Televisión para perros
Febrero, 2025
En sociedades como la nuestra, escribe Juan Soto en esta nueva entrega de ‘Modus Vivendi’, es más fácil indignarse porque alguien abandone un perro en la calle que por niños hambrientos y desnutridos que se pueden mirar en el mismo espacio público. En un mundo donde los perros ya han sido asimilados a la condición humana y se les considera como un integrante más de la familia, hoy se les puede tratar mejor que a muchas personas. Es más: ¿alguien se asusta hoy por mirar personas que le encienden el televisor a sus perros y gatos cuando salen de casa para que no se sientan solos?
Ron Levi, un tipo de Nueva Jersey que se describe a sí mismo en su cuenta de Linkedin como un profesional experimentado con una larga trayectoria en redacción de textos, dirección creativa y experiencia en liderazgo de contenidos, cuenta que mientras vivía en Londres adoptó un gato de aproximadamente cinco años que alguien había abandonado al cual llamó Charlie. Un par de años más tarde se mudaron a Tel Aviv, Israel, y afirma que su gato no estaba muy contento con el cambio.
De acuerdo con una entrevista que aún se puede ver en Youtube, Levi asegura que a finales de 2006 o inicios del 2007, estando a punto de irse a trabajar, su gato lo miró de una manera muy triste como diciéndole que no se fuera, que no lo dejara, que eso no estaba bien. Levi lo miró entonces a los ojos y pensó que el gato tenía razón, así que echó un vistazo a su alrededor y decidió encender el televisor para su mascota. Encontró programas con aves, ardillas y peces. Y, según él, después de que Charlie vio dichos contenidos, quedó hipnotizado. Que saltó sobre el televisor y, de estar triste, en un segundo había pasado a ser un gato feliz. Situación que le alivió.
Dicho acontecimiento, añade Levi en otra parte de la entrevista, le hizo pensar que todas las personas que tenían mascotas podían utilizar sus televisores para entretenerlas y hacerlas un poco más felices cuando se quedaban solas en casa durante tantas horas. Además, llegó a la conclusión de que encender el televisor a las mascotas podía hacer que sus dueños no se sintieran mal por dejarlas solas. Y es que, como millones de personas alrededor del mundo, Ron también piensa que son parte de la familia.
Cuando Charlie murió, Ron Levi comenzó a suponer que los contenidos de la programación no eran los más adecuados para las mascotas. Así que tuvo la grandiosa idea de crear DogTV junto con su socio de aquel entonces, Guy Martinovsky, quien terminaría vendiendo sus acciones a Jasmine Group. Unos cinco años después de que Levi tuviese esa especie de epifanía provocada por la mirada triste de su gato, el canal con contenidos exclusivos para perros se lanzó en Tel Aviv. En febrero de 2012, la programación comenzó a transmitirse a través de Cox y Time Warner en San Diego, California.
Los contenidos para mascotas que se ofrecen en dicho canal están adaptados para sus miradas daltónicas de acuerdo con los expertos que fungen como asesores de Ron, quien, antes de ser director de DogTV, fue guionista para The Amazing Race. Según Levi, los contenidos tienen el objetivo de ayudar a los perros a superar la ‘ansiedad’ o el ‘estrés por separación’, de tal modo que la estimulación mental, la relajación y la exposición son sólo algunas de las diversas posibilidades que se ofrecen en este canal 24/7. Según se puede leer en su página de internet, DogTV es un canal diseñado científicamente para perros que los mantiene relajados y entretenidos. Como sus contenidos ahora son también para humanos, entonces también les permite a los amantes de los perros encontrar consejos de expertos sobre su comportamiento, entrenamiento y testimonios de veterinarios. El canal cuenta con una amplia biblioteca para perros y humanos que incluye videos educativos centrados en salud, nutrición y entrenamiento. Es un canal para perros, pero los humanos pueden disfrutarlo en compañía de sus mascotas deleitándose juntos con la programación.
Además, apuntan desde la empresa televisiva, se agregan nuevos programas cada semana. Ha crecido tanto que su fundador no repara en afirmar que ha hecho de DogTV una empresa multimillonaria y que lidera el desarrollo y la ejecución de estrategias innovadoras de contenido en diferentes canales. Sin recato alguno, como muchos de los que tienen cuenta en Linkedin, dice que sus colegas lo describen como una persona motivada, innovadora, creativa, precisa, realista y dinámica en quien se puede confiar para ofrecer soluciones que generen resultados rentables y dentro del presupuesto. Es decir, lo describen como una persona muy perrona. ¡Guau!
DogTV pude verse en dispositivos móviles e inteligentes (IOS y Android) y también en Roku, Amazon Fire TV, Apple TV, Chromecast, Sling y más. Curiosidades aparte, el canal encargó un estudio a Nicholas Dodman, profesor del Departamento de Ciencias Clínicas de la Universidad de Tufts y experto en comportamiento animal, a partir del cual pudo determinar que los perros pasaban más tiempo viendo DogTV de lo que veían Animal Planet y CNN, en ese orden. Los integrantes del canal televisivo han trabajado también con la profesora Niwako Ogata de la Universidad de Purdue, conductista veterinaria certificada, así como con organizaciones como The Center of Canine Behavior Studies. El equipo de DogTV está convencido de que los hallazgos de las investigaciones de sus expertos y sus organizaciones amigas han validado lo que sabían desde el principio: que una televisión cuidadosamente producida puede reducir la ansiedad de los perros y que puede ser una valiosa forma de enriquecimiento monetario para ellos.
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Por si fuera poco, afirman que no sólo cuentan con seguidores perrunos, sino que también tienen fanáticos felinos, aunque seguramente esto no aplica para las jaurías del África subsahariana, las hienas nigerianas o los leones asiáticos.
Toda esta parafernalia posdarwiniana que ha florecido como industria de medios, entre otras cosas, ni por asomo debe de haber tomado en cuenta el fenómeno de la antropomorfización.
Veamos.
Jenófanes, quien acusó a Homero de difamar a los dioses por describirlos en forma humana y dotarlos con fallos morales, afirmaba que los hombres antropomorfizaban a los dioses atribuyéndoles características humanas. Este olvido milenario de los partidarios trasnochados de Darwin no es un asunto menor. Jenófanes afirmaba que si los bueyes, caballos y leones hubiesen tenido manos y capacidad de pintar como lo hacen los humanos, los caballos habrían dibujado a los dioses como caballos, los bueyes como bueyes y los demás animales como ellos mismos. Curiosidades aparte, muchos humanos han imaginado a Dios como un ocioso barbudo mirando todo el tiempo desde las nubes a las personas.
Atribuyéndoles cualidades o rasgos humanos a un animal o a una cosa, ese animal o cosa queda asimilado a lo humano. La profesora Élisabeth Roudinesco, historiadora y psicoanalista francesa, lo ha dicho de una buena manera en su ingenioso libro Nuestro lado oscuro / Una historia de los perversos. Ha argumentado que los posdarwinianos no tratan de hacer descender a los hombres del mono, sino que tratan de hacer que el mono acceda al estatus de hombre. Asimilados a lo humano, los perros, por ejemplo, pueden ser considerados como buenos candidatos para acceder a la condición de personas.
Y es así como los posdarwinianos pueden llegar a conclusiones un tanto exóticas al considerar que los perros pueden tener experiencias humanas. No reparan en sostener que estos mamíferos puedan tener afectos, que puedan soñar, que puedan cambiar de estados de ánimo repentinamente y que hasta puedan comportarse indiferentes si se enojan con sus amos. Por ello pueden espetar disparates como el hecho de decir que los perros experimentan ansiedad o estrés por separación y que ponerlos a ver televisión puede ayudarlos a superar semejantes afecciones. Como si ellos pudieran entender de narrativas televisivas y seguir una progresión dramática, por decir lo menos. Ni Pavlov ni Skinner se hubiesen atrevido a tanto.
Por ello, Ron debe afirmar con tanta seguridad que un video ideal de su programación es el que atrae el 80 % de la atención de los perros y un 20 % la de los humanos.
Hoy día, contamos con una amplia nosografía que enmascara científicamente el horror, como bien lo ha enunciado Roudinesco. Toda práctica posible que cruza la barrera de las especies se considera ‘anormal’, ‘enferma’, ‘patológica’ o ‘perversa’. Una parafilia, pues. Avidosomía, cinofilia, necrobestialismo, ofidicismo, simiofilia, voyeurismo animal, seudozoofilia, sadismo bestial, etc., son sólo algunos ejemplos de esta sofisticación nosográfica de nuestra época. Mientras se consideran anormales ciertas conductas y acciones, otras se estimulan y promueven tanto que dejarían en ridículo al mito de que Calígula quiso hacer cónsul a su caballo Incitatus. ¿Alguien se asusta hoy día por mirar personas que le encienden el televisor a sus perros y gatos cuando salen de casa para que no se sientan solos? ¿Alguien se asombra hoy día por ver cómo DogTV triunfa en países como Estados Unidos, México, Brasil, Portugal, Corea del Sur, China, Reino Unido, Australia y Nueva Zelanda? ¿Alguien se extraña de ver cómo hay personas que pasean a sus perros en carriolas como si se tratase de bebés o niños pequeños? ¿Alguien se inquieta de ver cómo las personas les hablan a sus perros y gatos como si fuesen personas haciendo voces ridículamente agudas? ¿Alguien se mosquea de ver cómo hay personas que llevan a sus perros al psicólogo de perros? ¿Alguien se espanta de ver cómo existen personas que les festejan sus cumpleaños a sus perros e invitan a sus amigos caninos al festejo con pastel y gorros en parques a la vista de todos? Ejemplos sobran y pocos parecen alarmarse por todo lo anterior.
En sociedades como la nuestra, en donde se han aplicado reformas y adiciones a distintos artículos de la Constitución Política en materia de protección y cuidado animal, parece ser más fácil indignarse porque alguien abandone un perro en la calle que por los niños hambrientos y desnutridos que se pueden mirar en el mismo espacio público. En un mundo donde los perros ya han sido asimilados a la condición humana y se les considera miembros de la familia, se les puede tratar mejor que a muchas personas. En un mundo así es plausible que un proyecto como DogTV triunfe de la manera en la que lo ha hecho. En un mundo donde se hace ropa y accesorios de diseñador para perros, seguiremos atestiguando que marcas como Fendi, Versace, Prada, Gucci, Celine, Christian Louboutin, Moncler, Hugo Boss, Ralph Laurent, Tommy Hilfiger, etc., sean capaces de vender suéteres, mochilas, cojines, sillones, bolsas transportadoras, arneses, chalecos, playeras, lentes, zapatos, pañoletas, etc., a precios exorbitantes Y también veremos cómo este mercado se expande alrededor del mundo rápidamente generando ganancias multimillonarias.
En sociedades plagadas de adultos infantilizados dispuestos a llenar sus vacíos emocionales con ‘animales de compañía’, podemos esperar que la televisión para perros sea sólo un pequeño ejemplo de cómo la estupidez humana avanza sin reparo. Recuerde que en 2022 los resultados del estudio Pet Parenthood Today indicaron que el 83 % de los dueños de mascotas afirmaron que tener una los hacía más felices como personas y que el 29 % contaba con una póliza de seguro médico para sus peludos (en México, GNP, MAPFRE, BBVA y hasta la cadena de tiendas departamentales Liverpool, ya ofrecen este y otros servicios).
Nuestra realidad, desafortunadamente, ya es más rara que un perro verde…