Entrada y Salida
Mucho más que dos
Cuando le dijo a su mujer que ella era su amor, su cómplice y todo, y que en la calle codo a codo ambos eran mucho más que dos, jamás se imaginó que su marido fuera tan literal pues lo que le estaba confesando, en realidad, era que, en efecto, los dos eran mucho más que dos ya que existía una sombra, que pertenecía a una tercera persona, la amante de él, que también era su amor, su cómplice y todo.