Inaugurada desde el pasado 10 de julio, continúa en exhibición la muestra Pilar Calvo / Travesías de trazo y color, en el Museo Nacional de San Carlos. Con alrededor de 40 piezas —entre óleos, dibujos, porcelanas, fotografías e impresos—, la exposición es una primera revisión (e investigación) sobre la obra de la artista mexicana, quien incursionó tanto en el retrato como en el paisaje, los bodegones, la pintura histórica y religiosa, los autorretratos, además de un mural realizado para una coleccionista particular. Nacida en 1913, Pilar Calvo tuvo una corta pero prolífica carrera artística. En su momento fue reconocida por la crítica de arte, recibió numerosos encargos privados y expuso su obra en Nueva York y en el Palacio de Bellas Artes de la Ciudad de México en 1944. (En el catálogo de dicha exposición, el poeta Carlos Pellicer escribió: “El dominio del dibujo y una paleta organizada con maestría han permitido a la señorita Calvo llegar a una expresión plástica de incuestionable fuerza”). Sin embargo, pese a su éxito —o quizá debido a él— su obra cayó en el olvido. Precisamente uno de los propósitos de esta exposición —organizada por la Secretaría de Cultura federal y el Instituto Nacional de Bellas Artes— es restituir su lugar en el relato del arte moderno en México, evidenciando el silenciamiento histórico que han enfrentado muchas creadoras por el sistema artístico predominantemente masculino. Pero, sobre todo, la muestra busca visibilizar y dar a conocer el trabajo de una de las más destacadas pintoras del país. Fallecida en 1986, Pilar Calvo / Travesía de trazo y color redescubre la obra de una artista mexicana cuya producción ha permanecido en los márgenes de la historia del arte oficial. El Museo Nacional de San Carlos está ubicado en avenida México-Tenochtitlan —antes Puente de Alvarado— núm. 50, col. Tabacalera, Ciudad de México. La muestra estará en exhibición hasta el 9 de noviembre de 2025. | En la imagen, Pilar Calvo, Autorretrato con vestido azul, 1930; INBAL.