Entrada y Salida

Cuando por fin había descubierto el amor de su vida, a los pocos meses no volvió a ver jamás aquella…

Caminaba tan rápido que perdió de vista a su sombra.

Al morder Adán la manzana con vehemente lujuria, Eva supo, de súbito, que ese hombre sería irremediablemente suyo.

Cuando ella aceptó por fin ser su amante, el hombre jamás volvió a verla.

Lo último que oyó en la vida fue un ruido apagado, como un balazo apenas percibido, calladamente difuminado.

Cuando leyó que en esa paletería vendían orchata, así sin la h, pidió un vaso mediano para conocer el sabor…

Apagó el impetuoso incendio de su amante con caricias revolventes.

El académico demócrata se percató de que no era tan demócrata como él se creía al darse cuenta de que…

 Cuando abrió los ojos, luego de besarla largamente, se percató de que ella había huido con prontitud.