Agosto, 2024
El acceso al agua potable es un derecho humano y uno de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas. Sin embargo, la disponibilidad de este recurso dista mucho de ser universal, y, hasta ahora, no se sabía exactamente cómo variaba geográficamente. Un nuevo estudio revela que sólo una de cada tres personas en países de ingresos bajos y medios tiene un acceso seguro. El informe, publicado en la revista Science, estima en 4.400 millones las personas perjudicadas.
Más de 4.400 millones de personas de países de ingresos bajos y medios carecen de acceso a agua potable gestionada de manera segura, y, además, casi la mitad de la población de estas regiones está afectada por la contaminación fecal, unos datos que duplican las estimaciones anteriores.
Así lo advierte una investigación internacional liderada por Esther Greenwood, estudiante de doctorado en Eawag, el Instituto Federal Suizo de Ciencia y Tecnología Acuáticas.
“Calculamos que más de cuatro mil millones de personas en todo el mundo no utilizan servicios de agua potable adecuados”, resume Greenwood en una nota de prensa de la institución.
Se trata de un resultado notable, ya que esta cifra supone el doble de la estimación de 2.000 millones de personas en 2020 dada por el Programa de Monitoreo del Abastecimiento de Agua oficial de la ONU, encargado de monitorear el progreso hacia el Objetivo de Desarrollo Sostenible sobre el acceso al agua potable.
“Es posible que se esté subestimando significativamente el número de personas cuyo derecho humano básico al agua potable no se está cumpliendo”, sostiene la investigadora.
Publicado en la revista Science, el estudio pone de relieve además la urgente necesidad de realizar inversiones específicas para mejorar el monitoreo de la calidad del agua y las infraestructuras en estas regiones.
Agua, un derecho humano
El acceso al agua potable es un derecho humano y es fundamental para la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas.
Sin embargo, faltan datos sobre los servicios de agua potable gestionados de forma segura (SMDWS) para gran parte de la población mundial, especialmente información doméstica de los países de ingresos bajos y medios.
Además, se desconocen en gran medida los principales factores que limitan el acceso al agua potable.
Combinando datos de encuestas de hogares con datos mundiales de observación de la Tierra y técnicas de modelización geoespacial, Greenwood y sus colegas crearon mapas detallados del uso de los servicios de agua potable en 135 países de ingresos bajos y medios.
Los mapas mundiales elaborados por los investigadores muestran dónde faltan servicios de agua potable, que son sobre todo las zonas rurales de los países de ingresos bajos con altas temperaturas y fuertes fluctuaciones estacionales de las precipitaciones. De los 4.400 millones de personas sin agua potable segura, según este estudio, 1.200 millones viven en el sur de Asia, casi 950 millones en África subsahariana, unos 850 millones en el este de Asia, casi 500 millones en el sudeste asiático y más de 400 millones en Latinoamérica y el Caribe.
África subsahariana tiene las tasas porcentuales nacionales más bajas del mundo de uso de servicios de agua potable gestionados de forma segura. La región registra una media del 15 %, aunque en 12 países de esta región no llega al 10 % y en 89 regiones concretas de varios países no supera el 5 %. En el sudeste asiático, sólo uno de cada cuatro habitantes tiene agua potable segura, una cifra que sólo es ligeramente superior en América Latina y el Caribe.
Los resultados también muestran que el uso de los servicios de agua potable en estos países está limitado principalmente por la contaminación fecal causada por la bacteria E. coli en la fuente primaria de agua potable, y que afecta a casi la mitad de la población de estas regiones.
El estudio concluye que la detección de contaminación fecal en el agua potable es preocupante, ya que la ingestión de patógenos fecales es uno de los principales riesgos para la salud pública y causa de mortalidad infantil en todo el mundo.
(El agua para consumo humano contaminada con microbios puede transmitir enfermedades diarreicas, cólera, disentería, fiebre tifoidea y poliomielitis, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). Esta contaminación causa cada año 505.000 muertes por enfermedades diarreicas, según el organismo, que eleva a un millón las muertes anuales por enfermedades diarreicas contraídas como resultado de la insalubridad del agua, de un saneamiento insuficiente o de una mala higiene de las manos).
“El estudio muestra lo lejos que están ciertas regiones de lograr el acceso universal al agua potable segura”, afirma Greenwood.
La investigadora también espera que los nuevos hallazgos ayuden a comprender mejor la situación actual en todo el mundo y, de esta manera, planificar y asignar mejor los recursos financieros.
“Creo que nuestro estudio puede ayudar a crear conciencia sobre el estado de los servicios de agua potable en los países de ingresos bajos y medios y sugerir dónde se necesita la recopilación de datos y las inversiones financieras para mejorar la situación. Con nuestro trabajo pretendemos ayudar a cerrar esta brecha de información”.
Amenazas a la seguridad del agua
En una ‘Perspectiva’ publicada en la misma revista, Rob Hope, de la Universidad de Oxford (Reino Unido), señala que el estudio logra, de manera paralela, identificar los principales factores —incluida la contaminación fecal— que comprometen la seguridad del agua.
Identificar estos factores puede ayudar a los responsables políticos a mejorar la gestión del agua potable, puntualiza Hope, y conseguir que está esté disponible y libre de contaminantes, pues garantizar un servicio de agua “es algo más que proporcionar su acceso”.