La madre dialoga, el padre dialoga
Abril, 2022
“Ahora que se ha cumplido el segundo año de Salida de Emergencia”, escribe Constanza Ordaz en esta nueva entrega de su columna, “planteo un homenaje a las culturas en resistencia que mantienen una presencia activa en el continente africano”.
Una letra en la fiesta
Ahora que se ha cumplido el segundo año de Salida de Emergencia, resistiendo reflexivamente el embate del nuevo orden mundial en cuanto a los criterios de alienación de las masas, planteo un homenaje a las culturas en resistencia que mantienen una presencia activa en el continente africano.
Son muchos los motivos para mantener viva la llama de la conciencia de los orígenes. Resulta impostergable ampliar la difusión de la historia y los logros artísticos de los pueblos acosados por la amenaza del capital financiero internacional y del neoliberalismo, motivos suficientes para crear las encendidas guerras.
Deseo reiterar el aspecto de la música, más allá del asunto creativo y lúdico, porque cada melómano ubica el origen accidentado de las notas e instrumentos.
Este homenaje, paréntesis del objetivo de esta columna, centra ahora la atención en una pieza proveniente de la obra de Salif Keita (“Nou Pas Bouger”, del álbum Koyán, lengua original: bambara).
No nos movamos
Desde los tiempos de la esclavitud
los negros se han afligido,
los negros han sido injuriados.
Ahora, con la llegada de la independencia,
hay blancos en todas partes,
hay blancos en África,
hay blancos en Senegal,
hay blancos en Costa de Marfil,
hay blancos en Mali.
Los llamamos cooperantes franceses,
cooperantes chinos,
cooperantes japoneses,
decimos los blancos son nuestros hermanos de leche.
Guarda mis cosas, hermana mía,
la CRS
[Brigada Antidisturbios de la policía francesa]está en todas partes,
sólo utiliza la violencia
para que nos movamos…
[Pero] No nos movamos, no nos movamos,
no hay manera de movernos, no nos movamos.
En los países del blanco
hay humillación cotidiana,
cada día la vergüenza,
cada día llaman a la policía,
cada día detenciones,
cada día deportaciones aéreas.
El negro habla francés,
el negro habla chino,
el negro habla japonés
para demostrar que quiere la paz
pero eso no es suficiente.
Los niños que han nacido
de padres negros y blancos
no están contentos.
Diálogo, diálogo.
Hay que hablar.
La madre dialoga.
El padre dialoga.