Agosto, 2023
Las conexiones neuronales de un cerebro adulto no sólo pueden ser regeneradas, sino que, contrario a lo que se afirmó durante décadas, una vez que el cerebro ha alcanzado su desarrollo es posible que se formen nuevas neuronas.
QUERÉTARO, Qro.
Buenas noticias: las conexiones neuronales de un cerebro adulto no sólo pueden ser regeneradas, sino que, contrario a lo que se afirmó durante décadas, una vez que el cerebro ha alcanzado su desarrollo es posible que se formen nuevas neuronas.
Al estudiar la conducta sexual de roedores, el doctor Raúl Paredes, especialista en Investigación Biomédica Básica y actual director de la Escuela Nacional de Estudios Superiores Juriquilla de la UNAM, observó que tanto el ejercicio y la interacción sexual que mueve a un estado afectivo positivo (el cual se consigue, en la hembra, cuando ésta tiene la posibilidad de regular los contactos copulatorios) induce a la neurogénesis.
Durante la charla “Control neural de la conducta sexual”, que el doctor Paredes ofreció como parte del primer día de actividades de la XXXIII Semana Cultural de Biología de la Facultad de Ciencias Naturales de la UAQ, que concluye este miércoles 30 de agosto, expuso:
“Lo que la ciencia está tratando de responder ahora es para qué sirven esas nuevas neuronas. Ya sabemos que se forman nuevas neuronas, que se vuelven funcionales, que se integran en circuitos preexistentes, pero lo que no sabemos exactamente es para qué sirven”.
Además de presentar algunos de los resultados que han arrojado sus investigaciones enfocadas a la neurobiología de la conducta sexual y la plasticidad cerebral, el doctor Paredes trazó —para los jóvenes que asistieron al auditorio del Centro de Negocios UAQ Juriquilla— una ruta muy clara y completa de los caminos que lo han llevado a él y a algunos de sus estudiantes a dar con dichos resultados.
Acerca de la conducta sexual de los roedores analizados, explicó, por ejemplo, que en las parejas donde la hembra tenía control sobre la estimulación sexual por parte del macho, la cópula era más prolongada, aunque menos frecuente, y, sobre todo, las ratas eran inducidas a un estado afectivo positivo muy similar al que mostraban luego de usar la rueda de ejercicio. La cópula regulada y el ejercicio también tenían influencia sobre circuitos del sistema de recompensa en el cerebro y se formaban nuevas neuronas.
Usando una herramienta llamada imagenología por resonancia magnética, que permite observar cómo se activan, con ciertos estímulos, determinadas áreas del cerebro, el doctor Paredes y los estudiantes de maestría y doctorado Josué Alejandro Aguilar Moreno, Lorena Gaytán Tocavén y María Felisa Barrera concluyeron, entre otras cosas, que:
⠀⠀• El circuito de conducta sexual en el cerebro se activa antes del circuito de placer en aquellas ratas hembra que regulan la conducta sexual.
⠀⠀• Al estudiar los cambios en el cerebro experimentados por las hembras en cuatro circunstancias distintas (en una caja con campo abierto; en una caja con acceso a la rueda de ejercicio; en una caja en la que tienen la compañía de un macho y cuentan con la opción de regular la cópula escapando, cuando lo deseen, a un área a la que el macho, por su tamaño, no puede tener acceso; y en una caja más con la opción de la cópula regulada y acceso a la rueda de ejercicio) se descubrió un curioso fenómeno: cuando tienen la posibilidad de cópula regulada y acceso a la rueda de ejercicio en la misma caja, en lugar de conformarse con un solo estímulo positivo, suelen disponer de ambos (uno después del otro, claro).
⠀⠀• Además de que, en general, con la cópula regulada se activan más estructuras que con otras conductas.
⠀⠀• Y, finalmente, que la cópula regulada activa con mayor intensidad los circuitos cerebrales socio-sexuales y de recompensa que las otras conductas. 
