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Ronnie James Dio, tres lustros después

Estados Unidos, rezagado en rock ante Inglaterra

Mayo, 2025

Fue, es, uno de los mejores y más influyentes cantantes en la historia del heavy metal. De hecho, sin su figura, sin la presencia de Ronnie James Dio, este género musical no podría entenderse. Y no, no es exageración: dueño de un estilo único, su versatilidad vocal le permitía interpretar desde baladas hasta el metal más poderoso. (El New York Times, por ejemplo, lo consideró como el más grande vocalista de heavy metal de todos los tiempos). Nacido en julio de 1942, su legado musical abarca 50 años de carrera siendo la voz de bandas míticas como Black Sabbath o Heaven & Hell, o con agrupaciones que él fundó, como Elf, Ronnie & the Red Caps o Dio. Ahora que se cumplen tres lustros de su partida el cantante estadounidense murió en mayo de 2010, el periodista y cronista musical Víctor Roura aquí lo recuerda.

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Una joven, inquieta, preguntó con suave voz. Más bien, diríase que susurró, apenas:

—¿Es verdad que un brujo compuso las canciones de Black Sabbath?

Entonces, el estadounidense Ronnie James Dio —fallecido a los 67 años de edad el 16 de mayo de 2010— empezó a comprender cuán desinformados se andaba por estos lados sobre rock.

Sonreía, incrédulo.

No lo podía creer.

Pero tenía que responder:

—Por brujos no fue escrita una sola pieza de Black Sabbath. Nosotros las hacíamos. Lo que sí podría asegurar es que el nombre del grupo es el más fuerte dentro de los conjuntos de heavy metal. Fue tomado de una película de misterio. Pero de aquí a su relación con brujos, nunca.

El que fuera cantante de Rainbow (la agrupación lidereada por el guitarrista Ritchie Blackmore) y después vocalizara para Black Sabbath, se encontraba en México, hacia agosto de 1983, para promover su primer disco con su propio conjunto, sin nombre. Simplemente, su grupo se hacía llamar Dio, como el apellido del vocalista. Y tocaban el mismo tipo de música, el heavy metal:

—No creo —asentaba, luego del asombro— que esta corriente sea ya vieja o anticuada. Ni sus temas. En un mundo como el que vivimos, no se pueden cambiar prontamente las muchas cosas malas que existen. Estamos rodeados de maldad. Por eso en mis canciones me gusta incluir las fantasías. Revertir el orden cotidiano. Con mis fantasías, construyo nuevas relaciones.

En la portada de su entonces reciente disco, intitulado Holy Diver, está plasmado un dibujo de un padre encadenado, sumergido en el mar, azotado por un ente gigantesco, que surge de los cielos.

Decía Dio:

—En mis trabajos me gusta darle, a todo, un doble sentido. En la ilustración quién sabe si el personaje satánico es en realidad un dios y el padre lo contrario. Lo interesante es dejar abierta la imaginación. El heavy metal es eso: fantasear, cambiar los papeles.

Una imagen de un todavía joven Ronnie James Dio ilustrada la portada de libro Rainbow in the Dark: The Autobiography.

2

Dio, mientras estuvo con Black Sabbath, grabó dos álbumes: Heaven and Hell (1980) y Mob Rules (1981), pieza esta última seleccionada para la cinta sonora del filme animado Heavy Metal (Canadá, dirigida por Gerald Potterton en 1981).

—Decir que esta corriente es una purga psicológica es caer en un error de apreciación —sostenía Dio—. Es un género musical como cualquier otro. Como el country o la balada. Debe catalogarse como una música más. Asimismo, se lo identifica con los estupefacientes. Ese es otro error. No tiene nada que ver con esas cosas. Es una música más.

Comentaba que esta asociación, drogas y heavy metal, era, es, un lugar común.

—Forma parte de una historia. Recuerdo que en la década de los treinta un músico, de nombre Cooper, fue arrestado por posesión de mariguana. Eso, en los treinta. Lo mismo puede ocurrir en estos tiempos, pero ya en tres cuartas partes del mundo está permitido su uso. No veo por qué tenga que ser precisamente el heavy metal el que conduzca a su consumo. Además, dentro de poco, quizás en el año 2000, ya con sólo respirar nos estaremos drogando.

—Últimamente grupos como Police, Nazareth, Clash o el de Manfred Mann atienden en sus letras la problemática de Latinoamérica, están interesados en los acontecimientos de esta zona.

—Desconozco las piezas. Pero si lo han hecho, se ha de deber a las noticias que se publican en los diarios. Se aprovechan de los problemas actuales de Latinoamérica para ganar más dinero. Habría que aprovecharse de algún modo.

Dio lo entendía como una forma oportunista de entrar al mercado. No creía que los textos políticos se acoplaran al heavy metal. Por sus estructuras armónicas, esta corriente conlleva otros significados.

Explicaba una de sus letras, “Invisible”:

—Hago un relato de un homosexual, que es rechazado en la sociedad y tiene dificultades en su casa, así que decide volverse invisible y escapar de su realidad. Si no nos queremos enfrentar a nuestros problemas, podemos cubrirnos de invisibilidad y dejar pasar todo de largo.

Portada completa de Dio: Dreamers Never Die, documental que abarca la carrera del vocalista de heavy metal, autorizado por el patrimonio del artista.

3

La fantasía es básica en el heavy metal, decía Dio quien se nutría de lecturas sobre narraciones medievales:

—Ahí suceden con más frecuencia cosas agradables —acotaba.

—Después de la desaparición de grupos como Deep Purple o Led Zeppelin, el heavy metal se ha visto inundado por varios conjuntos caracterizados por su corta sobrevivencia —dije a Dio.

—El problema —respondió— radica, creo yo, en el ego de los músicos. Después de formar parte del grupo por tres o cuatro años, y ya estar en la cima de la fama, se empiezan a buscar otros motivos de satisfacción. Se precisa en muchos casos hacer carrera de solista. Crear uno sus propias creaciones. Ya no depender tanto de la colectividad. Es una cuestión de ego. Por eso, los grupos ya no duran mucho tiempo.

Con Rainbow, explicó Dio, “Blackmore me pidió que compusiera canciones de amor, razón por la cual abandoné el grupo”.

Y con Black Sabbath ya no quería “seguir tocando lo mismo que hace ocho años”, de ahí que decidiera, también, abandonar al grupo.

—Yo no sé cómo suceden las cosas —indicaba Dio—, pero llega un momento en que a uno le da por crear sus propias canciones. Ser uno mismo en su música. Como lo que pasa con el rock: en Inglaterra se inventan las corrientes y Estados Unidos lo único que hace es continuar lo creado por los ingleses. No sé cómo suceden las cosas. Pero, eso sí, en rock, Inglaterra siempre ha llevado la delantera. Porque nunca piden disculpas al crear sus cosas. No piden permiso. Las crean y ya. Los estadounidenses, sí. Tal vez se rigen por demasiadas leyes. Por ello tienen que copiar todo lo elaborado en Inglaterra [Black Sabbath y Rainbow, donde interviniera Dio, son bandas británicas]. Siguen sus pasos. Estados Unidos está más preocupado por presentar a Frank Sinatra que a sus jóvenes músicos.

Dio, por último, dijo que si a Ronald Reagan —entonces presidente de Estados Unidos— se le ocurriera apoyar una manifestación artística, ésta sin duda sería al cine.

—Para qué vamos más lejos —sintetizó Dio.

Ahí está la lógica, pareció afirmar Dio con una sonrisa irónica.

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