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Plantas epi-genéticamente modificadas

Mayo, 2024

Las plantas transgénicas se han encontrado en el debate público desde su despliegue comercial y productivo. En 2009, México salió de once años de moratoria que frenaba su uso en terreno nacional; esa pausa fue por la presión de un sector de la academia, activistas ambientales, entre otros actores. Pero los transgénicos comerciales emergieron a finales del siglo XX. Nuevos, nuevos, no son, escribe Chris Motus en esta nueva entrega.

Las plantas transgénicas se han encontrado en el debate público desde su despliegue comercial y productivo. En 2009, México salió de once años de moratoria que frenaba su uso en terreno nacional; esa pausa fue por la presión de un sector de la academia, activistas ambientales, entre otros actores. Pero los transgénicos comerciales emergieron a finales del siglo XX. Nuevos, nuevos, no son.

En los últimos años han surgido otras estrategias que evaden el uso de plantas genéticamente modificadas: tecnología ARN. A diferencia de las vacunas contra el covid-19, que también se fundan en tecnología ARN, las aplicaciones en plantas pretenden inhibir la producción de una proteína que es indispensable para el proceso infectivo de algunos bichos. Este fenómeno se conoce como interferente (lo que se interfiere es una proteína). “Apuestas” tecnológicas que intentan sustituir el uso de pesticidas químicos, pues, por mencionar algunos cultivos, detiene de manera exitosa el “moho gris” (Botrytis) o marchitamiento por Fusarium en frutos de jitomate y uva, hojas de lechuga y pétalos de rosa.

Dejando de lado el costo actual para que lo apliques en tus planthijas enfermas, la forma de darles ese “medicamento” es relativamente sencilla: preparas la mezcla de sales de ARN en agua, la pones en un atomizador y la asperjas sobre las hojitas (o frutos, raíces e incluso semillas).

Pero reducir las posibilidades siempre es riesgoso. Accidentalmente podrías provocar plantas modificadas epigenéticamente, como lo han advertido Dalakouras y colaboradores en su publicación de 2020.

Las modificaciones epigenéticas suceden por varios mecanismos en respuesta a factores externos, como el clima, disponibilidad de agua o nutrientes; y algunas son heredables en un concepto que han nombrado “memoria de estrés”. Este tipo de modificaciones pueden ser provocadas por ARN que genera un cambio químico (metilación) que altera la lectura de genes, dejándolos más legibles o “escondidos”. Actualmente existen herramientas computacionales que permite la predicción de estos eventos, lo cual hace posible reducir “daños colaterales” que comprometan la supervivencia de las plantas tratadas con tecnología ARN. Pero también es interesante que, al conocer ese efecto secundario, sea un área explorable para tratar semillas y que éstas sean, al crecer, resistentes a sequías, por ejemplo.

Así, vale preguntarse: ¿las modificaciones epigenéticas pasaran por el mismo escrutinio que las modificaciones genéticas? ¿Qué tan preparados estamos, en la opinión pública, para esa conversación técnica (ambiental, agronómica, económica) y legislativa?

[Texto publicado originalmente en El Universal Querétaro; lo reproducimos con autorización de su autor.]

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