Entrada y Salida
Impoluta voluntad
El Cielo era tan impolutamente blanco donde todas las personas caminaban desnudas sin mirarse que prefirió, suplicándole a San Pedro, ser remitido, bajo su incuestionada voluntad, al Infierno.
El Cielo era tan impolutamente blanco donde todas las personas caminaban desnudas sin mirarse que prefirió, suplicándole a San Pedro, ser remitido, bajo su incuestionada voluntad, al Infierno.