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La muerte de un cómico

Raymundo Garduño Cruz murió inesperadamente el pasado 16 de junio. En su vida y en su trayectoria, Ray siguió el camino del guerrero del teatro regional, que consiste en resistir, resistir, resistir y resistir.

Junio, 2022

Fernando de Ita, periodista y crítico teatral, reflexiona en estas líneas sobre la figura y la obra de Raymundo Garduño Cruz, quien murió inesperadamente el pasado 16 de junio. “Esa es la cuestión —escribe De Ita—. Perder la vida cuando todo te indica que la vas ganando, que estás trabajando en una serie que por el papel y tu desempeño te puede ayudar a lograr algo grande, algo que difícilmente te da el teatro al que Ray Garduño le dedicó media vida: más de 20 años de batallar contra la precariedad del teatro marginal”. Porque en su vida y en su trayectoria, Ray siguió el camino del guerrero del teatro regional, que consiste en resistir, resistir, resistir y resistir.

Raymundo Garduño Cruz (Ray Garduño) murió inesperadamente el jueves 16 de junio del año 2022 en la carretera Transpeninsular que va de Mulegé a Loreto, en la Baja California Sur, donde hay un aeropuerto local que lo llevaría a Tijuana, su tierra prometida. Él llegó al mundo en la Ciudad de México en 1975, de modo que tenía 47 años al momento en el que la camioneta en la que un grupo de actores de tercer plano de la serie de Netflix, El elegido (The Chosen One), se volcó y Ray junto a otro cómico de la legua, Juan Francisco González, reconocido como Paco Mufote, perdieron la vida.

Esa es la cuestión. Perder la vida cuando todo te indica que la vas ganando, que estás trabajando en una serie que por el papel y tu desempeño te puede ayudar a lograr algo grande, algo que difícilmente te da el teatro al que Ray Garduño le dedicó media vida: más de 20 años de batallar contra la precariedad del teatro marginal que los marginados llaman Independiente para olvidar las antesalas con los funcionarios y los desdenes de las instituciones. Años de formación y aprendizaje, meses y meses de ensayo que tú pagas como puedes para llegar al día del estreno y la temporada de 8 funciones a taquilla. Hay que ser necio y obstinado para hacer teatro en los estados en donde los obstáculos y la falta de apoyo institucional son mayores. Sin embargo, Ray llegó a Tijuana cuanto el teatro de la Baja California vivía un buen momento, con Mexicali a Secas como punta de lanza del teatro regional contemporáneo, con la Universidad Autónoma de Baja California (UABC) como centro formativo en evolución, con autores, directores, actores y técnicos de tres generaciones, con el Centro Cultural Tijuana (CECUT) como punto de encuentro con el “gran público”, y un Instituto de Cultura de Baja California (ICBC) que fue ejemplar cuando Ángel Norzagaray fue su director.

Poca gente se enamora tan intensamente de una ciudad imposible, como Ray Garduño. Desde su llegada, Ray se hizo tijuano de cuerpo y alma. Dejó fuera de su percepción la aridez del paisaje, la polvareda continua, el olor a caño de las zonas populares, el peligro eminente de otros barrios, la carga de emigrantes que está mortificando la Frontera más transitada del mundo; Ray se concentró en la franqueza norteña de sus emigrantes autorizados; todo el gentío del centro y el norte del país que llegaron a Tijuana cuando era el burdel de los marines de San Diego, para convertirse en el cruce de cientos de miles de peregrinos que buscaban “el sueño americano” —cuando aún no era una pesadilla. Actualmente esa frontera es uno de los espacios más crueles y esperanzadores del mundo. Una ciudad en la que cientos de miles de desposeídos consideran que cruzar una garita les puede salvar la vida.

Ray comenzó el siglo XXI haciendo teatro de barrio en La Alborada, un espacio “independiente” de Tijuana en el que se dio a conocer como un director eficaz en el teatro para infantes. En 2004 se casó con Michelle Guerra, una hermosa joven de Ensenada que dejó su profesión de educadora para dedicarse al teatro*. Con ella abrió en el 2009 su propio espacio, La Escala, en donde se hizo la Primera Semana de Teatro para Niños que este 2022 cumplirá 13 años de batallar para lograrlo, porque a cada cambio de gobierno hay que picar piedra para que no desaparezca.

Ray siguió el camino del guerrero del teatro regional que consiste en resistir, resistir, resistir y resistir hasta que llega tu primera Muestra Nacional de Teatro, tu primer apoyo de producción, tu primera portada en un diario local, tu primer espectáculo aclamado en Tijuana y San Diego, tu primera invitación a dirigir en otro estado, tu primer premio, tu primera presentación en la Ciudad de México, tu primera gira y la distinción de abrir con una obra de Antonio Zúñiga una Muestra Nacional de Teatro. En consecuencia, se abren las puertas del CECUT, te dan el Sistema Nacional de Creadores de Arte —precisamente cuando la pandemia cierra tus fuentes de trabajo—, y ves complacido cómo tu hija Marina se convierte en una bella y creativa adolescente.

Raymundo Garduño y Juan Francisco González.

El teatro de Ray fue un trabajo de artesano; teatro hecho a mano para contar historias de niños y jóvenes del siglo XXI. Ya no Blancanieves sino los tormentos existenciales de las nuevas generaciones, expuestas con gran empuje dramático por Enrique Olmos, su autor de cabecera. Como actor, Ray se convirtió en un buen director de actores que fueron la base de sus espectáculos. El covid-19 lo llevó a intentar teatro on line con buenos resultados. Memorias de dos hijos caracol, de Conchi León y Toño Zúñiga, fue una buena producción virtual. Se despidió —sin saberlo— con un texto suyo sobre el mito mexicano por excelencia, que es la búsqueda del padre: Bonnie tiene ojos de mar fue el resultado de su vida en el teatro, de su experiencia como actor, director, productor y autor dramático. Así, enseguida le pagó al SAT 150 mil pesos para poder ser contratado para El Elegido.

Ray estaba feliz con su trabajo en la serie de Netflix y publicaba en Facebook esa alegría. Uno de sus últimos post fue la luna fresa de hace unas fechas llenando el cielo con su gloria. Ray murió en la mejor etapa de su vida, pensando que lo mejor estaba por venir. Estos son los contrastes del destino que le dan peso y sustancia a la tragedia desde el siglo VII antes de Cristo.

La socialización de la tragedia

En cuento se supo la muerte de Ray y de Paco comenzaron los reclamos del gremio que se pueden resumir en tres palabras: Netflix debe pagar. Por supuesto. Aunque es más bien la casa productora, que está realizando la serie, la que debe responder por estas muertes. El 20 de junio Viridiana Ríos escribió en Milenio sobre el tema: “Las casas productoras mexicanas escatiman en seguridad, personal y tiempos, no porque tengan poca ganancia sino porque pueden hacerlo. Primero, porque las empresas de streaming no demandan que sus contratistas protejan a sus trabajadores (a pesar de que pregonan que les importan). Y segundo, porque en México no hay regulación ni sindicalización efectiva para protegerlos”.

Ray declinó la protección de la ANDA para este contrato. Tantos años de sindicalismo charro hicieron desconfiable la protección del gremio organizado. La precariedad sistemática en la que vive la gente dedicada al teatro hace de las series de las grandes plataformas de entretenimiento un auténtico salvavidas para los cómicos de la legua. Qué caso tiene leer la letra minúscula de los contratos cuando debes 6 meses de renta. Stacy Perskie y Everardo Gout figuran en el IMDB —la Biblia del cine mundial con el acento en el cine anglosajón y europeo—, como dos figuras relevantes de la producción y la dirección de contenidos. Sé por Michelle, viuda de Ray, que los productores se esmeraron en atender la emergencia trasladando a los padres del actor de la Ciudad de México a Tijuana y a Michelle y su hija al lugar de la tragedia. Parece, me dice Michelle, que los gringos no esperarán a que el seguro contra accidentes de trabajo de la productora libere la cantidad acordada para tal fin, porque ellos lo harán a la brevedad. Faltaba más. Dos actores en batalla por sobrevivir representando un personaje ficticio mueren de verdad. Un minuto de silencio. Las series deben continuar.

*Me acusaran de canalla por este comentario, pero Ray y Michelle saben que es un acto de amor. Ray era tan feo que llamaba la atención. Michelle era tan guapa que cuando se casaron todos sus allegados nos preguntamos qué hizo Ray para conquistar a esa beldad. Mi suegra en aquellos años, que era de Sonora y hablaba como tal, resolvió el enigma en tres palabras: —Lo vería mear.

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