Entrada y Salida
Tragedia
Sus labios incendiaban las bocas masculinas. Por eso decía, orgullosa, que los besos suyos eran una tragedia. Pero, a consecuencia de ello, recibió un metódico castigo: enamorada por fin, acabó su vida viviendo con un solo hombre que, con el paso de los años, quizá para evitar su propia extenuación, se olvidó de besarla.