Entrada y Salida

El chelista infortunado


Después del aclamado concierto, salió del escenario con su violonchelo agradeciendo las carretadas de aplausos de un público enfervorizado.

Cercana la medianoche, buscó, como todos los días, un lugar apartado del extenso parque para abrir el estuche de su instrumento y dormir a pierna suelta para poder soñar en futuros días más bonancibles.


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