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La ola de calor no da tregua al planeta

Agosto, 2023

Una de las olas de calor más extremas de 2023 se está produciendo en pleno invierno austral. En Latinoamérica, zonas de Argentina y los Andes chilenos registraron algunas de las temperaturas más altas jamás registradas. De ello nos habla Matthew Patterson. Por otra parte, el océano arde: la temperatura de su superficie ha sido récord en julio, escribe la periodista Elisenda Pallarés. “Estos datos tienen consecuencias nefastas tanto para las personas como para el planeta, expuestos a eventos extremos cada vez más frecuentes e intensos”, aseguran desde el Servicio de Cambio Climático de Copernicus.


El océano arde: la temperatura de su superficie ha sido récord en julio

Elisenda Pallarés


El planeta está experimentando temperaturas sin precedentes que no ocurrían en al menos 120.000 años. Julio de 2023 ha sido el mes más caluroso jamás registrado, como había señalado hace unos días el Servicio de Cambio Climático Copernicus (C3S). Este organismo internacional ha confirmado además, el pasado 8 de agosto, que se ha batido el récord en la temperatura media de la atmósfera y también en la temperatura media mundial de la superficie del océano.

La temperatura media global de la superficie de los mares ha rozado los 20 °C en julio, lo que supone 0,51 °C por encima del promedio de 1991-2020. El Atlántico Norte estuvo 1,05 °C por encima del promedio en julio a causa de las temperaturas inusualmente altas en el Atlántico noroccidental. Copernicus destaca que durante este mes ha habido olas de calor marinas al sur de Groenlandia, en el Mar Labrador; en la cuenca del Caribe y en el Mar Mediterráneo. En este sentido, el Mediterráneo ha sufrido récords de temperatura con valores medios que han rondado los 28 °C y una anomalía histórica de más 3 °C. Además, el fenómeno El Niño calentó el este ecuatorial del Pacífico.

“Estos datos tienen consecuencias nefastas tanto para las personas como para el planeta, expuestos a eventos extremos cada vez más frecuentes e intensos”, asegura Samantha Burgess, directora adjunta del Servicio de Cambio Climático de Copernicus en un comunicado. Es insólito que el récord de temperatura oceánica se produzca un mes de julio, ya que estos se suelen alcanzar en marzo, cuando finaliza el verano en el hemisferio sur. “El hecho de que ahora hayamos alcanzado el récord me pone nerviosa por lo mucho que se pueda calentar el océano de aquí al próximo mes de marzo”, ha destacado Burgess en declaraciones a la BBC.

“Acabamos de entrar en un territorio completamente desconocido y esto es sólo el principio”, afirma tajante la meteoróloga española Isabel Moreno, quien coincide en que la temperatura oceánica puede seguir incrementándose hasta marzo. Además, señala que en el hemisferio norte todavía resta el mes estival de agosto, por lo que “los océanos tienen tiempo de seguir calentándose”. De hecho, las cifras que conocemos hoy suponen un récord en la temperatura media de un mes, pero hace unos días la temperatura media de la superficie del océano alcanzó el nivel más alto de su historia, con 20,96 ºC, según Copernicus.

En el siguiente gráfico se puede observar que el anterior récord en la temperatura media de la superficie de los mares se había producido en febrero de 2016 y que una temperatura tan elevada como la de este mes de julio no se ha producido desde que hay registros.

En este gráfico de la temperatura diaria de la superficie del mar se observa la anomalía de la temperatura para un mes de julio.

El Mediterráneo, «un hervidero»

El Mediterráneo es un punto crítico del calentamiento global, su temperatura media ha sido de 28,4 ºC en julio, una anomalía histórica de más 3 °C, lo que significa que acumula gran cantidad de energía. “Tenemos el Mediterráneo como un hervidero y estamos viendo algunas consecuencias en forma de noches increíblemente cálidas en el litoral y daños en los ecosistemas marinos, pero esto puede ser mucho peor”, asegura Moreno. “Ojalá no coincida en estos meses con sistemas atmosféricos potencialmente peligrosos y tengan oportunidad de demostrar lo que es capaz de hacer el sistema climático con semejante energía”, añade la física.

El océano ha absorbido el 89 % del exceso de calor acumulado en el sistema terrestre entre 1960 y 2020, según un estudio publicado en abril en la revista Earth System Science Data, liderado por Karina von Schuckmann, de Mercator Ocean International. Es decir, el océano captura gran parte del calentamiento global que causa la actividad humana, entre la que destaca la quema de combustibles fósiles y, por eso, está sufriendo altas temperaturas sin precedentes.

2023 va en camino de ser el año más cálido

Respecto a la temperatura media global de julio, Copernicus apunta que el mes ha sido 0,72 °C más cálido que el promedio de julio de 1991-2020, y 0,33 °C más cálido que el mes más cálido anterior, julio de 2019. Se estima que el mes fue alrededor de 1,5 °C más cálido respecto a la era preindustrial, lo que no significa que se haya superado de manera definitiva el umbral fijado en el Acuerdo de París.

Hasta ahora, 2016 es el año con la temperatura global más alta. “2023 es actualmente el tercer año más cálido hasta la fecha con 0,43ºC por encima del promedio reciente, con una temperatura global promedio en julio de 1,5 °C por encima de los niveles preindustriales. Incluso si esto es sólo temporal, muestra la urgencia de realizar esfuerzos ambiciosos para reducir las emisiones globales de gases de efecto invernadero, que son el principal impulsor detrás de estos registros”, ha explicado Samantha Burgess.

En este gráfico muestra el récord en la temperatura media atmosférica registrada en un mes de julio.

Urge reducir las emisiones

La comunidad científica ha concluido que las olas de calor que sufrieron en julio el sur de Europa, Norteamérica y China habrían sido “casi imposibles” sin el cambio climático provocado por la acción humana, en un estudio de atribución del World Weather Attribution. “Las olas de calor son la señal más inequívoca del cambio climático, todas las tendencias observadas del pasado y también de las proyecciones futuras se han agravado y se agravarán”, afirma el alemán Dominic Royé, climatólogo y responsable de Ciencias de datos en la Fundación para la Investigación del Clima (FIC).

“Las conclusiones de los autores son un serio toque de atención para que se reduzcan y eliminen las emisiones de gases de efecto invernadero debidas a la acción humana y se aborde con rapidez la adaptación de las sociedades vulnerables a unas condiciones ambientales hasta ahora desconocidas”, destaca Francisco J. Doblas-Reyes, climatólogo y director del Departamento de Ciencias de la Tierra del Barcelona Supercomputing Center.

El hielo marino antártico en mínimos históricos

Además de las olas de calor en múltiples regiones del Norte Global, también ha habido temperaturas muy por encima del promedio en varios países sudamericanos y alrededor de gran parte de la Antártida.

La extensión del hielo marino antártico también se sitúa en su mínimo histórico para un mes de julio, con un valor de 15 % por debajo más bajo del promedio mensual, es decir el más bajo desde que comenzaron las observaciones satelitales.

Las concentraciones del hielo estaban más por debajo del promedio en el norte Weddell, el este de Bellingshausen y el norte de los mares de Ross, mientras que persistieron concentraciones superiores a la media en un amplio sector del mar de Amundsen.

Las altas temperaturas extremas que se están registrando este 2023 están superando las expectativas de los especialistas, a pesar del fenómeno El Niño, y hacen patente la necesidad de incrementar la acción climática para evitar más fenómenos meteorológicos extremos.

[Texto publicado originalmente en “Climática”, suplemento de la revista La Marea; es reproducido aquí bajo la licencia Creative Commons.]

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Una de las olas de calor más extremas de 2023 se está produciendo en pleno invierno austral

Matthew Patterson 


Las temperaturas en algunas zonas de Chile y el norte de Argentina se han disparado hasta 10 °C-20 °C por encima de la media en los últimos días. Las ciudades de la cordillera de los Andes han alcanzado los 38 °C o más, mientras que en la capital argentina, Buenos Aires, se registraron temperaturas superiores a los 30°C, superando en más de 5 °C su anterior récord de agosto. En la ciudad de Rivadavia se alcanzaron temperaturas máximas de 39 °C.

Hay que tener en cuenta que estamos en pleno invierno en esta parte del mundo. Y está lo suficientemente al sur como para que las variaciones estacionales tengan un impacto sustancial en las temperaturas. Buenos Aires, por ejemplo, está tan al sur como Japón, el Tíbet o Tennessee al norte.

En términos de desviación de las temperaturas que cabría esperar en un determinado lugar y época del año, esta ola de calor es comparable, si no mayor, que las recientes olas de calor en el sur de Europa, Estados Unidos y China. En Vicuña, una de las ciudades de los Andes chilenos que recientemente alcanzó los 38 °C, un día típico de agosto podría ser de 18 °C más o menos —imagínese que hace 20 °C más de lo normal dondequiera que esté ahora.

No es de extrañar que algunos climatólogos ya hayan sugerido que ésta podría ser una de las olas de calor más extremas jamás registradas.

¿Qué está causando el calor extremo?

Durante los últimos seis días, una persistente zona de altas presiones, o anticiclón, ha permanecido al este de los Andes. También conocida como “alta de bloqueo”, parece ser la principal causa del intenso calor.

El anticiclón de bloqueo que está provocando la ola de calor entre Chile y Argentina. GFS analysis data, Author provided

Los anticiclones de bloqueo pueden provocar olas de calor de tres formas principales. En primer lugar, atraen hacia ellos aire más cálido procedente de las proximidades del ecuador. El sistema también comprime y atrapa el aire, calentándolo, como fue el caso de la ola de calor de 2021 en el noroeste del Pacífico, que batió el récord canadiense de temperatura en casi 5 °C. Por último, las altas presiones hacen que haya poco aire ascendente y, por tanto, poca nubosidad. Esto permite que el sol caliente la tierra continuamente durante el día, acumulando calor.

Sin embargo, los científicos necesitan analizar con más detalle la meteorología de este acontecimiento sin precedentes para obtener una comprensión más completa.

El Niño lo hizo más probable

La ola de calor entre Chile y Argentina puede haber sido más probable debido al desarrollo de El Niño en el océano Pacífico. Los fenómenos de El Niño, que suelen producirse cada cuatro años aproximadamente, se caracterizan por temperaturas cálidas en la superficie del mar en el Pacífico tropical central y oriental. En la actualidad, las temperaturas en el Pacífico central se sitúan aproximadamente 1 °C por encima de la media para la época del año.

Estas temperaturas oceánicas más cálidas hacen que el aire flote más sobre el Pacífico central, haciendo que el aire se eleve. Esto provoca cambios en los patrones de circulación atmosférica más allá. Los cambios en la circulación atmosférica inducidos por El Niño suelen traducirse en una mayor presión y temperaturas invernales más cálidas para esta parte de Sudamérica.

Chile ya se está viendo afectado por fenómenos climáticos extremos, como estos incendios forestales a principios de 2023.

El cambio climático lo empeoró

El sistema de bloqueo que provocó el calor extremo probablemente habría dado lugar a temperaturas cálidas incluso en ausencia de cambio climático antropogénico. Sin embargo, el rápido calentamiento provocado por el cambio climático permitió que la ola de calor se haya convertido en algo realmente sin precedentes.

Los científicos del clima esperan ver batirse récords de temperatura a medida que nuestro planeta siga calentándose. Esto se debe a que la distribución de las posibles temperaturas se está desplazando cada vez más alto.

Chile ya ha experimentado recientemente los efectos del cambio climático a través de una grave ola de calor en febrero —a finales del verano— que provocó varias muertes por incendios forestales, así como una megasequía de una década de duración. Recientemente, el país rechazó una nueva redacción de la Constitución que habría obligado a su gobierno a tomar medidas contra las crisis natural y climática.

El impacto a largo plazo de una ola de calor invernal

Las temperaturas más altas parecen haber remitido en gran medida en los Andes. Sin embargo, las temperaturas siguen siendo muy superiores a la media en el norte de Argentina, Bolivia y Paraguay, y seguirán siéndolo durante los próximos cinco días.

Los efectos de las olas de calor invernales son menos conocidos que los de las olas de calor estivales. Para Chile, el impacto más probable es sobre la capa de nieve en las montañas, que proporciona agua para beber, la agricultura y la generación de energía. El derretimiento del manto de nieve probablemente afectará también a la diversa flora y fauna de los Andes.

En general, esta ola de calor es un sorprendente recordatorio de cómo el ser humano está cambiando el clima de la Tierra. Seguiremos viendo estos extremos sin precedentes hasta que dejemos de quemar combustibles fósiles y de emitir gases de efecto invernadero a la atmósfera.

Matthew Patterson: postdoctoral Research Assistant in in Atmospheric Physics, University of Oxford. Este artículo fue publicado originalmente en inglés. // Fuente: The Conversation. Texto reproducido bajo la licencia Creative Commons.]

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