Mayo, 2023
Su capacidad de almacenamiento está disminuyendo de forma global, según revelan miles de imágenes por satélite. Los científicos achacan este declive al cambio climático, la sedimentación y el consumo humano.
El 53 % de los mayores lagos del mundo están en declive y almacenan menos agua que hace tres décadas, según un estudio publicado en la revista Science. Estos depósitos naturales contienen el 87 % del agua dulce líquida superficial de la Tierra. Además, proporcionan servicios ecosistémicos esenciales y son un componente clave de los procesos biogeoquímicos mundiales.
De acuerdo a los autores, liderados desde el instituto CIRES de la Universidad de Colorado en Boulder (EE. UU.), este decrecimiento se debe principalmente al cambio climático —por el aumento de las temperaturas y la reducción de los caudales que provocan la evaporación—, el consumo humano y la sedimentación en los embalses.
“Se trata de una especie de ‘desastre progresivo’, ya que se produce a lo largo de años y décadas. El resultado de la sedimentación, por ejemplo, será que los embalses podrán almacenar menos, con lo que serán menos fiables para el suministro de agua dulce y energía hidroeléctrica, sobre todo en países con embalses bastante antiguos”, dice Fangfang Yao, investigador visitante del CIRES, actualmente en la Universidad de Virginia (EE. UU.).
La descarga de sedimentos puede ayudar a su eliminación. Las tasas de sedimentación de los embalses se aceleran con el cambio climático, debido al aumento de las precipitaciones extremas, así como a alteraciones del terreno (como incendios forestales, corrimientos de tierras o la deforestación). “Si tomamos medidas sobre estos aspectos, se puede paliar el impacto del cambio climático en los embalses”, argumenta el científico, que se motivó para realizar esta investigación a raíz de la desecación del Mar de Aral entre Kazajstán y Uzbekistán.
Tecnología innovadora y mapa interactivo
El estudio se centró en el almacenamiento de agua en lagos y embalses con datos de nueve satélites diferentes utilizando una técnica innovadora para reconstruir los datos de almacenamiento de agua en el pasado. Con esta nueva metodología, los autores pretenden dar a los gestores del agua y a las comunidades una idea de cómo proteger mejor estas fuentes de agua, fundamentales para los ecosistemas regionales. Además, proporcionan un mapa interactivo con las tendencias y controladores del almacenamiento mundial del agua de los lagos.
Entre las masas de agua estudiadas se encuentran 17 lagos peninsulares. “Aproximadamente la mitad (entre el 40 % y el 60 %) de los grandes lagos de la península ibérica estaban perdiendo agua. En general, los lagos de Europa occidental están en declive. Pero dos embalses recientemente llenados, los lagos Baixo Sabor y Alqueva, en Portugal, muestran un aumento del almacenamiento de agua. El lago Alarcón, en España, también muestra un aumento del almacenamiento de agua”, puntualiza el investigador.
Los resultados del trabajo subrayan la importancia de tener en cuenta estos efectos en las futuras estrategias de gestión de los recursos hídricos superficiales. Las actividades humanas directas, como la construcción de presas y el consumo de agua, así como el actual cambio climático, amenazan cada vez más estos recursos hídricos esenciales.
“Hay que tener cuidado con el uso del agua en los años de sequía. Si los agricultores se preocupan en exceso por la pérdida de cosechas y utilizan demasiada agua para regar, puede amplificar la sequía y provocar descensos de nivel en los lagos aguas abajo.
Aumentar la concienciación y hacer que se informe sobre el uso del agua será útil para evitar desastres medioambientales en los lagos durante los años de sequía”, continúa Yao.
Cantidad ingente de imágenes por satélite
Para el nuevo trabajo, el equipo utilizó 250.000 instantáneas del área de los lagos captadas por satélites entre 1992 y 2020 para estudiar la superficie de 1.972 de los mayores lagos de la Tierra. Recogieron los niveles de agua con nueve altímetros de satélite y utilizaron datos de agua a largo plazo para reducir cualquier incertidumbre.
En el caso de los lagos sin registros a largo plazo, emplearon mediciones del agua realizadas con instrumentos más recientes en los satélites. La combinación de mediciones de nivel con indicadores de superficie a más largo plazo, es lo que les permitió reconstruir el volumen de los lagos décadas atrás.
“La pérdida de agua de los lagos prevalece en las principales regiones del mundo, como el oeste de Asia Central, Oriente Medio, el oeste de la India, el este de China, el norte y el este de Europa, Oceanía, Estados Unidos, norte de Canadá, sur de África y la mayor parte de Sudamérica”, afirma el experto.
Pérdida de agua también en los embalses
Yao y su equipo también evaluaron las tendencias de almacenamiento en los embalses. Y descubrieron que casi dos tercios de los más grandes experimentaron pérdidas significativas de agua.
“La sedimentación dominó la disminución global del almacenamiento en los embalses existentes”, asegura Ben Livneh, otro miembro de CIRES.
Aunque la mayoría de los lagos del mundo se están reduciendo, el 24 % experimentó aumentos significativos en el almacenamiento de agua. Los que están en crecimiento tienden a estar en zonas poco pobladas del interior de la meseta tibetana y las Grandes Llanuras del Norte de Norteamérica, así como en zonas con nuevos embalses, como las cuencas de los ríos Yangtsé, Mekong y Nilo.
Los autores calculan que aproximadamente una cuarta parte de la población mundial, 2.000 millones de personas, reside en la cuenca de un lago que se está secando, lo que indica la urgente necesidad de una gestión sostenible de los recursos hídricos.
“Si el consumo humano es un factor importante en la disminución del almacenamiento de agua de los lagos, entonces podemos adaptarnos y explorar nuevas políticas para reducir la disminución a gran escala”, concluye Livneh.