Brasil con nevadas. Inundaciones devastadoras en Europa y China, olas de calor históricas en Canadá y grandes incendios forestales son algunos de los fenómenos extremos que se han producido estas últimas semanas. Pero estos eventos se han intensificado desde los últimos años. Un nuevo estudio recoge datos preocupantes del estado ambiental del planeta y concluye que no se han tomado medidas efectivas para paliar el cambio climático. Por otra parte, el 9 de agosto el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático publicará su informe más completo desde 2013. Este informe sobre la ciencia del clima, escribe aquí Alex Crawford, ayudará a los responsables políticos a actuar para frenar las emisiones y adaptarnos al cambio climático.
La salud del planeta empeora y aumentan los desastres climáticos desde 2019
Alicia Moreno
En las últimas semanas, hemos sido testigos de inundaciones y tormentas devastadoras, tanto en Europa como en el continente asiático; olas de calor históricas, como las que han sufrido en Estados Unidos y Canadá; y grandes incendios forestales, cada vez más frecuentes en todo el mundo. Pero se vienen produciendo con mayor intensidad desde los últimos años.
Por eso, una coalición de más de 11 000 científicos de todo el mundo declaró en 2019 la emergencia climática y estableció un conjunto de indicadores de la Tierra con el fin de medir la acción climática efectiva.
Veinte meses después, una nueva investigación, liderada por investigadores de la Universidad Estatal de Oregón (OSU), aporta nuevos datos sobre la salud del planeta. El estudio, publicado en la revista BioScience, concluye que no se han tomado medidas eficaces frente a la crisis climática.
Los autores observaron un aumento sin precedentes de las catástrofes climáticas desde 2019. “Los fenómenos meteorológicos extremos serán cada vez más frecuentes debido al cambio climático”, indica en entrevista William Ripple, investigador de la OSU y coautor del trabajo.
“Los eventos climáticos extremos que hemos presenciado durante los últimos años ponen de manifiesto la urgencia con la que debemos abordar la crisis climática”, destaca Philip Duffy, coautor del estudio y director ejecutivo del Centro de Investigación Climática Woodwell.
Récords inquietantes
Según datos de la investigación, los gases de efecto invernadero más perjudiciales para el planeta (dióxido de carbono, metano y óxido nitroso) establecieron récords de concentración atmosférica en 2020, y de nuevo en 2021, a pesar de que el uso de combustibles fósiles disminuyó como consecuencia de la pandemia. En abril de 2021, la concentración de dióxido de carbono alcanzó las 416 partes por millón, la mayor concentración media mensual mundial jamás registrada.
“Los gases de efecto invernadero que hay en la actualidad en nuestra atmósfera son el resultado de las emisiones históricas. Por tanto, habrá un desfase entre el momento en que reduzcamos las emisiones y el momento en que veamos disminuir las concentraciones atmosféricas de gases de efecto invernadero”, explica William Ripple.
Además, muchos de los parámetros analizados, como el aumento del nivel del mar, el incremento de la temperatura en los océanos y el deshielo, también han establecido récords preocupantes, que ponen en jaque la salud del planeta. La degradación continua del planeta amenaza la economía y el bienestar de las personas que dependen de los ecosistemas.
“Cada vez hay más pruebas de que nos estamos acercando o ya hemos superado los puntos de inflexión de los ecosistemas más importantes, como los arrecifes de coral de aguas cálidas, la selva amazónica y las capas de hielo de la Antártida Occidental y Groenlandia”, lamenta el experto.
Pasos a seguir para una sociedad sostenible
En respuesta a estos hallazgos sin precedentes y a la actual crisis climática, los investigadores recomiendan que se eliminen gradualmente los combustibles fósiles, así como que se creen reservas climáticas estratégicas para el almacenamiento de carbono y la protección de la biodiversidad. Además, los autores piden que se fije un precio global para el carbono lo suficientemente alto como para inducir la descarbonización en toda la industria.
“Sin un plan de descarbonización rápida y de inversiones a gran escala en soluciones climáticas naturales, estos indicadores del cambio climático seguirán empeorando, empujando nuestros ecosistemas esenciales más allá del punto de recuperación”, recalca Duffy.
Asimismo, los autores sugieren que el cambio climático se incluya dentro de los planes de estudio, con el fin de concienciar y empoderar a los estudiantes a tomar medidas frente a la crisis climática.
Por último, el estudio hace un llamamiento a la colaboración mundial para impulsar el cambio hacia una sociedad sostenible, que permita garantizar el bienestar de las generaciones futuras. “Las políticas para paliar la crisis climática no deben centrarse en el alivio de los síntomas, sino en abordar su causa fundamental: la sobreexplotación de la Tierra”, concluyen los expertos.
Referencia:
Ripple et al. “World Scientists’ Warning of a Climate Emergency 2021”. BioScience, 2021. // Fuente: agencia SINC.
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Cinco claves a tener en cuenta en el último informe del IPCC sobre la ciencia del clima
Alex Crawford
El 9 de agosto, el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés) publicará su informe más completo sobre la ciencia del cambio climático desde 2013. Será el primero de los cuatro informes que se publicarán en el marco del último ciclo de evaluación del IPCC, los siguientes verán la luz en 2022.
En los últimos ocho años, los científicos han mejorado los métodos que utilizan para medir diferentes aspectos del clima y para modelar (o proyectar) lo que podría ocurrir en el futuro. También han seguido los cambios que se han producido ante nuestros ojos.
Esta evaluación actualizada llega tres meses antes de que los líderes mundiales se reúnan en Glasgow (Escocia) para buscar formas de evitar las peores consecuencias del cambio climático y renovar sus compromisos de reducción de los gases de efecto invernadero. También llega en medio de otro año de graves olas de calor, sequías, incendios forestales, inundaciones y tormentas.
El informe proporcionará a los responsables políticos la mejor información posible sobre la ciencia física del cambio climático, que es esencial para la planificación a largo plazo en muchos sectores, desde las infraestructuras hasta la energía y el bienestar social. He aquí cinco cosas que hay que buscar en el nuevo informe:
1. ¿Cómo de sensible es el clima al aumento del dióxido de carbono?
Los niveles de dióxido de carbono (CO₂) en la atmósfera son los más altos de los últimos 800 000 años, alcanzando 419 partes por millón (ppm) en mayo de 2021. La temperatura media del planeta aumenta con cada incremento de la concentración de CO₂ en la atmósfera, pero el aumento depende de muchos factores.
Los científicos del clima utilizan modelos para entender cuánto calentamiento se produce cuando las concentraciones de CO₂ se duplican con respecto a los niveles preindustriales —de 260 ppm a 520 ppm—, un concepto llamado “sensibilidad climática”. Cuanto más sensible sea el clima, más rápido habrá que frenar las emisiones de gases de efecto invernadero para mantenerse por debajo de los 2℃.
Los modelos climáticos más antiguos estimaban que una duplicación del CO₂ atmosférico provocaría un aumento de la temperatura de 2,1℃ a 4,7℃. El último conjunto de modelos climáticos, llamado CMIP6, amplió el rango de 1,8℃ a 5,6℃, lo que significa que el clima es al menos tan sensible a la duplicación del dióxido de carbono como mostraban los modelos anteriores, pero puede, de hecho, ser incluso más sensible.
El rango se ve influido por las incertidumbres de una serie de factores climáticos, como el vapor de agua y la cobertura de nubes, y la forma en que aumentarán o disminuirán los efectos del calentamiento. Los científicos trabajan para reducir el rango de las proyecciones climáticas, de modo que sepamos más sobre la rapidez con la que debemos reducir las emisiones de gases de efecto invernadero para evitar los peores efectos del cambio climático y adaptarnos a otros.
2. ¿Qué está pasando con las nubes?
Las nubes son un comodín en el juego del cambio climático. Provoca una retroalimentación del calentamiento, lo que significa que el calentamiento cambia la cobertura de nubes, pero la cobertura de nubes también puede acelerar o ralentizar el calentamiento en diferentes situaciones.
Las nubes reflejan alrededor de una cuarta parte de la luz solar entrante lejana a la Tierra. Por lo tanto, si un mayor calentamiento conlleva más nubes, cabría esperar que se reflejara más luz solar, lo que ralentizaría el calentamiento. Sin embargo, las nubes también aíslan la Tierra, atrapando el calor que desprende la superficie. Así, el aumento de la nubosidad (por ejemplo, durante la noche) podría amplificar el calentamiento.
Dos cuestiones principales destacan: en primer lugar, muchos factores, como el tipo de nube, la altitud y la estación del año, determinan el efecto global de una nube sobre el calentamiento. En segundo lugar, las nubes son increíblemente difíciles de modelizar; la forma en que los modelos las tratan es clave para el rango de sensibilidad climática.
3. ¿Ha provocado el cambio climático los recientes fenómenos meteorológicos extremos?
Desde el último informe del IPCC, nuestra capacidad para evaluar el impacto del calentamiento global en los fenómenos extremos ha mejorado enormemente. El capítulo 11 del último informe está dedicado a ello.
El calentamiento global se traduce en que olas de calor veraniegas más fuertes y noches tropicales más frecuentes (temperaturas superiores a 20℃) están ocurriendo en latitudes medias, como Canadá y Europa.
El aire más caliente puede retener más agua. Esto puede causar más evaporación desde la superficie terrestre, y provocar sequías e incendios forestales. Además, una atmósfera con más agua puede producir más precipitaciones e inundaciones.
Los científicos preveían hace décadas que estos cambios en el ciclo del agua ocurrirían, pero ahora está claro que ya están ocurriendo.
4. ¿Han mejorado las proyecciones climáticas regionales?
Los modelos climáticos evaluados por el IPCC son modelos globales. Esto es esencial para esclarecer las conexiones entre los trópicos y los polos o la tierra y el océano. Sin embargo, tiene un coste: los modelos encuentran dificultades para simular muchos elementos de menos de 100 kilómetros de diámetro, como pequeñas tormentas o islas.
Las relaciones regionales pueden ser complejas. Por ejemplo, las tormentas extremas ayudan a romper el hielo marino del Ártico en verano, pero la reducción de la cobertura de hielo marino también puede conducir a tormentas más fuertes.
Desde el último informe del IPCC, las técnicas para recoger esta información a gran escala y perfeccionarla han mostrado cómo el clima regional y local ha cambiado y podría cambiar en el futuro. Otras investigaciones se centran en cuestiones regionales, como el impacto de la pérdida de hielo marino en el Ártico.
5. ¿Cómo contribuirán las capas de hielo de la Antártida al aumento del nivel del mar?
El nivel del mar está aumentando porque el agua se expande ligeramente cuando se calienta, y los glaciares de montaña y el casquete glaciar de Groenlandia se están derritiendo y añadiendo agua al océano.
Pero la mayor fuente potencial de aumento del nivel del mar durante el próximo siglo es la Antártida. Los modelos de mantos de hielo muestran que el derretimiento de las capas de hielo de la Antártida añadirá entre 14 y 114 centímetros al aumento del nivel del mar en 2100. Es un rango enorme, y todo depende de si la capa de hielo de la Antártida Occidental se mantiene relativamente estable o comienza un lento pero imparable colapso.
La forma en que el IPCC comunique este debate científico influirá, por ejemplo, en la forma en que las comunidades costeras planifiquen la subida del nivel del mar. Las ciudades de baja altitud, como Lagos, en Nigeria, podrían resultar inhabitables a finales de siglo debido a la subida del nivel del mar, especialmente si las estimaciones de los modelos que vaticinan una mayor elevación resultan ser las más acertadas.
El informe del IPCC permitirá a los responsables políticos comprender mejor cómo nos afecta el cambio climático en la actualidad. Esto será especialmente útil para poner en marcha estrategias de adaptación a corto plazo.
Sin embargo, a medida que la ciencia ha ido mejorando, las perspectivas del cambio futuro se han vuelto más aleccionadoras, y las grandes incertidumbres que persisten suponen un importante trabajo futuro para los científicos del clima.
Este artículo fue publicado originalmente en inglés.
Alex Crawford.
Investigador asociado en el Centro de Ciencias de Observación de la Tierra, Facultad de Medio Ambiente, Tierra y Recursos Clayton H. Riddle, Universidad de Manitoba/Canadá.
Fuente: The Conversation.