Diciembre, 2022
Poco a poco, año con año —sobre todo de un lustro atrás al presente—, estamos siendo testigos, y mirando con azoro, cómo va concluyendo y desapareciendo una era, en particular una era de pioneros e influyentes grupos y músicos provenientes del planeta rock. Burke Shelley, Dan McCafferty, Ronnie Spector, Gary Brooker, Jerry Lee Lewis, Christine McVie… El periodista y cronista musical Víctor Roura nos hace un recuento de los rockeros que nos han dejado en este (aún) pandémico 2022.
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En 1967 nacía la banda Budgie, destacada asociación inglesa que prefigurara con acierto lo que un año después, en la misma Inglaterra a partir de 1968, realzarían con gran difusión grupos como Led Zeppelin y Deep Purple. El Periquito londinense grabó alrededor de una decena de álbumes, todos ellos de dura expresividad roquera que, como harían posteriormente vocalistas como Robert Plant o Ian Gillan, se expresara señeramente en la voz de su cantante Burke Shelley, quien falleciera a los 71 años de edad en enero de 2022. Acetatos como Never Turn Your Back on a Friend, de 1973, o Bandolier, de 1975, son básicos en la discografía del rock mundial.
Budgie, como Nazareth o Dr. Feelgood, bandas todas ellas británicas (si bien Nazareth es considerada escocesa), siempre han estado muy cerca de mi corazón sonoro, aunque justamente en este año se haya ido de esta vida un miembro original de cada uno de estos mencionados grupos, necesarios en la historiografía del rock: de Dr. Feelgood, creado en 1971 en el Reino Unido —claro antecedente de la banda australiana AC/DC que iniciara dos años después, en 1973—, nos abandonó el guitarrista Wilko Johnson (John Wilkinson, en realidad), a los 75 años de edad el pasado noviembre y de Nazareth el cantante Dan McCafferty, fallecido a los 76 años el pasado noviembre luego de casi una década de batallar por su salud al retirarse de la banda en 2013 que fundara cuatro décadas y media atrás en su Escocia natal. Tanto Daniel McCafferty como Burke Shelley usaron su voz como instrumentos señeros para sus respectivas bandas denotando personalidades irrepetibles.
Budgie, Dr. Feelgood y Nazareth son, sin ninguna duda, tres asociaciones que, cada una en su camino, cimentaron lo que muy pronto, industrialmente, obtendríamos en el entonces género roquero que empezaba a sacudirse las riendas de los predecibles productores de la música.
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Y en esta nueva factoría roquera se hallaba, por supuesto, Procol Harum, fundada en 1966 por el londinense Gary Brooker, quien en febrero de 2022 perdiera la vida a sus 76 años de edad. Brooker era, asimismo, creador —junto con el guitarrista Robin Trower— de The Paramounts en 1962.
Procol Harum, como pocos grupos, contaba con un compositor dedicado exclusivamente a escribir las letras del grupo: el también británico Keith Reid. México recibió la sorpresiva visita del grandioso Procol Harum en 1975 —a menos de una década de haberse fundado esta banda— abarrotando, como era de esperarse en aquellos tiempos de ayuno roquero, en el Auditorio Nacional. Fue el único bienhechor aguacero de rock progresivo que produjo Procol Harum en México en los setenta. (Pink Floyd, que se había formado en 1965 —un año antes que Procol Harum en la misma Inglaterra— vendría a México veinte años después, hasta mediados de los noventa.
Otro gran músico en la línea progresiva, fallecido en febrero de 2022 a los 75 años de edad, es el multiinstrumentista inglés Ian McDonald, fundador de las asociaciones de rock progresivo King Crimson en 1969 y de la banda de hard rock Foreigner en 1976. Además, como productor, participó en diferentes agrupaciones arreglando álbumes de diversa especialidad.
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En un contexto completamente alternativo, acaso emblemático por ser uno de los primeros grupos enteramente femenino (algunos señalan, quizá erradamente a Fanny como la primera asociación roquera de mujeres, comandada por las hermanas Millington a partir de 1968), están The Ronettes capitaneada por Ronnie Spector (fallecida en enero de 2022 a sus 78 años) que no posee en su catálogo, al igual que las Fanny, algún disco memorable. La ventaja de las Ronettes es que, en un mundo discográfico dirigido por el sector masculino, el productor que manejaba su carrera musical era nada menos que don Phil Spector (fallecido un año antes que Ronnie en su Estados Unidos a los 81 años), el creador del “muro de sonido” en distintas grabaciones de grandes bandas roqueras incluida Let It Be de Los Beatles. ¿Por qué la esposa de este connotado productor no destacaría en el mundillo del rock, aunque por leve tiempo durante la década de los sesenta?
Originario de Estados Unidos también se nos fue Jerry Lee Lewis, pionero del rock and roll nacido en Luisiana en 1935 y muerto en Mississippi en octubre de 2022 a la edad de 87 años.
A diferencia de un Chuck Berry (fallecido a los 90 años en 2017 luego de grabar un magnífico álbum para celebrarse a sí mismo), Lewis tiene en su haber un catálogo irregular de música asombrándonos en unas piezas y multiplicando nuestra indiferencia en otras. Lo que sí no pasó inadvertido al mundo rosa de la prensa de espectáculos fue lo azaroso en su vida íntima causando escándalos sociales que hoy en día serían francamente imperdonables, como el haberse casado el 12 de diciembre de 1957 a sus 22 años, aun estando él mismo casado en segundas nupcias (lo hizo por vez primera a los 14 de edad con una adolescente de 17 años), con su prima de 13 años, Myra Gale Brown, quien se divorciaría del pianista el 9 de diciembre de 1970 después de 13 años de matrimonio. Myra, a la postre, se convertiría, asociada con Murray Silver, en la biógrafa oficial de Jerry Lee Lewis, quien subió al altar en siete diferentes ocasiones a lo largo de su longeva vida.
El medio centenar de álbumes que dejara en su repertorio, desde el High School Music en 1958 hasta el Rock and Roll Time de 2014, podría congregarse en un esencial que contuviera acaso cinco discos.
Como The Ventures, formado en Washington en 1959, cuya novedad musical radicaba en la instrumentación sin voces apoyada en el ejercicio de una guitarra convencional a la que vendría a revolucionar gente como, digamos, el neoyorquino Joe Satriani un cuarto de siglo después. Donald Lee Wilson, guitarra rítmica de The Ventures, abandonó este mundo a los 88 años de edad en enero de 2022.
No fue músico, sí productor artístico, mas su paso trascendental en la historia del rock lo obtuvo debido a que fue el que prácticamente dio la cera en el Festival de Woodstock en agosto de 1969 al ser, él, uno de los autores de tal planeación, fiesta roquera que lo enriqueciera de manera inesperada. El empresario estadounidense Michael Scott Lang falleció, a los 77 años de edad, en los primeros días de 2022.
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El texano Torta de Carne, de nombre real Michael Lee Aday, se fue de esta vida el 20 de enero de 2022 a los 74 años de edad. Meat Loaf también era actor, quizá la figura que replicaría posteriormente el californiano Jack Black (Thomas Jacob Black) en los sets cinematográficos.
El rock de Meat Loaf tenía destellos sobresalientes, como las músicas que reproducía con esmero discográfico gente como Billy Idol (William Michael Albert Broad) o incluso el mismo Alice Cooper (Vincent Damon Furnier), impulsados sobre todo por la industria fonográfica aprovechando la coyuntura esnob del regocijo roquero, a diferencia de personalidades como Bob Seger o Billy Joel, ambos estadounidenses ahora mayores de 70 años, creadores de su propia música que no necesitaron, nunca, de la promoción artística para exponerse en la ventana de los espectáculos.
De Meat Loaf bastaba, por ejemplo, su primer álbum de 1977: Bat Out of Hell, para comprender por dónde iba y por dónde se iría en un futuro hasta su último disco de 2016: Braver Than We Are, situación que, por predecible no significaba verdaderos pasajes de delicia roquera.
Y si bien el grunge, como lo punk, no era lo mío he de reconocer que de esos géneros abatibles surgieron piezas indelebles del intocado rock, como Pearl Jam o Police. Y de esta generación es, fue, Mark Lanegan, muerto a los 57 años de edad en febrero de 2022: Mark William Lanegan fue compositor, cantante y escritor estadounidense que formó parte de la banda Screaming Trees para después hacer carrera como solista.
También The Clash (El Golpe, El Choque, acaso El Estruendo), en principio, era un grupo punk con la agravante de que surgió, como el mismo movimiento punk contracultural, en Inglaterra, de donde son los Sex Pistols, seguramente los primeros en abanderar este género “ensuciando” la “limpieza” del rock industrializado. The Clash nació en Londres en 1976, asociación a la cual pertenecía Keith Levene, quien en noviembre de 2022 abandonara este mundo a sus 65 años de edad. Y es de la autoría de The Clash esa ejemplar canción intitulada “Rock the Casbah” que habla de la prohibición del booguie “por orden del profeta” para no “degenerar” a “los fieles”, pieza que incluso llegó a cantar con arrojo el inigualable roquero argelino Rachid Taha, muerto en París seis días antes de cumplir los 60 años de vida (septiembre de 2018).
The Clash, a diferencia de los Sex Pistols, sí hacían buenas canciones.
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De nuevo, los inefables británicos.
Se nos fue Christine McVie, cantante y pianista de Fleetwood Mac, a los 79 años de edad. Fleetwood Mac tiene una historia particular: se formó en Londres en 1967 primero como una banda de blues con la intervención nada menos que de Peter Green (Reino Unido, 1946-2020), pero poco a poco fue metamorfoseando su estilo, sobre todo a partir de la incorporación justamente de Christine McVie en 1970 quien abriera la puerta, en 1975, tanto al guitarrista Lindsey Buckingham como a la vocalista Stevie Nicks, ambos ya septuagenarios (y que al conocerse se relacionaran sexualmente, como lo hiciera la bella cantante también con dos miembros de The Eagles), que le dieron la vuelta completa a la página de Fleetwood Mac al desarrollar un género roquero soft tan desapegado al primigenio grupo que, paradójicamente, les dio un resultado tan afortunado que, desde los inicios del “nuevo” Fleetwood Mac, comenzaron por fin a influir en numerosas otras bandas que no consideraban relevante al grupo del bajista John McVie, quien fuera precisamente el segundo esposo de la ahora fallecida Christine: el álbum Rumores de 1977 sigue siendo, aún hoy en día, apreciado por los melómanos del rock. Ya los asuntos de infidelidades amorosas entre los cuatro integrantes de Fleetwood Mac a espaldas de sus parejas oficiales, de obvia resonancia periodística rosa, es, fue, una cuestión, en efecto, de intimidades privadas.
Y de Depeche Mode, ese gran grupo electrónico británico creado en 1980, era Andrew Fletcher, fallecido a los 60 años de edad en mayo de 2022. Si sólo me dieran la posibilidad de seleccionar un solo disco de Depeche Mode para escucharlo toda la tarde tal vez eligiera Playing the Angel, de 2005, por la diestra movilidad sonora de su inventiva electrónica.
Pero Depeche Mode merece un amplio reconocimiento desde su maravilloso nombre: Moda Apresurada, o Moda Transitoria, o Moda Precipitada.