Artículos

Las siete décadas del Mastuerzo

Noviembre, 2025

Nació en 1955 en Tulancingo, Hidalgo. Sin embargo, llegó a la Ciudad de México en 1971, donde prácticamente echó raíces. Aquí, entre otras cosas —aparte de su incansable e inherente compromiso y activismo social—, fue integrante del grupo Los Nakos y fue cofundador de la banda Botellita de Jerez, junto con Armando Vega-Gil y Sergio Arau. Aun cuando lleva ya casi medio siglo en la brecha cultural y artística, lejos de frenar, pausar o bajar el ritmo, Francisco Barrios El Mastuerzo sigue trabajando sin cesar: en estos días, por ejemplo, continúa promocionando El Espejo / Cuando tenga 64 años —un libro que ha ido publicado desde hace un par de años en diversas editoriales, la más reciente edición en Loto Editorial—; asimismo, el pasado agosto vio la luz su nuevo disco, el delicioso Un son para bailar (Fonarte), en el que vuelve a relucir su vena sonera y tropical y que es imposible escuchar sin sentir el impulso del movimiento. Pero, además, Francisco Barrios El Mastuerzo llega a las siete décadas de vida en este mes de noviembre. Para sumarnos a la celebración, Víctor Roura ha conversado con el músico, compositor y actor mexicano.

Nacido el 23 de noviembre de 1955 en Tulancingo, Hidalgo, Francisco Barrios llegó a la Ciudad de México en 1971, integrándose un lustro después al grupo Los Nakos, donde compartiera sus primeras experiencias musicales, fundando este baterista, conocido como el Mastuerzo en el medio musical, la banda Botellita de Jerez en 1983, pero —acaso como León Gieco en Argentina— no ha podido desprenderse de sus raíces folclóricas que lo sitúan más en la nueva canción, ocupándose incluso de armar en la televisión pública un programa justamente denominado La Otra Canción para hablar de su interés musical.

Ahora que llega a las siete décadas de vida, hemos conversado con él.

Hacedor de canciones

—Francisco Barrios se inició en la nueva canción, entendida ésta como el noble o bello canto, no necesariamente como el ejercicio desestabilizador del sistema musical, con Los Nakos, la agrupación con tintes ideológicos surgida con la revuelta mexicana del 68, pero continuó su ruta musical con el rock de Botellita de Jerez, ¿en dónde se sitúa el Mastuerzo realmente?

—Bueno, pienso que soy un “resultado” de ambas experiencias y de todo lo que implicaba el “derredor” —responde Paco Barrios—. Lo que en el fondo me formó, además de las canciones que escuché en discos, casets, cedés y demás artefactos, además de las canciones en la radio, en la televisión y el cine, fue el encontrar cantando a Judith Reyes, a José de Molina, a León Chávez Teixeiro y a tantos y tantas en mi juventud, alimentarme de eso que yo llamo La Otra Canción Popular Mexicana y del Mundo, ahí, de frente, en “vivo y en directo” y en ciertos contextos sociales y políticos muy diversos en la década de los años setenta y ochenta. He dicho que Los Nakos fue mi primera escuela de esta “otra canción” ya que me relacioné con distintas miradas políticas e ideológicas que me orientaron, es decir que me informaron hechos concretos de muchas luchas estudiantiles, obreras, campesinas.

“Con Botellita de Jerez comenzamos viejos. Sergio tenía 32, Armando 27 y medio y yo 27 años. Cada uno tenía una experiencia musical y, digamos, ideológica y política en la práctica. Fuimos un grupo de rock, es decir de guacarock de izquierda, que correspondió a las distintas izquierdas en sus diferentes etapas durante los 36 años de existencia del grupo.

“Desde mi experiencia con Los Nakos y con Botellita de Jerez soy un hacedor de canciones que siempre le ha cantado a los seres humanos que se organizan, creo que así es donde me sitúo”.

Portada de El Espejo / Cuando tenga 64 años, libro de El Mastuerzo.

Raíces con humor

—Los Nakos marcaron un hito en México por la protesta musical en que se vieron envueltos, pero Botellita resaltó, asimismo, por su indiscutible humor, dejando atrás asuntos impuestos por la mafia cultural tales como la cuestión de Los Tepetatles, los cuales la intelectualidad calificaba soberbiamente, mas erradamente, de la banda primera en el país con comicidad sólo porque en su interior participaban Carlos Monsiváis, José Luis Cuevas o Alfonso Arau, ¿cómo se sentía el Mastuerzo ante estas consignas musicales?

—Supe de Los Tepetatles desde que nos juntamos Sergio, Armando y yo. Para Sergio fue muy importante esa experiencia, fue un punto de partida para él, su principal referente para “comenzar a rocanrolear”. Yo no había escuchado su propuesta. A Los Tepetatles los conocí en una grabación que un compa me regaló copiada en un cd en el año 1996, cuando ya habíamos grabado nuestra versión en el disco Naco es chido. Solo conocía la rola del “Tlalocman”, la cual trabajamos durante meses hasta encontrar la forma que, por cierto, fue recibida con mucho entusiasmo donde quiera que la tocábamos con todo el “performance” que creamos y ejecutábamos durante las tocadas. Supe “de oídas” que Los Tepetatles no existieron como grupo, que fue sólo un espectáculo en algún lugar de la Zona Rosa donde se presentaron algunas funciones y que se grabó casi de manera testimonial. Esa grabación fue la que llegó a mí, y la canción que sobresalía era “El Tlalocman”. Sabiendo de la presencia de Carlos Monsiváis, de Chava Flores, de José Luis Cuevas, de Julián Bert y de Alfonso Arau me parecía que era resultado de un gran experimento artístico, me entusiasmaba hacer una versión de una rola creada por cabezas tan destacadas de aquella época en que yo era un niño y que de a poco fui descubriendo. Pienso que fue un gran acierto grabarla e incluirla en nuestro repertorio, expresaba de manera muy clara la propuesta humorística de una banda que queríamos solazarnos en la cultura popular mexicana haciendo una referencia seria de nuestras raíces, pero con humor.

La canción no tiene límites formales

—A partir de 2022 La Otra Canción, programa de la televisión pública, lo conduces otorgando prioridad a la nueva canción e incluso aportando versos de diferentes poetas por ti seleccionados, ¿entonces es Francisco Barrios efectivamente un trovador inmiscuido, luego, en los avatares del rock mexicano?

—Bueno, sí, soy un “hacedor de canciones” inmiscuido en eso que hoy llamamos rock mexicano.

“Mi historia proviene del gusto de hacer canciones. Llamo otra canción al resultado histórico de muy diferentes realidades. En España, en Argentina, en Chile, en México, en todo el mundo han surgido esos seres humanos que han creado ciertas artes y en particular esa canción otra, que en principio por distintas razones, o de alguna manera, nació fuera de la lógica mercantil, es decir cuando menos no de manera determinante. Una canción que incluye distintos géneros, diferentes formas de la canción. Soy un hacedor de canciones y la canción no tiene límites formales. Mi canción es política, como todas las canciones; es trova, es canción de autor, es rupestre, es rock, es pop, es ranchera o campirana, es urbana. Mi canción quiere ser teatro, donde cabe todo”.

Portada del nuevo disco de Francisco Barrios El Mastuerzo.

De trovadores, o juglares, o rupestres, o roleros

—La nueva canción no comenzó, como comúnmente se piensa o se afirma, después del golpe de Estado en Chile en 1973, pues esta corriente la definen incluso cantores de géneros tan variados como la música ranchera con el inigualable José Alfredo, la popular como la entrañable Amparo Ochoa, un arqueólogo musical como don Óscar Chávez o tanta otra gente, como la que has dado espacio en tu programa televisivo, tú mismo buscas con tu lírica otras concepciones, ¿por qué nacen discos como Podrido o Tributo a la otra Kanción popular mexiKana, por ejemplo?

—Mis realizaciones discográficas de “solista” son, evidentemente, resultado de una necesidad individual de expresión; es decir, de lo que no cupo o no era pertinente para el trabajo artístico de Botellita de Jerez. Hubo canciones que no fueron “aceptadas” para algún disco a realizarse y de pronto me vi en la necesidad de construir esa propuesta “solista”. También son una declaración de principios, de pertenencia a un sector de artistas diferentes que fui entendiendo con otras expectativas, otras preocupaciones artísticas, sociales y políticas respecto a todo eso de lo que fuimos inoculados por el cine, la radio y la televisión. De niño quería ser Enrique Guzmán, pero de joven adulto me encontré con León Chávez Teixeiro y supe de Bob Dylan y de tantos otros. La canción que descubrí es la que de manera bella, hermosa, sublime habla de nuestra realidad, de la lucha de clases. Se llamaron trovadores, o juglares, o rupestres, o roleros todas y todos esos seres humanos que desde antes y después conforman, conformaron y conformarán La Otra Canción Popular de México y el Mundo.

Seguimos siendo quienes deseábamos ser

—Francisco Barrios es muy distinto en apetencias musicales y en principios políticos a un, digamos, Alejandro Lora, pero acaso hay conversiones profesionales. ¿Cómo ha sobrevivido el Mastuerzo en medios musicales tan distantes mas cercanos?

—Mis apetencias musicales no tienen límite, en particular me interesa La Canción. Los principios políticos que me atraen, que me contienen, son los de un mundo libertario que sigue existiendo en el imaginario de muchos viejos y viejas como yo. Somos tantos, tantas, que no hemos olvidado por qué hemos sido rebeldes. Nuestra generación usó camisas de manga larga para taparnos los tatuajes, algunos se quitaron el “moicano”, a mí se me cayó, pero conseguimos trabajo y además seguimos siendo quienes deseábamos ser.

“Cuando Alejandro Lora me invitó a celebrar los 27 años del Tri en el Toreo de Cuatro Caminos junto con muchos otros invitados, lo hice cantando con él una rola que hicimos juntos: ‘El enmascarado de látex’. Previamente Álex me pidió que cantara también con él el primer encore del concierto, sería el ‘ADO’ y gustosamente acepté. Cuando esperábamos la luz del escenario para ese primer encore, yo permanecí atrás, al fondo del escenario y miré cómo al encenderse las luces de un Toreo de Cuatro Caminos con lleno total, Álex Lora llegó hasta el proscenio y comenzó a hablar diciendo en sus primeras palabras: ‘Quiero agradecer a mis niños del Partido Acción Nacional porque me prestaron este lugar para celebrar”. En ese momento yo hice mutis y me fui aún más al fondo del lugar. Al encontrarme rumbo a camerinos con Álex me preguntó por qué no había salido y yo me disculpé, mintiéndole, le dije que no me había dado cuenta del momento y que ya no pude entrar a cantar con él; Lora, con la intención de que lo escucharan los compas del staff y demás personal, incluyéndome, dijo: ‘Se abre la fecha de mañana aquí nuevamente, y me preguntó si ahora sí cantaría con él la del ‘ADO’; le contesté que por supuesto.

“Al otro día, domingo, se dio la repetición de todo el concierto y cuando esperaba entrar al escenario para cantar el primer encore que sería otra vez el ‘ADO’, nuevamente Álex Lora repitió el mismo choro ‘quiero agradecer…’; nuevamente me fui hasta el fondo y al encontrarme con Lora después de finalizado el encuentro me disculpé y creo que Lora entendió que no quise compartir ese momento junto a él donde declaraba su amor por el PAN. De aquella época recuerdo haber visto un espectacular donde la imagen de Alejandro Lora le levantaba la mano a Vicente Fox.

“Es muy claro lo que algunos memes del Facebook dicen: Tus héroes rockanroleros de los años 80, 90 y más son tus tías panistas de hoy”.

El músico, compositor y actor mexicano. / Foto: captura de pantalla.

Lo nuevo o interesante

—¿Qué músicas escuchaba Francisco Barrios en su Hidalgo natal antes de radicar, a partir de 1971, en la Ciudad de México, hay algún músico de su preferencia, qué escucha en la soledad de su casa?

—Escuchaba la radio todo el día y la noche, mi papá era melómano, músico.

“Escuchábamos la radio a todas horas. Beatles, Creedence Clearwater Revival, Chicago, Blood Sweat & Tears; el rock de esos años sesenta en español, etcétera. Lo que se escuchaba en la radio, en la televisión y el cine. Junto a mi hermano David, comprábamos algunos discos, recuerdo los de Los Beatles: El Sargento Pimienta, el Viaje Mágico y Misterioso y el Abbey Road; sencillos de Rolling Stones y de Eric Burdon and the Animals.

“Hoy escucho todo lo posible, particularmente lo que otros y otras compas que componen canciones me hacen llegar; lo que me recomiendan sabedores de lo nuevo o lo que les resulta interesante”.

Related Articles

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Back to top button