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Tres décadas de unasletras

Eugenia Montalván Colón, editora de trascendencia

Junio, 2025

Que una empresa cultural cumpla 30 años de existencia siempre llamará la atención. Si además ese proyecto cultural es netamente independiente y se ubica fuera de la centralista Ciudad de México, es todavía más llamativo y motivo de celebración. Fundada por la antropóloga y ensayista Eugenia Montalván Colón, la editorial yucateca unasletras cumple tres décadas de vida. Con más de 100 títulos publicados, el sello es ya “un referente insoslayable en el campo del conocimiento y la creación”, dicen desde la editorial. (Por cierto: Eugenia Montalván combina su labor de editora con otras actividades: por ejemplo, este miércoles 25 de junio impartirá una conferencia como parte de las actividades por los 70 años del Instituto Potosino de Bellas Artes; además, en su faceta de cineasta, será proyectado su documental Don Mammie Blue en el mismo instituto un día después, el jueves 26 de junio). Para unirnos a la celebración por los 30 años de unasletras, Víctor Roura ha conversado con Eugenia Montalván.

El documento oficial de la editorial yucateca unasletras apunta que esa casa bibliográfica “nació en 1995, aunque aún no tenía este nombre definitivo con el que llegaría a convertirse en una de las primeras industrias culturales de Mérida”.

Desde entonces, suscribe el documento, “más de 100 autores han confiado en esta casa editorial para publicar su obra y difundirla. Después de 30 años, unasletras es un referente insoslayable en el campo del conocimiento y la creación”. Con la Feria Internacional de la Lectura de Yucatán (Filey) 2025 empezó, según se lee en el documento oficial, “una nueva era en la búsqueda de aquellos libros esenciales que ayuden a comprender nuestro presente inquietante”.

La directora general de unasletras es la duranguense Eugenia Montalván Colón (1970), voluntariamente yucateca desde 1988 en que arribara a la península, a la edad de los 17 años, para estudiar antropología en la Universidad Autónoma del estado, mas la escritora se ha convertido, ya, tras más de tres décadas de radicar en Mérida, en la editora de mayor trascendencia de Yucatán hoy en día.

Ahora, que durante todo este 2025 su editorial celebra sus tres décadas de vida, conversamos con ella para resaltar esta bendición cultural.

La fecha en el aire

—¿Cómo surgió la idea de crear libros en Mérida?, ¿fue sólo a partir de tu afán de lectura o para compartir las letras de autores desconocidos de la península?, ¿algunos autores de obras reconocidas te empujaron a la fundación de unasletras que este año cumple tres décadas de vida que comenzara con la edición de qué libro?

—No recuerdo con exactitud cuál fue el primer libro que edité. Y quizás esto sea una locura, pero tengo que ser honesta, como siempre. La idea de crear libros surgió de un impulso, de un arranque que me cambió la vida. Ya para entonces me dedicaba de tiempo completo al periodismo cultural, conocía el medio y también conocí a un editor que me inspiró. Era el año 1995, sí. También era vendedora ambulante de libros y CDs… Una cosa lleva a la otra, así es esto… Y nada de obras reconocidas, al contrario. Por ejemplo, entre los primeros autores que edité está el profesor y pintor Fabio R. Chalé Mex. Él escribió la monografía de Tixpéual, su municipio (uno de los 106 que conforman Yucatán, localizado a 20 kilómetros de Mérida), consiguió una beca del PACMYC, y acudió a mí para dar a conocer su obra. Presentamos este libro en la Biblioteca pública de su pueblo… ¡Todo un acontecimiento!

Eugenia Montalván Colón. / Fotos cedidas.

La apatía, el desdén

—En tres décadas has publicado más de cien títulos originales, ¿cómo seleccionas el material?, ¿cómo decides qué publicar? Porque uno supone que también hay negaciones, que no es un tema sencillo de tratar…

—Una gran parte del catálogo de unasletras está conformado por obras cuyos autores han pagado para ser editados, y aun así he sido rigurosa al elegir qué publicar. Sí he rechazado algunos libros que no tienen calidad literaria o cuyo contenido no es significativo, y es mi criterio el que rige este proceso de selección. Pero también he publicado libros en los que sí he comprometido mi capital; son los menos, pero están ahí, circulan, son leídos y reeditados. Lo malo es que los escritores no gozan del reconocimiento que merecen. Por desgracia, impera una apatía, un desdén…

Libros en la carretera

—Alguna vez se reunieron editores de prosapia como Orfila Reynal o Díez Canedo para crear el supuesto libro perfecto que no fue tal (¡apareció increíblemente el logo editorial de cabeza!), cuéntanos por favor una o dos anécdotas de no creerse que te hayan ocurrido.

—Tú también eres editor, Víctor, y sabemos que aun revisando pruebas con lupa se nos van errores. ¡Que sean los mínimos, por favor! Pero como cosa de no creerse te contaré que una vez, en 2019, secuestraron el camión de la mensajería donde viajaban los libros de la escritora Angélica Navarro. Siempre imprimo en la Ciudad de México porque los costos son más competitivos, así que el transporte es parte fundamental de la logística. Aquella vez estaba esperando los ejemplares para llevárselos personalmente a la autora a Puerto Aventuras, Quintana Roo. Tuvieron que volverlos a imprimir, claro. Pero esta situación ya había ocurrido antes con los libros de Edith Cisneros-Cohernour, investigadora de la Facultad de Educación de la Universidad Autónoma de Yucatán. Dos casos aislados que reflejan, entre tantas cosas, la inseguridad de nuestro país, la desesperación de los asaltantes tras su botín y, ¡sorpresa!, la frustración de encontrar cajas de papel. ¿Te imaginas el reguero de libros en la carretera?… Un asalto de esta clase se vuelve noticia cuando lo que dejan tirado son latas de cerveza o pollos, ¿pero libros? Pienso en la tensión con la que han de viajar los choferes… ¡Mis respetos!

Desinterés oficial

—La lectura, en los tiempos que corren, va siendo desplazada por la pantalla digital; además del menosprecio gubernamental por esta valía cultural, ¿qué más pesares padece una editorial hoy en día?

—La pantalla digital, como dices, es la fuente de conocimiento para miles y miles de personas que trascienden los medios tradicionales; o sea, la escuela o las bibliotecas, y las instituciones académicas y gubernamentales agradecen que así sea porque es mucho menor su responsabilidad. En Mérida he ido personalmente a venderle libros a funcionarios culturales de primer nivel y la respuesta siempre es la misma: “No tenemos presupuesto”. Y yo les digo: “¿Ni de caja chica?” Su desinterés me enoja muchísimo. No compran ni un ejemplar, pero lo peor es que no se interesan por los contenidos: literatura actual de autores locales. La propia Facultad de Ciencias Antropológicas, de donde soy egresada, se escuda en que las compras están centralizadas, y Alberto Arellano, ex jefe de adquisiciones, me llegó a comprar libros con dinero de su bolsa por conmiseración. Eso también es de no creerse, ¿verdad? Además, la propia Feria Internacional de la Lectura de Yucatán (Filey) carece de recursos materiales y humanos para promocionar a los autores locales. Ningún director de la Filey se ha acercado a unasletras con ánimos de indagar qué estamos publicando y a qué autor sería conveniente entrevistar en Radio Universidad, por ejemplo, pues esta feria está auspiciada por la Universidad Autónoma de Yucatán. El dinero que reciben por la renta de los stands lo usan para invitar a la ciudad a escritores de renombre y supongo que a ellos sí les dan buen trato.

La antítesis del libro impreso

—¿La fabricación de e-books es una construcción opuesta al quehacer meramente editorial de crear libros de papel, ahora considerados artesanales?

—Sí, en cierta forma es la antítesis al libro impreso (ahora producido digitalmente), pero qué bueno que existen e-books para los consumidores que se sienten cómodos leyendo en pantallas.

Culturalmente, impera el caos junto con la aparente supremacía del dinero

—Construir libros se ha convertido en una utopía, entonces. ¿Qué otras consideraciones culturales se han transformado ya también?

—Te hablaré de Mérida porque es la ciudad que conozco. Hemos vivido una profunda transformación en los últimos diez años; ahora hay una innumerable cantidad de restaurantes de toda clase, o sea que la sociedad está tentada a gastar más en salir a comer… Y también ha crecido la infraestructura habitacional, especialmente de casas de lujo en el norte de la ciudad, lo que representa un gran foco de atracción, pues mucha gente quiere ser parte de la gran feria inmobiliaria y adaptarse a esos fraccionamientos o privadas en la búsqueda de un estilo de vida diferente, de mayor estatus, pero a la par observamos un profundo estrés urbano por esa ambición que las constructoras están explotando. Este crecimiento conlleva la sobreventa de autos y el consecuente desorden. He notado que muchos conductores actúan con prepotencia volándose los altos. Culturalmente, entonces, impera el caos junto con la aparente supremacía del dinero y el “yo tengo”.

El desprecio como forma de la política operativa

—He de confesarte que siempre quise editar un libro en el Fondo de Cultura Económica (oportunidad que se me negaba, nomás porque sí, porque yo no era de las simpatías de los dictaminadores de entonces en los periodos priista y panista) y pensé que las cosas cambiarían durante el obradorismo, pero Taibo II no quiere saber nada de Víctor Roura en su editorial. He tenido la fortuna de que unasletras me ha publicado dos libros. También los autores se difuminan con este maltrato cultural, Eugenia, ¿qué hacer, cómo hacer, para revertir esta desgracia cultural en manos del funcionariato cultural?

—Los funcionarios detestan tu postura crítica, obvio, y su reacción natural es la censura. Lo mismo pasa en Yucatán y seguramente en otros estados. Los funcionarios culturales se obsesionan con menospreciar a quienes demostramos capacidad de trabajo y autonomía. El desprecio forma parte de su política operativa.

Eugenia Montalván, duranguense de nacimiento, aunque voluntariamente yucateca desde 1988.

Prefiero escribir

—Quedan pocas editoras como Eugenia Montalván Colón en el país, ¡que incluso ha sido demandada legalmente por construir libros ante la omisión mediática! ¿Cuál es el papel, o debiera ser el papel, de un hacedor, o hacedora, de libros en México?

—Leí la entrevista que recientemente le hiciste a Carlos López, director de Editorial Praxis; su caso demuestra de lo que es capaz el poder. Mi proceso también demuestra de lo que es capaz el poder. Ambos son ataques directos a la integridad personal. El dinero que perdí en el proceso defendiéndome cubrió honorarios de abogados disfrazados de profesionales, aunque no todos, pero decidí defenderme, ¡entré en el juego! Mi lema sigue siendo Prefiero escribir. Con ese título publiqué un libro para recuperar fuerzas y energía; realmente fue mi investigación de tesis de Maestría en Historia, y presento la vida y obra de cuatro escritoras yucatecas del siglo XIX; ellas optaron por escribir también a pesar de las calamidades de la existencia.

Tributo a María Teresa Herrera Albertos

—También has tomado el rumbo de la documentalista, donde uno de tus trabajos más conocidos es el filme dedicado a José Revueltas, ¿por qué esta artesanía visual, cuántos documentales has hecho, cuál es el último?

—El cine documental es una continuación de mi vocación periodística. He escrito, producido y dirigido cinco largometrajes y dos cortos. El primer largometraje lo estrené en 2013 (Don Mammie Blue), y acabo de presentar un corto que está disponible para todo público en YouTube: Por curiosidad, nada más / Tributo a María Teresa Herrera Albertos. Lo realicé y produje porque era impostergable dar a conocer la valiosa colaboración de esta genealogista autodidacta a la Historia regional. En el estreno tuvimos sala llena y la gente ovacionó de pie a la investigadora por su gran contribución y generosidad. Mis otros documentales tienen, también, un carácter antropológico, salvo “Hay Revueltas para rato” que mencionaste, y que es un homenaje al admirado escritor por aferrarse a sus principios e ideales.

El futuro inmediato de unasletras

—Sé que uno no posee la bola de la adivinación, ¿pero puedes advertir el futuro de unasletras?

—El futuro inmediato, sí. Tengo en proceso una publicación infantil acerca de la urgente necesidad de frenar el maltrato animal, sobre todo el que sufren los gatitos. La autora es una niña de nombre Valentina Velázquez. La próxima semana entregaré al autor Pedro Cristerna Moreno una nueva edición de su libro Sueño de Saint-Serrois, relato poético acerca de un joven estudiante de Leyes que en un poblado cercano a París se enfrenta, a muerte, con seres fantásticos que representan la corrupción y la pereza mental, entre otros vicios. Además, estoy por mandar a imprenta una novela de crítica social: Levantada / Donde sea corres peligro, del periodista Oscar Meza, veracruzano residente en Cancún.

Agradecida con las palabras

—De todos los libros que has editado, ¿habrá alguno que te ha modificado la idea de la vida, o más de uno, o algún libro que te haya dejado satisfecha por el solo hecho de haberlo publicado?

—Mi idea de la vida y su realización gira en torno a los libros que he publicado porque, orgullosamente, han sido mi sustento, y gracias a cada uno de los autores, unasletras es un referente insoslayable en el campo del conocimiento y la literatura; por lo tanto, estoy no solamente satisfecha sino sumamente agradecida con las palabras que escritores e investigadores me han encomendado.

Nota bene: como parte de las actividades por el 70 aniversario del Instituto Potosino de Bellas Artes, Eugenia Montalván impartirá la charla “Escribir en futuro desde el siglo XIX / Guadalupe Vázquez Castillo y la visión adelantada de las escritoras potosinas”. La cita es este miércoles 25 de junio, a las 19 horas, en la Galería Antonio Rocha Cordero del IPBA (Avenida Universidad esq. Constitución sn, Centro, San Luis Potosí). Un día después, el jueves 26 de junio, en su faceta como cineasta, será proyectado su documental Don Mammie Blue, un filme sobre el artista travesti y activista LGBT Gonzalo España; será a las 19 horas en el Teatro del Centro de Difusión Cultural del IPBA “Raúl Gamboa” (Avenida Universidad esq. Negrete sn, Centro, San Luis Potosí).

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