Entrada y Salida
El espantapájaros
Después de una casi agónica —y larga— permanencia en el hospital, lo reinstalaron por duodécima vez en su peligroso trabajo. Y el hombre volvió a ser el orgulloso e imperturbable espantapájaros del viñedo más acaudalado de la región.
Entonces los distanciados cuervos, extrañados de su necia permanencia, retornaron pródigos a sacarle nuevamente los ojos.