Abril, 2025
La tijuanense Julieta Ventura compuso “Bien, mal o regular”, pieza promovida mediante un video en que pueden verse varias muchachas entregadas al inusitado hábito de comer flores, pero no de las alimenticias como la de calabaza —en quesadillas—, el colorín —con huevo y aguacate— o la caléndula —en ensaladas antisépticas— sino de las indigestas como el lirio, la gardenia y el ave del paraíso. Hablamos, pues, de flores crudas y crujientes que, como es natural, se resuelven en los obligados procesos digestivos y terminan originando flatulencias de diversas magnitudes, las más potentes llegan incluso a levantarles la falda y en el caso de las más debilitadas sólo llegan a ocasionar que las ninfas se inclinen suavemente para darles salida libre de obstáculos. Como estamos rebosantes de prejuicios sobre estos asuntos digestivos, Julieta duda, se confunde y no distingue si está bien, mal o regular, dilema que nos revela el alcance de los puntos de vista finolis y antipedistas en el norte de la República. Para nosotros no hay duda, al menos en cuanto a la selección del menú floral, porque habiendo flores e inflorescencias susceptibles de ser catalogadas como incómodas, fastidiosas, enojosas, irritantes, perturbadoras y tóxicas, las ninfas de marras se ven no sólo sanas, sino incluso en condiciones óptimas. En cambio no queda demasiado claro si estas pedorreras van perfumadas o no, aunque sin duda son todas de tipo primaveral, al menos es lo que se colige porque salen acompañados de una cantidad variable de alegres mariposas, a veces una veintena, a veces dos o tres pero, afortunadamente, ya estábamos al tanto de que la prodigiosa diversidad del mundo viviente se presenta por doquier. A modo de epílogo es preciso apuntar que la filmación se llevó a cabo apaciblemente y sin sobresaltos, pues no sólo estuvo desprovista de rostros atribulados o afligidos, sino que todo transcurrió con una placidez capaz de avalar que malos olores no hubo.
De cualquier modo, como de sobra sabemos los alcances de sentimientos negativos como la animosidad, la envidia y la inquina, queremos dejar constancia de nuestra admiración por Julieta. Ya estaba haciendo falta alguna diva capaz de rescatar a las ineludibles flatulencias del negro pozo del prejuicio y la artificiosidad. 
