Septiembre, 2024
El análisis genómico de un individuo de esta especie, apodado ‘Thorin’ y descubierto en las cuevas del valle del Ródano en Francia, sugiere que su población, aunque coexistió y vivió a unos diez días de camino de otras, se ignoraban.
Hasta ahora los estudios científicos sobre los neandertales apuntaban a que, en el momento de la extinción de la especie, sólo existiría una población genéticamente homogénea. Sin embargo, un nuevo estudio publicado en la revista Cell Genomics apunta que habría al menos dos poblaciones presentes en ese momento.
Lo han descubierto a partir del análisis del genoma de ‘Thorin’, un neandertal fosilizado hallado en un sistema de cuevas en el valle del Ródano (Francia). Este individuo representa un linaje antiguo y no descrito previamente que divergió de otros neandertales conocidos actualmente hace unos 100.000 años y permaneció genéticamente aislado durante más de 50.000 años.
“En la época de ‘Thorin’ nos encontramos con un clima glacial en inmensas estepas herbáceas, y un vasto corredor migratorio en el continente europeo. Estos 50 milenios de aislamiento entre poblaciones son fascinantes y no se parecen a nada de lo que conocemos por la historia, la arqueología o la antropología cultural en las poblaciones de sapiens. Probablemente estamos tocando aquí las particularidades etológicas del neandertal, unas maneras increíblemente diferentes de ser humano y de pensar el mundo”, nos dice el arqueólogo y antropólogo Slimak Ludovic, coautor del trabajo, descubridor de ‘Thorin’ e investigador en Centro Nacional para la Investigación Científica de la Universidad Toulouse III (Francia).
El análisis genómico indica que este individuo vivió hace entre 42.000 y 50.000 años en una comunidad pequeña y aislada, sin intercambiar genes con otras poblaciones neandertales. Por lo tanto, dos poblaciones de neandertales, que viven a unos diez días de camino la una de la otra, coexistieron mientras se ignoraban por completo. “Esto sería inimaginable para un sapiens y revela que los neandertales deben haber concebido biológicamente nuestro mundo de manera muy diferente a nosotros”, asegura el científico.
Los restos fosilizados de ‘Thorin’ se descubrieron en 2015 en la Grotte Mandrin, un sistema de cuevas que también albergó a los primeros Homo sapiens, aunque no al mismo tiempo. Ludovic ha sido director del proyecto Grotte Mandrin y ha dirigido durante 30 años misiones arqueológicas desde el círculo polar ártico hasta el cuerno de África.
“Es muy posible que hubiera otras poblaciones estrechamente relacionadas con ‘Thorin’ durante parte de ese periodo de tiempo de las que hoy no tenemos datos”, nos dice el coautor Martin Sikora, investigador de la Universidad de Copenhague (Dinamarca).
Para el científico, la zona más interesante para estudiar y resolver estas cuestiones estaría en el suroeste de Europa, es decir, el sur de Francia y la península ibérica. “Sería fascinante comprobar si la población de ‘Thorin’ formaba parte de una metapoblación más amplia de otros neandertales de supervivencia tardía en esa región”, apunta Sikora.
Un neandertal tardío con un genoma muy particular
Debido a la ubicación de ‘Thorin’ dentro del sedimento de la cueva, los arqueólogos del equipo sospecharon que vivió hace unos 40 a 45.000 años, lo que lo convierte en un neandertal tardío. Para determinar su edad y sus relaciones con otros neandertales, extrajeron ADN de sus dientes y mandíbula y compararon la secuencia completa de su genoma con el de otros neandertales secuenciados anteriormente.
Sorprendentemente, el de este neandertal era mucho más antiguo que la estimación de edad arqueológica y muy distinto del de otros tardíos. De hecho, se parecía mucho más a los genomas de aquellos que vivieron hace más de 100.000 años.
“Trabajamos durante siete años para averiguar quién estaba equivocado: arqueólogos o genetistas”, afirma Ludovic. En comparación con los genomas neandertales secuenciados previamente, el de ‘Thorin’ se parecía más a un individuo excavado en Gibraltar, y Slimak especula que la población podría haber emigrado a Francia desde Gibraltar.
La gran pregunta ahora se centra en las tradiciones y culturas de estas poblaciones neandertales. ¿Son idénticos sus conocimientos y sus tradiciones desde el Ródano hasta Gibraltar? ¿Estamos ante una población biológicamente idéntica que también comparte las mismas tradiciones?
“Para profundizar en el conocimiento de la población neandertal serían interesantes estudios cruzados entre la cueva Mandrin y Gibraltar, donde trabajan los equipos de mi colega Clive Finlayson. Un cruce de nuestros yacimientos y datos permitiría abrir campos extraordinarios en términos de conocimiento y comprensión de los rasgos culturales de estas lejanas poblaciones, cuya extinción representa el mayor enigma de la historia de la humanidad”, enfatiza Sikora.
Este nuevo grupo mediterráneo desconocido de neandertales, cuya población se extendía desde el extremo más occidental de Europa hasta el valle del Ródano en Francia, podría dar nuevas pistas también sobre la extinción de la especie por su aislamiento, según los investigadores.
“Sólo podemos especular sobre las razones del aislamiento genético. Parece que en general estaban organizados en comunidades más pequeñas. Tal vez las capacidades lingüísticas y culturales o las barreras desempeñaron un papel, pero de nuevo, son suposiciones”, concluye Ludovic.