Octubre, 2025
La clásica flor de cempasúchil, esa de pétalos compactos y forma de pompón, no siempre es mexicana. Mucha de la semilla que plantan los productores en México viaja miles de kilómetros. Llega desde China. Sin embargo, desde la Facultad de Ciencias Naturales de la Universidad Autónoma de Querétaro se impulsa el cultivo del cempasúchil clemolito, una especie nativa que aún podemos encontrar, incluso de manera silvestre, creciendo en los campos del país.
QUERÉTARO, Qro.—
México se ha pintado estos últimos días del color del cempasúchil. Esa flor es el alma de la festividad de Día de Muertos. Se dice que su aroma guía a los que se fueron. Para que vuelvan a casa. Pero esta icónica flor guarda un secreto que pocos saben.
La clásica flor de cempasúchil, esa de pétalos compactos y forma de pompón, no siempre es mexicana. Su nombre científico es Tagetes erecta y mucha de la semilla que plantan los productores de cempasúchil en México viaja miles de kilómetros. Llega desde China.
Y es que en China, según nos explica Paola Scarlet Puga Guzmán, el cempasúchil es un tesoro industrial. Se usa masivamente por sus propiedades colorantes, especialmente en el sector avícola. Es el ingrediente natural que pinta de naranja intenso, por ejemplo, la yema de los huevos que consumimos.
Sin embargo, desde la Facultad de Ciencias Naturales de la Universidad Autónoma de Querétaro (FCN-UAQ) se impulsa el cultivo del cempasúchil clemolito (cuyo nombre científico es Tagetes patula), una especie nativa que aún podemos encontrar, incluso de manera silvestre, creciendo en los campos de México.
Su flor es diferente: más abierta, sencilla y humilde. No tiene la forma perfecta de pompón, pero tiene algo más valioso: raíces 100 % mexicanas.
Y, además, guarda otras sorpresas: no es sólo naranja. Es una explosión de la tierra con tonos naranja, amarillos y rojos intensos. Nos recuerda la diversidad que hemos perdido de vista.

Paola Puga, horticultora ambiental y maestra en Ciencias Biológicas, es la encargada de las Áreas Productivas de la FCN-UAQ, en el campus Juriquilla. Ahí, entre otras plantas y árboles, los estudiantes de la carrera de Horticultura Ambiental, coordinados por la maestra Puga, producen flores de cempasúchil clemolito, y cempasúchil doble (amarillo y naranja).
Las Áreas Productivas de la FCN integran ese sitio donde la teoría de los libros se convierte en vida, donde los estudiantes no sólo aprenden, sino que hacen. Es un laboratorio vivo en el que “los alumnos pueden poner en práctica todos los conocimientos que ven en algunas de sus materias”, dice Paola Puga.
Como egresada ella misma de esta Facultad —tanto de la licenciatura como del posgrado—, Paola recuerda que cuando cursaba su carrera tenía pocas plantas para poder practicar. Hoy, empero, esta institución en la que trabaja cuenta con estos espacios llenos de vida.
Aquí, los árboles son los reyes. Como el guamúchil, con sus vainas dulces, una especie que poco a poco ha sido desterrada de las calles de cemento queretanas. O el palo verde, que se erige como un emblema de resistencia con ese tronco verde de forma permanente. “Sus flores amarillas son faros que atraen a los polinizadores”, dice Paola.
Pero hay un árbol que luce como la joya de la corona, la especie insigne de Querétaro: el cazahuate o palo bobo, tan queretano como la Sierra Gorda.
También hay plantas ornamentales, como el “Cosmos bipinnatus” o mirasol, que justo en estos días tiñe de rosa y amarillo los paisajes de Amealco, demostrando que la belleza nativa no tiene nada que envidiar a las plantas exóticas.

Salvias y mirtos se convierten en restaurantes para colibríes. Y el aroma del Toronjil llena el aire cercano a las Áreas Productivas de la FCN, un recordatorio natural de los remedios de la abuela.
Y luego está la tronadora, un árbol multiusos que ofrece no sólo sombra y flores, sino también propiedades alimenticias y medicinales, que, junto al palo dulce, representa la sabiduría ancestral enraizada en el territorio.
Eso sí, dice Paola Puga, el mezquite y el huizache son las estrellas del vivero:
“Tenemos mucha planta nativa que la gente casi no conoce o que no encontramos en viveros comerciales. Por eso nos encanta recibir visitas, pues las Áreas Productivas de la FCN son espacios abiertos al público, ya sea para que conozcan las plantas, pues tenemos recorridos, o para que compren las de su preferencia, pues tenemos ejemplares a la venta”.
Para agendar recorridos o pedir información para compra de plantas puede comunicarse por Instagram a la cuenta vivero_horticultor_fcn o por Facebook: viveroHAM.UAQ. ![]()



