El futuro lo tengo aquí en mi puño. Y descansará conmigo en la tumba…
Futuros
Víctor Roura
1
Después del confinamiento, el futuro
se viene de manera incierta y frágil:
los cuerpos se toparán con un muro
de la desconfianza, inseguro y lábil.
2
Ya no enciendo la tele por noticias,
sino para mirar series ficticias.
Ni por los videos de damas roqueras,
sino para matar largas esperas.
3
No quieren besar las mujeres bellas
para no contagiarse del amor.
Ya no escucho sino dulces querellas
que ocultan reticencias y escozor.
4
Para amar no se quita ya la falda,
porque dice que puedo contagiarla.
Me propone ahora que, para adorarla,
nos demos amablemente la espalda.
5
“No te me acerques, por favor”, me pide
cariñosamente. Porque ya mide
el amor con distinta tesitura:
nada de tocamiento, ni juntura.
6
Puede no ser cierto, pero mis ojos
miran con desdén todas las cinturas.
¿Por intangibles, intocadas, puras
tentaciones con semáforos rojos?
7
Vamos a amar por la interioridad
de las personas, no por la belleza
física: busquemos en la oquedad
alguna gracia en la innocua realeza.
8
Mira, cuando el destino nos alcance
todos andaremos uniformados,
acróbatas del régimen, soldados
victimarios del último percance.
9
Mira, lo que el destino nos depare
lo bien acogeremos, sin demora,
porque hasta mañana, Dios nos ampare,
será abierta la caja de Pandora.
10
El futuro lo tengo aquí en mi puño.
Y descansará conmigo en la tumba.
El presente en el armario derrumba
hasta el más simbólico viejo cuño.