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La improvisación como vía de exploración, comunicación y experimentación creativa

La improvisación en la danza nos lleva a reflexionar sobre las posibilidades de creación, permite utilizar lenguajes tradicionales y nuevas corrientes y busca, además, innovadoras formas de expresión a partir de laboratorios corporales basados en la experimentación y en el conocimiento de todas las posibilidades que tiene el cuerpo para moverse.


La danza es un arte vibrante, movimiento vital, expresión y comunicación corporal infinita y constante, por eso nos da la posibilidad de sensibilizar el cuerpo y manifestarnos con él en el espacio, lugar en el que habitamos tantas emociones, sensaciones, ideas, sueños, imágenes, lecturas, vivencias, inspiraciones de vida… Explorar el cuerpo, sus sensaciones y movimientos es parte esencial de la improvisación en danza: un acto creativo.

Hablar de improvisación es hablar de la experimentación y de las herramientas que nos brinda en la danza. La improvisación es fundamental y de gran aportación en todos los niveles. En sus inicios, la experimentación creativa buscaba introducir al conocimiento y al manejo de los elementos básicos para la exploración de los movimientos y gestos a través de un trabajo de improvisación personal y colectiva de acciones, reacciones y componentes necesarios para el desarrollo del cuerpo en movimiento. Su finalidad es el desarrollo de capacidades de comprensión, sensibilización, ejecución e interpretación del lenguaje dancístico, por lo que también se conocen, desarrollan y manejan elementos y tipos de espacio (kinesférico o parcial, interno y total, que abarca todos lo ejes, planos, dimensiones, niveles, frentes, direcciones, diagonales), tipos de tiempo (interno y externo) y tipos de movimientos (rápidos, lentos, pequeños, grandes, suaves, flotados, percutidos, pendulares, alargados, empujados, elevados, atacados, tensos, rotados, girados, saltados, arrastrados, etcétera).

Como metodología de exploración —y al ser el arte dancístico una fuente de creación, inspiración y comunicación de origen— muchas herramientas y detonadores surgen de un manantial de información interior, de querer expresar, sentir, compartir, comunicar, vivir y estar en movimiento. Hay que crear, construir y transformar las vivencias y los elementos imaginarios en formas que se plasmen en movimientos. La improvisación es muy importante y enriquecedora como parte del método de aplicación y aprendizaje que tiene que ver con la introspección y la realización. Ésta puede ser estructurada, orientada y enfocada; también puede ser libre una vez que se ha determinado alguna idea, temática e incluso algún trazo geométrico espacial; asimismo puede emanar a partir de detonadores literarios, sonoros, pictóricos, visuales e, incluso, puede nacer de alguna experiencia interdisciplinaria y en distintos sitios: cerrados, abiertos; en salones de danza, parques, plazas, pasillos, patios o espacios sugerentes que no impidan el trabajo creativo y, obviamente, cuidando al cuerpo para evitar cualquier tipo de accidente.

Los medios de inspiración pueden ser infinitos y proporcionan una experiencia física y concreta sobre elementos en particular. Los aprendizajes y experiencias experimentales, mediante la práctica constante, acumulan conocimientos intuitivos y de energía cinética, es decir, de los movimientos o en relación a ellos, mismos que en combinación con el entendimiento intelectual, el pensamiento crítico, creativo y reflexivo, además del trabajo físico, conceptual y mecánico son de gran enriquecimiento a la práctica de exploración. Los elementos y conceptos que se trabajan y experimentan se investigan, se estudian y se analizan para propiciar la percepción de sus características específicas teórico-prácticas, para identificar su naturaleza y el alcance de su potencial, así como para tener siempre mayor información sobre el tema a trabajar, pues será como el sustento de lo que se quiere interpretar y crear.

La integración de las partes ocurre de manera natural u orgánica, por ser inherente al fenómeno de la danza que, al mismo tiempo, es movimiento; y el movimiento, origen y acción vital. La capacidad creadora se desarrolla experimentando, construyendo, transformando, expresando ideas y poniéndolas en movimiento con uno o más cuerpos y materias, herramientas, objetos, símbolos, lugares, tiempos, ritmos, etcétera. Por lo tanto, es importante fomentar la improvisación en la práctica y en los distintos ejercicios que se emplean y crean. La idea es que surja la creatividad, la cooperación, la comprensión, el ensayo y el trabajo en colectividad cuando así se requiera. Para las herramientas de composición coreográfica la improvisación es parte esencial en la construcción de frases, de secuencias y en la edificación de contenidos dramáticos, sensibles y acciones acordes al desarrollo de las múltiples posibilidades que se abren al plasmar las ideas en el lenguaje creativo y viceversa. En otras palabras: la improvisación aporta al acto de la coreografía.

Los aprendizajes significan: la experimentación e investigación del movimiento, el análisis (que va permitiendo la atención y definición en la intención y la claridad), la reflexión (que siempre permite lograr objetividad y ampliar las perspectivas) y la integración (que sintetiza, da entendimiento y estimula la creatividad). La danza siempre trabaja con una forma de arte intensamente simbólica que conlleva implícitamente el proceso de la abstracción y que, además, cada espectador capta imaginativamente en su propia contemplación significativa, donde el uso del signo estimula y la inventiva siempre es un gran motor. Al mismo tiempo, la danza exige trabajar el cuerpo con mecánicas adecuadas para los movimientos de traslación, caídas y recuperaciones, saltos y acciones con las técnicas saludables y los cuidados necesarios que permitan mantener los instrumentos de trabajo en forma.

Foto de Crescencio Luviano.

La teoría y revisión de procesos estéticos son indispensables para generar el estilo y la propuesta artística personal y creativa en el trabajo. Se consideran las ideas y el uso correcto de los elementos o herramientas para la creación dancística conjunta. En cada sesión de experimentación e improvisación se desarrollan habilidades artísticas a partir del conocimiento de componentes del movimiento y de otros agentes de creación inevitables: el propio creador, el espectador, el intérprete y el mensaje (que tiene que ver, desde luego, con la comunicación humana). También el conocimiento del cuerpo real, del cuerpo imaginario y del cuerpo fantástico, pues podemos recrear en las experimentaciones (y, claro, en las obras en general) todo tipo de personajes para dar forma a un mundo en escena de posibilidades infinitas. Otros conocimientos que se aplican a la expresión son la apreciación, la percepción y la creación misma, que, a partir de actos reflexivos, se comparten a través de distintos tipos de vista y formas de ver y apreciar la danza y composición de movimientos.

Para presentaciones, trabajos en progreso, creación de obras, así como para ejercicios de improvisación se integran los elementos que componen el acto creativo del movimiento que hemos estado analizando. Se realiza el acto creativo con conciencia y transformación en el entorno. Se identifican las características de la danza dentro de diversos contextos y, por lo tanto, sus posibilidades expresivas y recursos utilizados, así como lo que significa la propuesta personal y el estilo para la creación e interpretación artísticas. Se puede reflexionar sobre las distintas expresiones: lo auténtico, los procesos de transformación, la estilización, la escenificación y la creación e innovación en la danza… Se distinguen las formas e incluso la posibilidad de utilizar la tecnología y diversos efectos creativos, mucho más ahora con los espacios del mundo virtual. Se desarrolla la observación y la identificación de diversas situaciones. Se valoran y respetan las distintas formas expresivas y manifestaciones dancísticas de acuerdo a los variados contextos.

Otra de las aportaciones de la improvisación es que nos lleva a la reflexión sobre las posibilidades de creación, como hemos visto, además de que permite utilizar lenguajes tradicionales y nuevas corrientes actuales, así como buscar nuevas formas de expresión a partir de la generación de laboratorios corporales basados en la experimentación creativa y en el conocimiento de todas las posibilidades que tiene el cuerpo para moverse con conceptos de creación, idea, tema, trama, sentido, forma, contenido, motivos, intención, claridad, vocabulario y expresión de un discurso, todo ello a partir del lenguaje investigado y explorado. De tal modo, improvisaciones avanzadas pueden estar sustentadas en estructuras de inicio, desarrollo y final, en cuestiones dramáticas asociadas a las representaciones dancísticas y escénicas y en elementos de producción que permitirían llevarlas a foros, teatros y al público en general.

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