Abril 2025
Fue actor, cantante, compositor, también investigador y difusor de la música popular mexicana y latinoamericana. Pero, asimismo, fue poeta: una faceta poco conocida de él. Publicado originalmente en 1980 en Ediciones Mester (de Orso Arreola), en 1992 la Editorial Praxis de Carlos López puso de nuevo en circulación el libro de poemas de Óscar Chávez: Sinfín de llantos. Ahora que se cumple un lustro de su partida —Óscar nació en 1935 y murió en 2020—, con autorización del editor reproducimos algunos versos, así como un breve comentario del propio Carlos López.
Veinte poemas
Óscar Chávez
⠀⠀⠀⠀⠀I
Eres una ala
que desnuda la sangre
una mesura que deslíe espumas
una medusa
un tono que rescata
una tibia resaca de sorpresas
un espolón
eterno y delirante
de tierno resollar por las mareas
un sabio ser
del mar y del amor
¡Ay ola solitaria! ¡ala que asola!
⠀⠀⠀⠀⠀II
Cómo te niegas
cómo haces falta al canto
cómo te da la gana no ser nadie
limo callado
herrumbre de tinieblas
tibio sinfín de llantos gregorianos
cuando devienes
cuando pasas tan humo
tan femenina sombra malherida
angustia pura
mujer desmantelada
por la sorda callosidad del tiempo.
⠀⠀⠀⠀⠀III
Uva que mana
espiga que retoza
sahumerio de la rabia incandescente
tonada blanca
deífica inmanencia
cántaro musical ante la briza
desperezada
de la cantiga en grano
frente a la voz celosa que te induce
a no escuchar
jamás la palinodia
que te zanjas las bruces de los hombres.
⠀⠀⠀⠀⠀IV
Trémula siempre
eternamente álgina
roída por los goznes del sigilo
mas displicente
desamada cautiva
pendiente de la soga de la especie
ícono incólume
ascua desaforada
plañidera incallable de la duda
dado trilátero
pitonisa del ocio
helado y misterioso del naufragio.
⠀⠀⠀⠀⠀V
Salitre y polvo
te emana de los labios
y tu sol quema brasas de mercurio
horno sedeño
fogata crapulosa
confundida en la recta del hastío
trazo boreal
silueta inexpugnable
sentimental artífice vacía
códice mudo
silente vanidad
rota y despedazada por la gracia.

⠀⠀⠀⠀⠀VI
Qué sola estás
sin nostalgia ni rueca
sin melancolía del suspiro
siquiera viva
al menos intocable
luego de amar en tantas sinrazones
muerta siquiera
cuando el engaño toca
los huesos del penúltimo inocente
ajena al menos
translúcida y variable
a los ojos del león que te devora.
⠀⠀⠀⠀⠀VII
Pobre de ti
sensualidad profesa
donadora de llanto en miel saudade
amiga puente
pesarosa pantera
que desgarras tu piel en la tristura
llagada en sol
sirviente estatua
gruta descascarada a la intemperie
cautiva gracia
astilla lisonjera
enconada en los íncubos del sueño.
⠀⠀⠀⠀⠀VIII
Eres un luto
vistes un mausoleo
has de saber a cal y grito en sánscrito
fémina arcada
paraíso escindido
simiente de burbujas en la copa
frutal del agua
mas calcinada siempre
por el sopor de tu energía fáustica
mas siempre tú
a tu pesar entera
flama en la paz y desazón ajenos.
⠀⠀⠀⠀⠀IX
Mas siempre tú
ayuno de azucenas
virgen hollada en sueños de pleamar
que ríe y canta
se debate y desvela
cauda de garzas que sutura nubes
y desmenuza
la rosa de los vientos
lúbrica reina que establece el rumbo
a los alcoholes
a la esperanza enferma
y todos los deseos cardinales.
⠀⠀⠀⠀⠀X
Cómo te vas
cómo te pierde el tiempo
cómo el viento te pisa los talones
gorjeo de brisa
amante encrucijada
gacela invicta de ojos diagonales
arrobadora
esfinge de pie único
salterio que te vas siguiendo tu eco
y te sofocas
con inquietantes heces
por escuchar futuros que alimentas.
…
La raíz del poemario
Carlos López
Discutimos con Óscar Chávez desde el sustantivo del título de su libro Sinfín de llantos (Editorial Praxis, 1992) y el acento de su nombre en las instalaciones de Discos Pentagrama, en la colonia Roma. En todos los casos de puntuación y acentuación de su libro él se impuso; también, en las ilustraciones de portada y de las páginas interiores. Argumentó que su tío Eduardo Lizalde (de quien es el epígrafe que abre el libro: “Sin la belleza / no existiría el infierno”) lo había revisado.
A partir de la edición de ese libro decidí que no haría más concesiones en la edición; si el autor no estaba de acuerdo con nuestros criterios editoriales, no lo imprimiríamos. Y así ha sido desde que Praxis cumplió once años de existencia.
Sobre el libro de Óscar, Carlos Illescas dijo que “poesía y música establecen los términos de su mundo. Para ellas (y por ellas) vive y debido al ejercicio incesante de esta virtud todo cuanto toca lo incorpora a la inocencia de ser”, al candor de su ser.
La voz adolorida de Óscar acompañó —desde que empezó a cantar hasta que se murió— los procesos sociales de México. Su alma de poeta lo llevó a defender y actuar con conciencia ante las injusticias y el sufrimiento.

Entre la ironía y la reflexión, Óscar mantuvo latente una poética a la que fue fiel. Su sencillez personal, los versos llanos, la voz franca crearon su estilo, ése que cualquiera reconoce por su timbre.
Óscar respetaba la poesía, la leía con fervor. Tal vez por eso publicó sólo un libro de poemas, aunque de manera intermitente escribía versos.
“Busco el ritmo, la música en la poesía, el sonido del idioma. En ese sentido Saint-John Perse es un modelo. Yo me considero un buen lector de poesía, tanto que considero un atrevimiento, y lo hice con terror, publicar este libro, porque uno no debiera publicar cualquier cosa, debe haber cierto decoro. En el centro, este poemario es una contemplación de lo femenino desde muchos puntos de vista, y, sí, me salen cosas azotadísimas, igual que en mis canciones: no contienen la alegría de vivir, sino escepticismo”, afirmó Óscar en una entrevista para La Jornada el año que salió su libro.
Ese año también actuó en el Palacio de Bellas Artes de la Ciudad de México y se presentó en un programa nocturno de espectáculos que dirigía Verónica Castro en el Canal 2. Óscar habló de su libro esa noche. Un amigo me habló desde Poza Rica para decirme que estaba viendo el programa y que la cámara estaba enfocando el libro de Óscar, que leía uno de sus poemas.
Hace unos años me habló para preguntarme si podía publicar la obra de teatro de una amiga suya, pero ya no supe de ella; tampoco de Óscar. Fue la última vez que hablamos.