Artículos

“Leer un libro malo perjudica muy fácilmente el gusto del lector”

Hemos conversado con Jacobo Zanella por los cinco años de Gris Tormenta, sello que dirige junto a Mauricio Sánchez desde Querétaro.

Diciembre, 2022

En su página web, se puede leer: “Gris Tormenta es un taller editorial que imagina, edita y publica libros que reflexionan sobre la cultura y el pensamiento contemporáneos”. Más que descubrir nuevos autores, se proponen nuevas lecturas de textos existentes y nuevas discusiones sobre dudas inquietantes. “Cada título es la respuesta a una pregunta, a una idea o a un debate originado por la misma editorial”. Con 20 libros publicados que contienen la obra de unos 150 autores de distintas geografías, en este 2022 este sello independiente —dirigido por Jacobo Zanella y Mauricio Sánchez— ha cumplido su primer lustro de existencia. A manera de celebración, Juan José Flores Nava ha conversado con Jacobo Zanella.

Cuando Jacobo Zanella tenía 10 años, en la escuela le encargaron leer La muerte de Artemio Cruz, una novela de Carlos Fuentes en la que se exhibe no sólo el laberíntico y podrido sistema político mexicanos posrevolucionario, sino que, para acabarla, está construida con saltos temporales y una voz que va cambiando de punto de vista a cada momento. ¡Vaya lío para un chico de esa edad! Aquel acto hundió en el fango, desde luego, sus incipientes pasos en el camino de la lectura. Fue un trauma. Hoy, sin embargo, Jacobo Zanella tiene el oficio de editor. Es decir, que buena parte de su día se la pasa leyendo. En especial desde que en 2017 decidió, junto con Mauricio Sánchez, crear, en Querétaro, la editorial Gris Tormenta. De entonces a ahora han pasado cinco años en los que él y Mauricio han configurado, hasta el momento, un catálogo de 20 libros habitados por unos 150 autores del mundo entero. Por esta razón, Salida de Emergencia buscó a Jacobo Zanella, para que, con el pretexto del primer lustro de Gris Tormenta, nos hable de él y de su oficio en las siguientes acuarelas verbales trazadas a partir de su propia voz.

1

Libritos. Empecé a hacerlos cuando era niño. Eran de pasta dura. Los regalaba. También hice algunas revistas. Fue algo intuitivo. Nadie me enseñó. Recortaba cartones, los pegaba, los forraba, les ponía páginas que llenaba con cosas o con textos fotocopiados. Hay todavía algunos por ahí. En mi juventud las revistas fueron el medio que más me gustaba. Se me hacía fascinante imaginarme cómo alguien conseguía hacer un producto así. Justo cuando empecé a tomar conciencia de mí mismo, cuando tenía unos 20 años, apareció Internet. Y esa fue una desgracia porque me volqué 100 por ciento a ese medio. Después de cumplir los 30 años empecé a ser un lector más serio. En ese momento me di cuenta de que, más que la ficción, me interesaba el pensamiento y fui dándole forma a lo que sería mi biblioteca. A los 40 estudié una maestría en cultura contemporánea y se transformó todo. Fue un punto decisivo porque empecé a traducir. Me di cuenta de que es algo que me fascina, algo que a veces me gusta incluso más que leer.

2

Silencio. Permítanme la introspección. El recogimiento. La posibilidad de estar dentro de uno mismo. Crecí en el silencio del campo. En un rancho de Guanajuato. La vida rural dota a las personas de una inteligencia pausada. Quienes han pasado toda su vida en el campo tienen esa sabiduría que les permite conocer la naturaleza. Ahí ninguna decisión se toma rápido. Porque todo lleva tiempo: el crecimiento de las plantas, el desarrollo de los animales, la cosecha. Los resultados de lo que se hace sólo pueden verse meses después. Todo lo que sucede, sucede lentamente. Y la edición de libros es un oficio de mucha lentitud, de paciencia, de tiempos bien largos. Es un oficio muy pausado, de observación. Si en el campo el color del cielo o el olor de la humedad le dice muchas cosas a quien sabe interpretar la naturaleza, al elaborar un libro es necesario ir leyendo no exactamente las palabras que contiene, sino quién lo escribió, en qué lugar lo escribió, por qué lo escribió. Es como tratar de entrar en la mente del autor. El campo fue mi hábitat natural por 16 años. Las ciudades he tenido que aprender a conocerlas. No extraño vivir en el campo, lo que extraño es la sensación de naturaleza.

Jacobo Zanella y Mauricio Sánchez.

3

Contrarios. Así somos Mauricio Sánchez y yo. Entre los dos hacemos Gris Tormenta: entre ambos tomamos las decisiones de qué publicar, cuándo publicar o dónde distribuir. Pero nuestra formación es bien distinta. Yo provengo del campo, él es una persona de ciudad. Él tuvo una educación muy humanista. Yo no tuve una educación humanista para nada. Cuando empezamos con Gris Tormenta no sabíamos nada de la edición de textos literarios, pero sí sabíamos con mucha claridad la clase de lectura que a cada uno nos gusta. A mí me gusta leer textos lo más lejanos posible a mi lugar de origen o de residencia, tanto en el tiempo como en la geografía. Busco que la lectura me separe del lugar donde estoy leyendo. Mauricio, casi en contraste, está muy interesado en lo contemporáneo, en la escritura en español, en las editoriales pequeñas, en textos que todavía no son clásicos y que quién sabe si algún día los serán.

4

Imaginación. Es nuestro punto de partida. Gris Tormenta es una editorial inusual porque no recibimos manuscritos. Todo lo que hemos publicado hasta ahora son ideas que surgen y que después vemos cómo llevarlas a cabo. Es decir, lo primero que hacemos es imaginarnos el final, la última línea del libro para saber cómo su lectura responderá a eso que estamos planeando. Visualizamos el libro ya terminado con un objetivo bien particular. Luego decidimos quién lo va a hacer, cómo se lo vamos a pedir, cómo lo vamos a controlar o si no lo vamos a controlar. O sea que primero se diseña, entre comillas, el producto final, y después nos vamos al inicio para ver la forma en que lo vamos a llevar a cabo. Todo el proceso bien puede tomar desde unos nueve meses hasta unos tres años.

5

Manuscritos. Decidimos que no son la vía más rápida para llegar a publicar aquellos textos que realmente nos gustan. Porque podemos recibir 20 o 50 o cien y no encontrar uno que nos encante, uno por el que estemos dispuestos a poner dinero. Además, no recibir manuscritos nos permite eludir cualquier clase de compromiso con alguien; por ejemplo, con amigos que nos pudieran mandar algo que escribieron y sentirnos con la obligación de publicar su texto simplemente por el cariño. Publicamos tan poquitos libros al año, cuatro en promedio, que optamos por libros que realmente nos gusten muchísimo. Al diseñar nuestras propias colecciones tenemos más control, sabemos cuál va a ser el siguiente título y de qué va a tratar y por qué lo vamos a imprimir. Así es como hemos publicado, por ejemplo, Ilegible, de Pablo Duarte; Una vocación de editor, de Ignacio Echevarría; Las posesiones, de Thomas Bernhard; o Perder el Nobel, de Laura Esther Wolfson.

6

Osadía. Y también responsabilidad. Un buen editor no puede eludir ni la una ni la otra. Porque el mundo está saturado de libros. Y darle un libro más al mundo es una cosa muy fuerte. Llegar a buenos textos, bien editados, que serán releídos, que van a formar parte de quien puso sus ojos en ellos no tiene un camino claro, ni obvio. Lo único que se puede hacer para ir trazando ese camino es leer y leer y leer. Porque hay un problema grave: el gusto de lector se perjudica muy fácilmente. Si alguien lee un libro malo, queda de inmediato perjudicado, quizá de manera irreversible. Los lectores se enfrentan a un mundo de libros y muchas veces no tienen las herramientas para saber cuál es bueno o cuál podrían escoger.

7

Colecciones. En Gris Tormenta tenemos dos: “Disertaciones” y “Editor”. En la primera, publicamos antologías que reúnen a un grupo heterogéneo de voces en torno a un tema que elude toda definición. Nuestras antologías van a tratar de definir algo que no se puede definir. En la segunda, publicamos narraciones y ensayos dedicados al oficio de la edición. Contar las historias de quienes hacen posible que los libros aparezcan y así apreciar la complejidad de esos artefactos históricos arquetipos del conocimiento: cómo se hacen, cuáles son sus procesos. En cinco años, llevamos publicados 20 títulos que contienen la obra de unos 150 autores de distintas geografías. Esto quiere decir que nos interesa todo: autores de Querétaro, autores del país, autores de Iberoamérica y autores del mundo. Pero además de escalas geográficas, nos interesa mezclar autores conocidos con desconocidos, autores jóvenes con viejos, autores de la “derecha” y de la “izquierda”. Porque un buen texto no tiene lugar, ni género, ni tiempo y casi podría decir que tampoco tiene ideología, que la literatura es su ideología.

Algunos títulos del sello Gris Tormenta.

8

Extraviados. Porque la forma en la que nos relacionamos hoy con los medios de comunicación, con la información y con otras personas hace cada vez más difícil dar el paso a ese descubrimiento que proporciona la literatura, a ese momento en el que uno dice “acabo de leer algo que no puedo explicar, que no sé si viví o lo leí, que me hace ser otra persona, que me hace ver el mundo de manera distinta”. Es un momento que la mayoría de los lectores no tiene nunca en su vida. Por la simple razón de que todo está jugando en contra de la posibilidad de encontrar buenas lecturas. Es muy fácil que un lector se confunda. Que se pierda. Sobre todo un lector en formación. Pues por más que alguien nos explique qué es la literatura, no es algo que se pueda entender, se tiene que sentir.

9

Inclusión. En Gris Tormenta nos desagrada un poco este concepto porque “inclusión” significa que tengo un cajón, pero le voy a hacer un huequito a alguien para que quepa ahí. Y no. Gris Tormenta desde un principio es una editorial que considera que un texto que nos gusta no tiene género. Lo que sí hacemos es cuidar que en nuestras antologías y en nuestro catálogo haya equilibrio. ¿Cómo se pueden fusionar voces de escritores y de escritoras para construir una sola voz que es la voz del libro? Es lo que intentamos hacer y se puede notar en antologías como Nuevas instrucciones para vivir en México, En tierra de nadie o Lo infraordinario.

10

Polímata. Así es el editor ideal. Una persona que sabe de todo y que entiende eso que sabe. No es una sabiduría superficial. Se puede decir que es experta en un montón de cosas. Ya casi no existen editores así, capaces de opinar de todo, que tienen eso que se conoce como criterio editorial. Ese criterio se construye con un montón de lecturas. Pero el oficio de editor es también muy frágil porque hay un montón de dudas en relación con todos los procesos: la escritura, la traducción, la corrección, la distribución, los puntos de venta, las librerías. Todas las profesiones involucradas en el camino del libro o del texto son sumamente frágiles. No se tiene garantizado nada. Además, dependemos de un lector curioso, interesado, que busca recibir placer a través de la lectura.

11

Riesgo. Es una característica de esta profesión. Porque cada libro que imaginamos y que publicamos podría no venderse. Si no sintiéramos mucho cariño por lo que hacemos, no podríamos seguir. Somos consciente de la situación en la que cada vez hay un porcentaje menor de buenos lectores. Pero cuando iniciamos con Gris Tormenta nadie nos engañó. Sabíamos exactamente cómo iban a ser los números. Aun así decidimos seguir. Es raro que uno se entere de esta situación en el camino. Quizás es algo difícil de entender para una persona que no está dentro del mundo editorial. Entonces ¿por qué seguimos haciendo libros? Es difícil de explicar.

Related Articles

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Back to top button