Entrada y Salida
Viudez voluntaria
“¡Muero por ti, amor mío!”, dijo el hombre mirando partir a su mujer con la pistola aún en su mano firme y desapasionadamente fría.
“¡Muero por ti, amor mío!”, dijo el hombre mirando partir a su mujer con la pistola aún en su mano firme y desapasionadamente fría.