Febrero, 2023
En un momento en que varios de los héroes musicales —sobre todo de la segunda mitad del siglo XX a la fecha— están saliendo del escenario de la vida, es que celebramos a cuatro figuras de la música que lo han visto todo y que en este 2023 llegan a las nueve décadas de edad: Yoko Ono —músico, cantante y artista conceptual japonesa—, Willie Nelson —cantante, compositor y guitarrista estadounidense—, John Mayall —cantante, instrumentista y compositor británico de blues—, y Quincy Jones —músico, compositor, arreglista y sobre todo magistral productor discográfico estadounidense. Como apunta aquí Víctor Roura: tal vez sean los últimos creadores de una camada desmesurada de inventiva musical.
La escena es conmovedora: durante el homenaje póstumo a John Lennon, asesinado el 8 de diciembre de 1980 en Nueva York, varios músicos en un acto público participaron interpretando una canción del beatle pero sólo en una ocasión, llevada por un sentimiento ineludible de gratitud, la viuda Yoko Ono se levantó de su asiento para abrazar a Willie Nelson después de su sensible aparición. El acontecimiento se llevó a cabo hace ya más de cuatro décadas, entonces los dos personajes contaban, cada uno, con casi medio siglo de vida. Ahora ambos se convierten, en este 2023, en ilustres nonagenarios: primero la japonesa, que los cumple el 18 de febrero, luego el compositor, cantante y guitarrista texano, que lo celebrará el próximo 29 de abril.
Es evidente que entre la artista plástica, como la conoció Lennon, y, precisamente por compartir su vida con el ex beatle, expositora de música sobre todo experimental y el cantante hay un amplio puente de diferencia creativa, pues mientras Willie Nelson —quien comenzara su carrera discográfica en 1962, un año antes de cumplir las tres décadas de edad— registra en su haber cerca de un centenar de grabaciones, Yoko apenas consigue un 20 por ciento de lo alcanzado por el norteamericano ya que se entiende que la ex esposa de Lennon prácticamente empezó su ruta musical cuando se uniera al autor de “Imagina”, al grado de que la mitad de su producción fue elaborada debido justamente al empuje del beatle (¡los discos Some Time in New York City y Double Fantasy, por ejemplo, que pertenecen a Lennon están como suyos en su lista oficial discográfica!), la otra parte de su producción seguramente se debe a su aplastante poder económico, álbumes que resumen —y que no sé si hubieran sido aprobados por el propio Lennon— perfección musical y expresiones guturales a falta de una voz musical educada. Sus discos, sí, contienen fluidez roquera, no una brújula compositiva. Incluso su libro Grapefruit, con breves líneas sugiriendo aromas poéticos, lo publicó en 1970 instada por Lennon.
El caso es que esta artista, de muchos modos, no se ha detenido en su búsqueda de hallarse a sí misma creativamente, que de pronto vio bruscamente interrumpidas sus aspiraciones artísticas la noche del 8 de diciembre de 1980 al ser baleado su esposo Lennon. Ahora cumple nueve décadas de vida, la mitad de ellas dedicada ciertamente a no borrar de la memoria cultural a su adorado John.
Willie Nelson, por el contrario, se ha hecho solo, sin la dependencia de nadie, armado de su guitarra y de su voz señera se ha abierto paso exhibiendo su enorme engranaje compositivo e interpretativo grabando un centenar de álbumes incluso compartiendo el escenario con numerosos artistas dejando constancia de ello en discos con actuaciones en vivo o en estudio (dos joyas, entre muchas otras, son los denominados Teatro, de 1998, y To all the Girls, de 2013). Willie Nelson nació incluso dos años antes que Elvis Presley y su carrera musical en ningún momento se ha detenido, ni la drástica pandemia lo detuvo, datando sus últimos cinco discos de 2019 a 2022 siendo Beautiful Time el más reciente, de 2022, el número 72 en su discografía como solista y realizado ex profeso para celebrar su cumpleaños 89 con canciones nuevas suyas e interpretaciones de piezas de Los Beatles y de Leonard Cohen. El álbum anterior se intitula La Familia de Willie Nelson, de 2021, que ya no pudo ver su hermana pianista Bobbie, fallecida apenas finalizadas las grabaciones.
No hay que olvidar que Willie Nelson formó parte de esa asombrosa asociación country denominada The Highwaymen cuyos otros integrantes fueran Johnny Cash, Waylon Jennings y Kris Kristofferson, banda con una década de vida, de 1985 a 1995, lapso que aprovechara para dejarnos tres álbumes de estudio, de perdurable memoria: no hay un solo álbum de Willie Nelson que se alineara a la medianía, no en vano ha sido invitado, ¡faltaba más!, al Crossroads Guitar Festival que organizara Eric Clapton a partir de 1999, que reuniera a grandes impulsadores de la guitarra en el rock, tal como lo es, asimismo, el británico John Mayall, nacido también en 1933 (el 29 de noviembre), quien desde su inicio se inclinó por la ejecución del blues, por algo Mayall es considerado el padre del blues blanco en cuya banda han transitado músicos de excepcional factura incluido el propio Clapton. Sus aproximadamente 60 discos, entre estudios y grabados en directo, hablan claramente de su trabajo musical.
Y Quincy Jones, nacido en Chicago el 14 de marzo de 1933, es el otro respetado músico que llega a los 90 años en este 2023. Más conocido por lo que ha hecho por los demás músicos que por sí mismo, Quincy Jones es sin embargo un compositor de altura, mesurado, sí, pero de altura que ha enderezado el camino de otros definiendo sus senderos musicales antes que prefigurar el suyo. Por ejemplo, gracias a Quincy Jones es que Michael Jackson obtuvo el reconocimiento musical que le hicieran sus pares, como Paul McCartney, porque de no haber estado Quincy Jones detrás de Michael Jackson, y de rearmar sus esbozos musicales, nadie sabe qué hubiera sucedido con este muchacho obsesionado con la blancura de su piel. La veintena de discos de Quincy Jones apenas hablan de su rebosada creatividad.
Tal vez sean los últimos creadores de una camada desmesurada de inventiva musical. 
