Cuando la vida diaria es igual de escalofriante como la literatura de terror
Junio, 2025
En esta nueva entrega de sus ‘Voces Insurrectas’, Estefania Ibañez se detiene en Instantes oscuros, el nuevo libro de la escritora mexicana Bibiana Camacho, quien ha vuelto al relato para dejarnos mirar el interior de su mundo. Su escritura indaga en la oscuridad de las cosas, de las personas y de algunas criaturas de pesadilla. Como señala Estefania Ibañez en las siguientes líneas: al crear esta obra, Bibiana Camacho se ha adueñado del terror y de lo sobrenatural.
Cada día me convenzo más de que la ficción literaria, sobre todo del género horror, no está alejada de la vida diaria y el libro de terror Instantes oscuros (Malabar Editorial, 2025), de la escritora, editora, bailarina y encuadernadora Bibiana Camacho (Ciudad de México, 1974), me ayuda a constatarlo.
Desde que lo tengo en mis manos —febrero de este año— he regresado a él varias veces (y lo seguiré haciendo) porque empaticé con varios de sus personajes: mujeres que atraviesan el reto del declive mental o físico, y que, incluso en eventos despiadados que acechan sus vidas, nunca pierden el instinto de supervivencia y el buen ánimo.
El aislamiento y las alucinaciones también desarrollan un papel atroz en los siete relatos que estructuró con maestría Bibiana. A simple vista no parece, pero este sentido de soledad y la percepción sensorial están estrechamente ligados a fenómenos inexplicables —descritos aquí con cierto humor—, como extremidades del cuerpo humano y herramientas de un taller de encuadernación que tienen voluntad propia.
Aprecio que aun cuando los cuentos son breves, los personajes están delineados con elegancia. Los protagónicos femeninos mantienen carácter fuerte y al mismo tiempo expresan ternura, tal es el caso de una experta de la cocina y de los homicidios que es la figura central de “El recetario de Cianciulli”; mientras que los personajes masculinos, pese a que no “roban cámara”, destacan por su elocuencia, como un padre de familia que es parte de “Ya abrí la puerta, ya la mandé cerrar”, que en reiteradas ocasiones manifiesta su desconfianza hacia el nuevo y misterioso vecino de la cuadra.

Rechazo de la realidad
En Instantes oscuros Bibiana invita a pensar que hay pocas cosas o circunstancias que son más retorcidas y desconcertantes como la habilidad humana de generar rompecabezas mentales escalofriantes, al grado de someter al absurdo a la persona que lo experimenta.
Ello se lee en “Tercera llamada… Tercera”, escenario de la funcionaria Norma, quien dejó en las penumbras sus años más salvajes y exitosos como bailarina. Persuadida por su amigo Ramiro, también exbailarín, hace hasta lo imposible por regresar a su época juvenil, a un nivel que se niega a aceptar su realidad e ignora las consecuencias desastrosas por sus decisiones, con tal de saborear de nuevo un poquito de gloria.
En “Las conservas” conmociona la pericia de una anciana solitaria y melancólica que sale bien librada de las artimañas de un joven delincuente. Claro, la dama no juega sola: conforma su equipo la casa antigua que habita, misma que esconde algunos misterios espeluznantes.
Festejar lo inevitable
En las páginas de Instantes oscuros residen más universos que evocan miedo, de los que se suelen evitar, porque, aunque no parezca, son de lo más comunes, pues su esencia está colmada de verdades que pocos aceptamos, como los estragos de los abrazos de la soledad y los límites que el cuerpo y la razón nos imponen.
Es necesario destacar que el libro está liderado por los personajes femeninos, que si bien no cumplen con el prototipo de heroínas (y está muy bien) sí demuestran ser subversivas, libres y capaces de colorear o desdibujar su propia vida.
Al crear esta obra Bibiana Camacho se adueñó del terror y de lo sobrenatural, para festejar con delicadeza que no le debemos temer a lo inevitable: el paso del tiempo y los claroscuros que trae consigo.