están en alto riesgo de adquirirlo. Este método preventivo, altamente eficaz cuando se administra de forma continua, podría quedarse fuera del alcance de miles de personas en riesgo.

Las poblaciones clave en estos esfuerzos preventivos incluyen los trabajadores sexuales, hombres que tienen sexo con hombres, personas transgénero y usuarios de drogas. Estos grupos han padecido tradicionalmente la menor inversión preventiva y la mayor tasa de nuevas infecciones. Los recortes podrían reforzar su marginación y disparar los contagios en grupos que ya se encuentran desproporcionadamente afectados.

Cada día sin fondos suficientes para la prevención se traduce en nuevas infecciones de VIH que podrían haberse evitado.

El problema se centra en países con menos recursos, pero ninguna nación se salva ante este problema de salud pública. Vivimos en un mundo muy interconectado. El aumento de casos en otras regiones puede repercutir en la salud global.

¿Cómo evitar un retroceso histórico?

Aún estamos a tiempo de intervenir y frenar las peores consecuencias. Organizaciones como ONUSIDA, la OMS y sociedades científicas proponen medidas concretas:

⠀1. Restaurar la financiación y reactivar PEPFAR. Volver a los niveles de inversión previos a 2025 y asegurar la continuidad de los programas más críticos, especialmente en países de renta baja.

⠀2. Fortalecer la inversión nacional. Los gobiernos de cada país deben incrementar sus presupuestos en salud para depender menos de la ayuda externa. No se logrará de la noche a la mañana, pero una mayor autonomía local generará sistemas sanitarios más resistentes.

⠀3. Integrar la respuesta al VIH en la atención primaria. Incluir las pruebas de VIH, la PrEP y la distribución de fármacos en la estructura básica de la sanidad permitiría optimizar recursos y ampliar la cobertura.

⠀4. Mantener programas de prevención para poblaciones vulnerables. Las intervenciones dirigidas a grupos con mayor riesgo deben ser prioritarias: suspenderlas podría impulsar un mayor número de contagios e incrementar el estigma social.

⠀5. Planificación de la transición de fondos. En lugar de recortar de forma abrupta, se recomienda un plan escalonado que permita a los países adaptar y sostener sus programas sin causar interrupciones drásticas.

De la alarma a la acción

Los recortes en la financiación internacional contra el VIH amenazan con revertir los logros de las ultimas décadas y poner en riesgo la salud de millones de personas. Tras años de descensos en nuevas infecciones y muertes relacionadas con el sida, esta tendencia positiva podría estancarse o incluso retroceder si no se revierte la suspensión del PEPFAR y no se restablecen los fondos recortados.

En un mundo interconectado, las consecuencias transcienden fronteras y afectan a la salud de todos. Cumplir los compromisos de donación, reforzar la atención primaria y destinar recursos a la prevención son pasos clave para salvaguardar décadas de progreso y asegurar que el VIH deje de ser una amenaza mundial en las próximas décadas.

[Pablo Ryan Murúa: profesor de Medicina (Facultad de Medicina). Especialista en Medicina Interna. Investigador (CIBERINFEC e IiSGM), Universidad Complutense de Madrid. // Fuente: The Conversation. Texto reproducido bajo la licencia Creative Commons — CC BY-ND 4.0]

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