Abril, 2025
La luz que logra colarse entre los orificios rasgados de la cortina ilumina ciertos espacios de la habitación. Un rayo rebota sobre el espejo y se proyecta en un prisma de la lámpara del buró. En el tapete hay un pequeño arco iris que no tiene forma. A un lado, el zapato de tacón se recarga sobre un cinturón con hebilla plateada. Un ratón atraviesa el cuarto, no sin antes detenerse a olfatear unas pantimedias oscuras, una trusa atigrada y el calcetín que se encuentra frente a la pata izquierda de la silla.
De pronto, a un metro de distancia, una pantaleta es arrojada sobre el cable del televisor y se desliza hasta introducirse en el bote de la basura, junto a la puerta. La cama está centrada contra la pared más angosta, la de la derecha. De su colcha pende enganchado un sostén que se niega a caer. Una chinche salta desde la maceta con plantas deshidratadas hasta el montón de ropas reunidas encima del piso muy cerca del baño. Pasa el mismo ratón que de nuevo hace una parada y se lleva consigo un arete que hace unos segundos resbaló de allá arriba.
Por fin se desploma el sostén.
No hay cuento que lo resista.