Octubre, 2025
Aunque injustamente olvidado —sobre todo a partir de los últimos años—, no hay duda de que Leopoldo Augusto Fernández Salgado tiene ya un lugar en la historia del entretenimiento de nuestro continente. Conocido artísticamente como Pototo y universalmente como Tres Patines, no sólo divirtió y entretuvo a una parte de Latinoamérica, el legendario actor y comediante cubano también se convirtió en uno de los más influyentes humoristas de habla hispana del siglo XX. Su fama se cimentó sobre todo como creador e intérprete del personaje José Candelario Tres Patines en el programa radial La Tremenda Corte, que hoy es considerado como una de las mejores comedias radiofónicas producida en América Latina en todos los tiempos. Actor, guionista y productor teatral —también incursionó en el cine y la música—, Tres Patines nació en diciembre de 1904 y murió, 80 años después, en noviembre de 1985. Ahora que se cumplen cuatro décadas de su partida, Víctor Roura lo recuerda.
1
Hace cuatro décadas se fue de esta vida el cubano Leopoldo Augusto Fernández Salgado, también conocido como Tres Patines, el 11 de noviembre de 1985, 45 días antes de festejar su cumpleaños número 81, en una tierra, Miami, ajena a la suya, luego de haber radicado en México y en Puerto Rico: se insiste en que el destierro de Cuba, donde nació Tres Patines (en Jagüey Grande, el 26 de diciembre de 1904), fue a causa de una decisión castrista al no querer en su país ninguna crítica humorística sobre su régimen, por eso, se dice (aunque hay los que asientan lo contrario), el actor fue arrestado, introducido en la cárcel y luego arrojado fuera del país tras una actuación teatral donde, según se comenta, Tres Patines se atrevió a decir que él se encargaba de colgar a Fidel (el cuadro de Castro en una pared), asunto que, como en La broma de Kundera, causara irrisión en el estrato político. Pero también están los que aseguran que Tres Patines abandonó la isla por decisión voluntaria tras el triunfo de la Revolución Cubana… aunque exista un son, cantado al alimón con Aníbal de Mar (de nombre real Evaristo Simón Domínguez, 1908-1980), que habla sobre la liberación de la República Dominicana, controlada por Trujillo, canción que desafió al régimen en 1959 donde a la letra dice, entre otras cosas, “… como dice Fidel, hasta que caiga el tirano con toda su parentela”.
Lo cierto es que todos los humoristas en castellano poseen algo, sin duda, de Tres Patines, aunque no lo confiesen.

2
Dice, textual, la cronografía del humorismo en Cuba: en 1941, con dirección y producción del programa, primero,de Francisco Álvarez de Lara y después de Miguel Yao, se lanzó el programa de La Tremenda Corte, “comedia de humor blanco que estuvo al aire y sin interrupción hasta 1961. Se calcula que en total existen 360 capítulos, pero no todos lograron traspasar las fronteras de Cuba. Además, el programa duraba de 15 a 20 minutos”.
Una imprescindible presencia del programa fue, al principio, Cástor Vispo Villardefrancos, nacido en La Coruña, España, el 15 de junio de 1907 y fallecido en La Habana el 1 de octubre de 1973 a los 66 años de edad. Vispo, periodista de oficio, creó La Tremenda Corte en 1941 (en 1947 obtuvo en Cuba un premio al compositor más destacado del año): “Se dijo que Vispo —se lee en la biografía del español— sudaba la gota gorda escribiendo cada uno de sus insuperables guiones radiales de La Tremenda Corte. Y no podía ser de otra manera. Para llenar un libreto radial de media hora hay que escribir muchas cuartillas, y La Tremenda Corte estuvo en el aire sin interrupción desde 1942 a 1961, primero en RHC Cadena Azul y más tarde en CMQ, y su creador y único escritor fue Cástor Vispo”.
Se estima que fueron grabados 360 episodios radiofónicos, además de la versión televisiva donde hubo, según los historiadores, 263 programas entre La Habana y México, pero también se afirma que se hicieron “más de un centenar de episodios televisivos distribuidos en tres temporadas, entre 1966 y 1969”.
En una ocasión, tras discutir Cástor Vispo con Leopoldo Fernández sobre una escena de La Tremenda Corte, Tres Patines decidió romper con el español manteniendo el programa con base en improvisaciones, lo que da cuenta, aun sin precisar a partir de qué año se suscitó esta inesperada circunstancia, del carácter aleatorio con que cada figura dominaba ya su propia personalidad, sobre todo Nananina (Mimí Cal, fallecida el 21 de mayo de 1978 a los 78 años de edad en Miami) y Rudecindo Caldeiro y Escobiña (Adolfo Otero, nacido en España en el año 1893 y muerto el 10 de noviembre de 1958 en Cuba).
Pese a su innegable éxito e influencia, Tres Patines murió (sin echar pestes de Fidel Castro, tal como lo hiciera, digamos, la cantante cubana Celia Cruz) sin reconocimiento alguno y en una pobreza que no se merecía.

3
Tres Patines, o Cástor Vispo, antes que nadie en el humor jugaba con las palabras: “Las moscas se crían en Moscú”, decía, y transcribo, con placer, varios diálogos suyos verdaderamente ingeniosos: después de que Tres Patines dijera al Señor Juez (Aníbal de Mar) “nos váyamos o nos quédemos”, el réferi de la justicia, con calma, le explica:
—Se trata [el acentuar vayamos o quedemos] de una expresión idiomática que probablemente surgió entre el vulgo pero que, al ascender a estratos sociales más elevados, adquirió carta de naturaleza gramatical y hoy ya está admitida por todos los lexicógrafos y todos los eruditos.
Tres Patines:
—¿No me podrías explicar todo eso en castellano?
—Pero si se lo he explicado en castellano —le dice el Señor Juez.
—¡No me diga!
—Todas las palabras que acabo de decir están en el idioma de Cervantes…
—Si Cervantes pide un cigarro en el idioma ése —concluye Tres Patines—, se queda sin fumar.
En otro capítulo Tres Patines, a quien se lo pelean dos mujeres, se enorgullece subrayando:
—Con esa tontería de los versos tengo yo una conquista tremenda.
De ahí que el Señor Juez lo descalificara:
—Es usted entre los seres un elemento perverso, porque se vale del verso para engañar a las mujeres.
En la película Hotel de muchachas (1950) resalta la frase dicha por Pototo (Leopoldo Fernández): “Donde no hay dinero no se puede decidir”.
Le pregunta el Juez a Tres Patines qué es el epiplón cuando el chivo de Nananina se ha comido los papeles de identidad de Rudecindo.
Porque se respeta el idioma, en el episodio “El Farolicidio” el Señor Juez dice a Tres Patines:
—La gramática manda más que el Señor Juez.
Hablando de la abedrulia en el duodeno, Tres Patines asegura que cada quien tiene su razón explicativa, por eso interviene con cautela diciendo que “visto desde el punto de vista de la vista mía”… y suelta su perorata.
Pregunta, porque no ha entendido bien la palabra Tres Patines:
—¿Arroz con col?
—No —le responden—, rock and roll.
Tres Patines es un abogado que defiende, por supuesto (porque él es un sinvergüenza que siempre quiere tener la razón aun no teniéndola), a un marido que se niega a darle el sustento a su esposa; por eso, el abogado argumenta a la señora, que lo oye afligida (en el episodio “Naranjicidio”):
—Trescientos sesenta y cinco días del año, si le restamos las ocho horas que dormimos en las noches sólo nos quedan 121 días, hay que rebajar ahora 52 domingos y ya nos quedan 69 días, los sábados tienen 52 días y hay que tomar medio día así que nos quedan nada más 43 días; los días de fiesta como fiestas patrias, semana santa, 28 días: nos quedan 15 días, pero tienes que rebajar 14 de tus vacaciones, de manera que nos queda un día para que este pobre hombre trabaje para usted…
La señora, después de escucharlo, dice al abogado:
—Pues yo me conformo con que este sinvergüenza trabaje un solo día…
Tres Patines agrega:
—No es posible, ¡porque ese día es primero de mayo!
Otro diálogo:
—¿No sabe lo que es estirpe? —le preguntan a Tres Patines, quien responde apresurado:
—Una vez me estirparon el apéndice…
Cómo entonces no iba a saberlo.

4
En el capítulo “Tamalicidio” se suscita la siguiente ocurrencia:
—¿Qué cosa es el verbo? —pregunta el Señor Juez a Tres Patines, quien responde seguro de sí:
—El verbo es el marido de la barba. Masculino: verbo; femenino: barba. Derivados de verbo: verbigracia y verbiquí. Derivados de barba: barbacoa y barbaridad. Que el verbo se casa con la barba, vienen entonces los hijos del verbo que son los berberechos; que los berberechos no se portan bien, entonces llaman a los sobrinos del verbo que son los reverberos, para que los regañen, les pongan su piyamita, les cambien su pañalito, les den su jugo de leche y a dormir.
El Señor Juez se asombra, sólo, de las barbaridades soltadas por Tres Patines.
En otra situación, el Juez pregunta a Tres Patines cómo se estudia la gramática, a lo que este sinvergüenza responde que “la gramática es un libro gordo, muy pesado, que se divide en cuatro partes”.
—Muy bien —dice el Señor Juez—, ¿cómo se llaman esas cuatro partes?
—Se llaman —responde Tres Patines—primera parte, segunda parte, tercer parte y cuarta parte y del forro de afuera que se llama la tarántula…
—Qué tarántula, ¡carátula!
Y le dice el Señor Juez cómo se llaman esas cuatro partes: analogía, sintaxis, prosodia y ortografía.
Y Tres Patines, a veces, contesta con una pregunta que es una negación gramatical:
—¿Serapio Silva? —en lugar de… ¿Será posible?
Luego el Señor Juez habla de las cosas inauditas que ocurren en la vida explicando a Tres Patines que lo inaudito es todo aquello que no ha sido oído.
—Entonces mi nariz es inaudita —dice Tres Patines—, porque mi nariz nunca ha sido oído, sino siempre nariz.
Cuando en la televisión mexicana, queriendo ser graciosos los locutores deportivos, llamaban expulsación a los jugadores que el árbitro echaba fuera del partido, no hacían otra cosa que traer a colación a Tres Patines que llamaba “excusación” a la excusa.
Asimismo, el humorista cubano explicaba las cosas de modo raudo: a un policía sustituto, por ejemplo, decía que provenía “del verbo cuando venga el otro tiene que irse”.
En el episodio “Orfanaticidio”, Nananina y Rudecindo están al frente de una institución para darles cobijo a los niños desamparados, de manera que organizan actividades para que la gente done dinero para ellos otorgar calidad de vida a los niños. Enterado de esta cuestión, va Tres Patines a visitarlos para decirles que un tío suyo, rico, va a morir en Nueva York y no sabe, el tío, a quién dejarle sus joyas y su tesoro, por lo que recoge, de Nananina y de Rudecindo, dos mil pesos para partir de inmediato a Estados Unidos para arreglar la herencia: en efecto, de vuelta de Nueva York, muerto el tío Rico (se apellidaba Rico Tres Patines, no que fuera rico), les trajo a los responsables del orfanato las joyas y el tesoro del tío fallecido: cinco niñas (las joyas) y un niño —cabezón como el tío— que era el tesoro de la familia.
Porque Tres Patines en realidad era un embaucador de primera que siempre quería salirse con la suya utilizando, y bastante bien, las conversiones legítimas del idioma; su tío Sinesio, por ejemplo, decía que había fallecido “de muerte natural” arrollado por un tren, pues, según Tres Patines, era natural que muriera luego de ser atropellado por un tren… y nadie podía argumentar lo contrario.
No en vano Tres Patines podía ser un ídolo para los políticos mexicanos, pues el humorista cubano afirmaba que era posible “estafar honradamente”: “Cuando la estafa se prepara con sinceridad y uno actúa de buena fe, sin mala intención, con el propósito de buscarse unos pesos, no tiene que haber problema alguno”.
El Señor Juez le replicó con prontitud:
—No hay ninguna estafa que sea honrada: estafa y honradez son dos palabras que no pueden estar juntas porque chocan…
Tres Patines, que para todo tenía una respuesta, aclaró:
—También las guaguas chocan y a cada rato pasan cinco o seis juntas.

5
Se metió Tres Patines al magisterio a dar clases de buen inglés donde, nada más, pasaba mostrando a sus alumnos una foto de Winston Churchill porque, y nadie podía discutírselo, era un perfecto inglés.
Asimismo, decía que en Boston la primera ‘o’ era sorda y la segunda ‘o’ era muda, de manera que se trataba de una palabra sordomuda, que sólo se podía pronunciar por señas.
—Y las vocales son las que se prenuncian con la boca —añadía Tres Patines en su riguroso colegio.
Según se apuntaba en el anuncio de un periódico, Tres Patines era un profesor cuya “especialidad en idiomas” era única, pero el maestro dijo al Juez que todo se trataba de una errata, ya que “al linotipista se le fue una m en lugar de una t”; es decir que en lugar de “especialidad en idiomas” debía decir “especialidad en idiotas”.
Y estaba adelantado Tres Patines en todo, hasta en lo que dice Alejandro Lora, el líder del Tri, cuando se presenta en la televisión al saludar, el músico, a su madre, cosa que ya había hecho Tres Patines al aparecer en un programa de concurso en la televisión… saludando, antes que a nadie, a su mamita.
Por cierto, en aquel concurso le preguntaron a Tres Patines por la existencia del Desierto del Sahara, a lo que el humorista respondió, atildado y con sabiduría (“¡mamita, aquí está tu hijo!”), que aquel paraje desértico había sido una invención de los árabes que “quisieron fabricar la playa más grande del mundo, y entonces le echaron la arena, pero se les acabó el presupuesto y no le pudieron echar el agua”.
Otra pregunta en el concurso televisivo:
—Según la Biblia, el primer hombre fue Adán, ¿cuál fue su apellido?
Tres Patines respondió con elegancia:
—Pérez, porque al ser arrojado del Paraíso, el Hacedor le dijo: vivirán con el sudor de su frente y perecerán.
—Estupenda respuesta —dijo el conductor televisivo.
¿Cómo se dice aguacero en inglés?
El profesor Tres Patines no duda en responder:
—Waterciro.
A una norteamericana se le perdieron dos gallinas y a Tres Patines lo acusaban de aquel incidente, por eso el magistrado estadounidense, según Tres Patines, no dejaba de decirle al saber que no entendía el inglés:
—Tú entendéis, tú entendéis…
Hasta que, ya en Cuba, el Señor Juez le dijo que le estaban diciendo “twenty days”, no “tú entendéis”, veinte días, efectivamente, que sufriera en Estados Unidos en la cárcel Tres Patines por el hurto de las gallinas.
Y en “endecasígalos”, Tres Patines, para vender un terreno cerca del mar, recitaba su poesía marina:
la arena del mar es blanca,
la arena del mar es fina,
por eso el mar come arena
en vez de comer harina
Otro poema:
el sunsurro de la brisa
y el sunsurro de las olas
me sunsurran al oído:
no sigas comiendo bolas
Otro poema:
las cangrejitas son hembras,
los cangrejitos son machos,
y a pesar de ser distintos
todos tienen carapacho
Un poema más:
pecesito pecesito
que nadas dentro del mar,
no te metas en el agua
acabado de almorzar
Y uno más:
pecesito pecesito,
nunca abandones el mar,
porque si sales del agua
te pueden empanizar
Tres Patines le preguntaba al Señor Juez:
—¿Perverso no es el que hace malos versos?
El problema de Tres Patines, que lo tenía, era creerse honrado… siendo que no desperdiciaba la oportunidad, aprovechándose del lenguaje, de estafar a la gente.
Después de Tres Patines, el humor en castellano sencillamente lo ha replicado: programas como La Familia P. Luche, el Chavo del Ocho, Ensalada de Locos o el de Luis de Alba emitían diversos chistes, o variaciones de ellos, que ya había estrenado Tres Patines. ![]()



